Las Salinas de Espartinas 


 ¿Cómo se trabaja?

El agua cargada de sales en disolución se sacaba de la formación yesífera, inicialmente a partir de una fuente y luego mediante socavones de drenaje que penetraban en el terreno. Estas galerías se llamaban la Mina Grande y la Mina Chica.

Interior de la Mina GrandeInterior de la Mina Grande
Interior de la Mina Grande

El agua saliente perdía el material detrítico en unas arquetas de decantación y por canales de madera (modernamente se sustituyó la madera por uralita) llevaban los caudales a las balsas de evaporación y de estas pasaba a las balsas de cristalización.

Arqueta de decantación realizada en caliza del páramo
Arqueta de decantación realizada en caliza del páramo
Vista actual de la balsa de evaporación mejor conservada
Vista actual de la balsa de evaporación mejor conservada

El suelo de las balsas se compactaba todos los años, para su impermeabilización, con materiales arcillosos mezclados con sal y se empedraba con cantos rodados de cuarcita, partidos por la mitad, para favorecer la cristalización salina sobre ellos.

Las salmueras obtenidas se hacían circular desde la primera balsa hacia otras a menor cota, por canales cubiertos de grandes losas graníticas, para evitar que se produjese la cristalización salina en su interior. A finales del siglo XIX existían 19 eras o balsas de evaporación, con una superficie de unos 6000 m2, ahora quedan sólo los restos de cuatro. Doce de ellas tenían las paredes revestidas de madera, mientras que en el resto se cubrían los bordes con grandes esteras de esparto, para favorecer así la deposición salina. En las de madera granaba mejor la sal.

Canales para el transporte de salmuera cubiertos por grandes losas 
de granito
Canales para el transporte de salmuera
cubiertos por grandes losas de granito
Vista general de la balsa de evaporación principal
Vista general de la balsa de evaporación principal

El sulfato sódico se obtenía en invierno por precipitación directa en el interior de las galerías. Se apresaba el agua y se introducía aire por unos pocillos de ventilación. Este aire frío ayudaba a la cristalización salina. El sulfato se llevaba a fábricas para su tratamiento, obteniéndose sosa y barrilla (sulfato sódico comercial).



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