Patrimonio Urbano del Canal de Isabel II 


 Tras las huellas subterráneas del Canal: los depósitos más antiguos

Junto a este complejo y espectacular despliegue de infraestructuras hidráulicas necesarias para las traídas de aguas, el Canal fue dotando a Madrid de una red de instalaciones de almacenaje y canalización que garantizaran el suministro: depósitos, estaciones elevadoras y equipamientos de apoyo fueron ocupando un espacio estratégico y singular en el entramado urbanístico de la ciudad.

Esta red de abastecimiento urbano se fue desarrollando y mejorando a medida que aumentaban las necesidades de una población en constante crecimiento.

Los primeros depósitos terminales, de inspiración romana y ocultos a nuestros ojos, constituyen el elemento protagonista en cuanto que cumplen la indispensable función de acomodar el flujo continuo del canal al consumo de la ciudad, con grandes irregularidades diarias, semanales y estacionales (Aguiló Alonso, 2001: 10).

El del Campo de Guardias, fue el primer depósito enterrado del Canal, un modelo constructivo funcional que siguió en su concepción la simplicidad y estabilidad de las obras romanas.

Fuente del Lozoya en el Depósito del Campo e Guardias, fachada de Bravo Murillo
Fuente del Lozoya en el Depósito del Campo
de Guardias, fachada de Bravo Murillo.
(P. Candela, noviembre 2005).

Respecto a la estructura de este depósito se destaca el gran muro partidor que lo divide en dos compartimentos diseñados para ponerlos en comunicación o utilizarlos de forma independiente, por ejemplo, cuando era necesario aislar uno para limpiar el otro. La disposición corrida y en paralelo de bóvedas de medio cañón soportadas por esbeltas arcadas y pilares de ladrillo montados sobre zócalos de sillería, dan solución a su cubierta.

Detalle del muro exterior del Primer Depósito, calle Bravo Murillo
Detalle del muro exterior del Primer Depósito,
calle Bravo Murillo.
(P. Candela, noviembre 2005).
Depósito del Archivo Central del Canal que ocupa parte de las antiguas instalaciones del Primer Depósito
Depósito del Archivo Central del Canal que ocupa parte de las antiguas instalaciones del Primer Depósito. (P. Candela, noviembre 2005).

Su edificación se prolongó a lo largo de cinco años. En sus comienzos, y a pié de obra, fue construido un tejar con tres hornos y sus correspondientes instalaciones auxiliares para fabricar ladrillos, cales hidráulicas y morteros. El agua necesaria para las obras, se extraía de un pozo excavado a 46 metros de profundidad, elevándola por medio de una bomba de hierro movida por dos caballerías.

La fachada principal asoma a la calle Bravo Murillo -y es, hoy, la más familiar al paseante- decorada con una hermosa fuente ornamental flanqueada por dos pequeñas puertas de acceso. Precisamente por la puerta de la izquierda se accede en la actualidad a las instalaciones del Archivo Central del Canal.

El depósito se llenó por vez primera en 1858 con la inauguración de la traída de aguas del Lozoya, un acto celebrado en una parte del mismo que se dejó sin cubrir y presidido por la mismísima Isabel II como muestran las crónicas periodística de la época.

Inauguración del Primer Depósito del Campo de Cuardias por la Reina Isabel II el 24 de junio de 1858. Colección Casariego
Inauguración del Primer Depósito del Campo de Cuardias por la
Reina Isabel II el 24 de junio de 1858. Colección Casariego.
(Museo Municipal de Madrid).

Al poco tiempo de estar en uso, se manifestaron filtraciones en el muro intermedio que progresivamente fueron dificultando su funcionamiento. A pesar de los esfuerzos invertidos para solucionarlo, el depósito quedaría fuera de servicio en 1894.

Desde el primer depósito parte una doble tubería que conducía las aguas del Lozoya hasta la Puerta de Bilbao, punto donde comenzaba el circuito de distribución urbana. Solucionada la traída de aguas, había que pensar en la mejor forma de repartirla por la ciudad.

Para ello se llevó a cabo una compleja red compuesta de arterías principales interconectadas, cañerías de hierro fundido, pozos de registro, bocas de riego, etc., que permitía la circulación del agua así como el control ordenado de su distribución. De forma complementaria y sorteando igualmente numerosas dificultades, como la presencia de viajes de aguas, cuevas, pozos..., se realizó una completa red de alcantarillado que organizara las conducciones del subsuelo madrileño.

Sin uso y desaguado, el Campo de Guardias permaneció abandonado durante décadas, hasta que en los años setenta (S. XX) fue objeto de una remodelación que, sin la adecuada sensibilidad, transformó una parte del Depósito en piscina, aparcamiento e instalaciones deportivas.

Más recientemente, a mediados de la década de 1990, otra parte del mismo fue habilitada para sede del Archivo Central del Canal de Isabel II.

Afortunadamente, en esta ocasión, se respetó la estructura original de la obra que pudo ser admirada, también, por todos los madrileños que visitaron la exposición "Agua y ciudad detrás del grifo" que cobijó el propio depósito en el 2001 como parte de los actos de celebración del ciento cincuenta aniversario del Canal.

Catálogo de la Exposición. 2001
Catálogo de la Exposición. 2001.

En este mismo entorno, en la cercana calle Cea Bermudez, justo en el emplazamiento del recién construido Teatro del Canal, se encontraban los antiguos talleres y el parque de maquinaria. Desgraciadamente hoy no se conservan ninguna traza de estas edificaciones que aunque modestas y banales cumplieron una función principal en la construcción y mantenimiento de la compleja infraestructura urbana del Canal.

El crecimiento de Madrid y de nuevos abonados, junto a la limitada capacidad del Depósito del Campo de Guardias, llevaron a la construcción del Segundo Depósito también conocido como Depósito Mayor cuyas obras comenzaron en 1863 y, tras sucesivas pausas, no finalizaron hasta 1879.

Interior del Depósito Mayor
Interior del Depósito Mayor, tomada de: Exposición Iberoamericana de Sevilla, 1929-1930.
Información del Canal de Isabel II que abastece de agua a Madrid. Severino Bello Poëyusan. Lam. 84.

Sus instalaciones, todavía en funcionamiento, se localizan justo enfrente del primer depósito, entre las calles Bravo Murillo y Santa Engracia y está formado por dos compartimentos que acogen un total de 188.412 m3 de agua. En la actualidad, en su amplio perímetro, se asientan los edificios principales de oficinas de la sede del Canal de Isabel II.

Vista parcial de la cubierta de césped del Segundo Depósito en las Oficinas Centrales del Canal
Escalera de acceso a Segundo Depósito en la actualidad.
(P. Candela, noviembre 2005).

De planta rectangular u oculta a los ojos del paseante, la estructura del depósito es de fábrica de ladrillo visto sobre zócalo de sillares de granito y una cubierta apoyada en bóvedas de ladrillo. Cuatro casetas, también de ladrillo y piedra, con tejado de zinc, unen las esquinas de este amplio rectángulo cubierto de césped en toda su extensión.

Sobre el muro que divide los dos compartimentos, nos encontramos con otra edificación exterior alineada con la escalinata monumental y construida en 1882 como acceso al depósito desde la calle Bravo Murillo.

Escalera de acceso a Segundo Depósito en la actualidad
Vista parcial de la cubierta de césped del Segundo Depósito en las Oficinas Centrales del Canal.
(P. Candela, noviembre 2005).
Detalle de una de las cuatro Casetas (de acceso y maniobra) del Depósito Mayor
Detalle de una de las cuatro Casetas (de acceso y maniobra) del Depósito Mayor.
(P. Candela, noviembre 2005).

La llegada del agua empezaba a transformar la ciudad; fuentes, jardines y surtidores humedecían y adornaban calles y plazas, al tiempo que mejoraba la higiene y las condiciones de vida de sus habitantes.

A finales del siglo XIX, la población de Madrid se había triplicado alcanzando los casi 600.000 habitantes. Ante las necesidades de garantizar el suministro de agua potable, el Canal proyectó la construcción de un Tercer Depósito con mayor capacidad que los dos anteriores.

El emplazamiento elegido fue el espacio que hoy limitan las avenidas de Islas Filipinas y de San Francisco de Sales y las calles de Pablo Iglesias y Santander. En paralelo al Acueducto de la Villa, esta ubicación tan próxima, al noroeste de los depósitos existentes, ofrecía la ventaja de ponerlos en comunicación e igualar la solera a la misma cota, respetando la altura de 6,65 metros que exigía el partidor.

Fotografía de las construcción del Tercer Depósito Fotografía de las construcción del Tercer Depósito
Fotografía de las construcción del Tercer Depósito
Fotografías de las construcción del Tercer Depósito.

La realización de la cubierta y muros divisorios fue el capítulo más destacado de su construcción, ya que, modificando del proyecto original, se optó por ejecutarlo de hormigón armado, un material novedoso y poco utilizado en nuestro país que combinaba el potencial del cemento con la flexibilidad de hierro. En 1903 las obras fueron adjudicadas a José Eugenio Ribera, uno de los introductores del cemento armado en España y también uno de los primeros ingenieros que no dudó en establecerse como contratista fundando en 1898 la Compañía de Construcciones Hidráulicas y Civiles.

Interior del Tercer Depósito tras su construcción
Interior del Tercer Depósito tras su construcción
(fotografía de época).

El tamaño de la obra era excepcional, un aljibe con capacidad para almacenar cerca de 500.000 m3 de agua con una cubierta de 80.000 metros cuadrados. Su estructura, dividida en cuatro compartimentos, estaba formada por muros de hormigón y pilares de ladrillo sobre zapatas de piedra que debían sujetaban vigas de hormigón sobre las que voltearían bóvedas rebajadas del mismo material a modo de cubierta y sobre la cual se vertería la tierra.

La falta de experiencia en el uso del hormigón armado y las mismas ventajas que su utilización planteaba, como era el hecho de "que no solo se empleaban menos trabajadores, sino también menos especializados que en los métodos de construcción tradicional" (J. Byrne, 1995), ocasionaron el espantoso hundimiento de la cubierta del Tercer Depósito en la mañana del 7 de abril de 1905.

La magnitud del accidente, que se cobró la vida de treinta trabajadores y dejó más de sesenta heridos, conmocionó al pueblo de Madrid que se volcó en gestos de solidaridad con los familiares de las víctimas y en acciones de protestas exigiendo la investigación de lo ocurrido.

Tras dos años de investigaciones oficiales y un juicio, en el que fueron absueltos de toda responsabilidad los directores del proyecto, las obras se replantearon y la cubierta fue, finalmente, construida en ladrillo. Hasta 1915 el Tercer Depósito no entraría en servicio.

Interior del segundo compartimento del Tercer Depósito
Interior del segundo compartimento del Tercer Depósito hoy tras su rehabilitación.
(Miguel Angel Gómez. Noviembre 2005).
Detalle del interior de uno de los compartimentos del Tercer Depósito
Vista aérea del Tercer Depósito en rehabilitación (Cortesía de DRAGADOS).

En la actualidad, casi cien años después de estos acontecimientos narrados, el Tercer Depósito está siendo sometido a una nueva intervención que, desde un riguroso y esmerado respeto, está dotando de una mayor solidez a su estructura. Desde hace más de dos años, la empresa Dragados se hace cargo de las obras de rehabilitación del Depósito, una minuciosa labor de ingeniería centrada en la restauración de la fábrica original mediante el reforzamiento de pilares y arcadas y la sustitución de la cubierta incorporando un tratamiento de perfeccionado aislamiento, además de sanear toda el sistema hidráulico que recorre las instalaciones.

Vista aérea del Tercer Depósito en rehabilitación
Detalle del interior de uno de los compartimentos del Tercer Depósito que está siendo restaurado.
(P. Candela, noviembre 2005).

 

Mas detalles de las obras
Aspectos y detalles de las obras de recuperación del Tercer Depósito Aspectos y detalles de las obras de recuperación del Tercer Depósito Aspectos y detalles de las obras de recuperación del Tercer Depósito Aspectos y detalles de las obras de recuperación del Tercer Depósito Aspectos y detalles de las obras de recuperación del Tercer Depósito
Aspectos y detalles de las obras de recuperación del Tercer Depósito.
(P. Candela, noviembre 2005).

Para estas fechas, tal y como muestra el Plano de Situación reproducido, la red de canalización primitiva funcionaba de la siguiente manera: la conducción original que partía del Pontón de la Oliva llegaba a la Casa Partidor en Madrid, donde se separaban las aguas para abastecer el consumo de la capital y las destinadas al riego de los campos. El acueducto de la Villa, salvaba la distancia de más de medio kilómetro que separa el Partidor del Primer Depósito.

Edificio del Partidor junto al Tercer Depósito
Edificio del Partidor junto al Tercer Depósito
(P. Candela, noviembre 2005).

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