PATRIMONIO  LUGARES DEL SABER  Universidad Complutense de Madrid: arquitectura
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Arquitectura
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Historia
Historia (cont.)
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 Arquitectura 

 

El 17 de mayo de 1927, siendo presidente del Consejo de Ministros el general Primo de Rivera, se aprueba el Real Decreto de creación de la nueva Ciudad Universitaria de Madrid. En la mente del rey Alfonso XIII había fraguado la idea de conmemorar su 25 aniversario como monarca de todos los españoles, y la Ciudad Universitaria tenía la importancia y repercusión deseadas para ese fin.

La intención urbanística era clarificadora, todas las facultades que se encontraban, hasta ese momento, dispersas por la ciudad, deberían reunirse en un gran recinto que fuese marco adecuado a la dignidad de la misión cultural que la Universidad poseía.

 



PERSPECTIVA IDEAL DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA DE MADRID. 
DICIEMBRE DE 1928


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Plantas y alzados del Rectorado y del Hospital Clínico


Para llevar a cabo este inmenso proyecto se creó un equipo de arquitectos jóvenes, recién salidos de la Escuela, que se aglutinaron bajo la dirección de Modesto López Otero. Se realizaron algunos viajes con el objeto de conocer de cerca las diferentes maneras de entender el espacio universitario; Alemania, Suecia, Holanda, Estados Unidos y Canadá figuraron entre los países del itinerario recorrido. Se rechazó de base el tipo de Universidad que Piacentini había realizado en Roma para Mussolini. Su composición cerrada y compacta no permitía ampliaciones con la flexibilidad suficiente y se adaptaba mal a las dificultades topográficas del emplazamiento madrileño.

El modelo escogido fue el de facultades aisladas por la espesura de un frondoso bosque, para cuya consecución se plantaron 30.000 árboles. Con ello se conseguía establecer una placentera relación entre actividad docente y naturaleza. Los alumnos y profesores podrían dar largos paseos tras las difíciles horas de estudio.

En el Grupo Principal de edificios se incluían el Rectorado, Paraninfo, Filosofía, Ciencias y Derecho, junto a una gran biblioteca universitaria.

En el Grupo Médico se situaron las Facultades de Medicina y Farmacia, la Escuela de Odontología y el Hospital Clínico, planteado desde el primer momento como Hospital Universitario, donde los futuros médicos se pudiesen iniciar en las labores prácticas.

 



LABORATORIO DE FÍSICA (ca. 1930)


El Grupo de Bellas Artes estaba formado por Arquitectura y la Facultad de Bellas Artes, en la que se desarrollarían las disciplinas de Pintura, Grabado, Escultura, Música y Declamación.

Por último, el Grupo de Residencias de Estudiantes y los campos de Deporte completaban el conjunto, en el que se preveían, únicamente, 1.500 alumnos residentes.

 


Pulse para ver los planos del clínico
VUELO SOBRE EL CAMPUS MÉDICO, EL HOSPITAL 
CLÍNICO Y EL ASILO DE SANTA CRISTINA


La Central Térmica proporcionaba calefacción centralizada a todas las Facultades. Meses antes de la Guerra Civil ya se encontraba dispuesta para entrar en funcionamiento.

Durante la contienda se trasladaron todos los documentos al edificio de la Bolsa, ya que la Ciudad Universitaria quedó convertida en ruinas al ser un área de frente de batalla.

En 1940 se creó la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria que, gradualmente, procedió a la reparación de estructuras y cerramientos que se encontraban terriblemente dañados.

Recordemos que, antes de iniciarse la contienda, se encontraban terminados, o a punto de concluirse, el Pabellón de Gobierno (de Sánchez Arcas), el Hospital Clínico (también de Arcas), Medicina, Odontología y Ciencias (los tres edificios obra Miguel de los Santos), Farmacia y Filosofía (ambos de Agustín Aguirre), la Residencia de Estudiantes (de Luis Lacasa), Arquitectura (obra de Pascual Bravo) y la Fundación del Amo (de Bergamín y Blanco Soler), destruida totalmente en la guerra. Las obras de ingeniería, viaductos, puentes y cálculos especiales corrieron a cargo del ingeniero Eduardo Torroja.

 



PABELLÓN DE GOBIERNO DE LA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID


Hasta 1943 no volvieron a inaugurarse gran parte de los edificios, ya en uso con anterioridad a la contienda. De nuevo bajo López Otero, los edificios destruidos se levantaron por los mismos arquitectos que realizaron los proyectos originales (excepto los exiliados Sánchez Arcas y Lacasa).

A la vista de los resultados cabe decir que la arquitectura de la Ciudad Universitaria no se debería considerar racionalista en el sentido estricto, sino un producto donde el empleo de los recursos académicos se combinaron de forma contenida con el lenguaje de la nueva arquitectura, produciendo un resultado riguroso y atractivo en su conjunto.


ESCUELA DE ARQUITECTURA. CONTRASTE ENTRE LAS FACHADAS PRINCIPAL Y POSTERIOR


El paraninfo, para el que, desde un principio, se había reservado el emplazamiento principal, fue proyectado repetidas veces por el arquitecto director aunque no llegó a realizarse nunca.

   

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