CONSECUENCIAS ECONÓMICAS Las 'vacas locas' primero y la fiebre aftosa después han sumido a Europa en una gravísima crisis alimentaria y de mercado ganadero. La caída en picado del consumo de carne ha hecho que el sector europeo haya visto recortados sus ingresos en 1.300 millones de euros (unos 216.000 millones de pesetas). ESPAÑA El sector cárnico español apenas ha tenido tiempo de recuperarse de la reciente crisis de las 'vacas locas' y de la peste porcina, que hace cinco años vapuleó al sector. El pánico se ha vuelto a apoderar de los ganaderos pese a que no se ha detectado ningún foco de fiebre aftosa en el territorio nacional. Un 34% de la producción final agraria se encuentra entre la cabaña con riesgo de padecer la fiebre aftosa. En total 60 millones de cabezas de vacuno, porcino, ovino, caprino y caza mayor, con un valor cercano a 1,5 billones de pesetas. Miles de explotaciones españolas, con unos 25 millones de cabezas de ovino y caprino y unos 30 millones de animales de porcino, están en guardia ante la posobilidad de que el virus de la fiebre aftosa se instale en nuestro país. Las medidas cautelares tomadas por el MAPA en relación con la fiebre aftosa han supuesto cuantiosas pérdidas económicas entre pequeños y medianos productores de porcino y ovino, que ya se elevan a unos 3.000 millones de pesetas. Las concentraciones de ganado quedan prohibidas hasta el 27 de marzo por decisión del Ministerio de Agricultura. De este modo no pueden celebrarse las ferias de ganado por lo que se están generando importantes pérdidas económicas en el sector. Como muestra, se estima que las pérdidas por dejar de celebrar el mercado de ganado que semanalmente se lleva a cabo en Talavera de la Reina (Toledo) superarán los 200 millones de pesetas en cuanto al volumen de operaciones y de negocio. Asimismo, las tres primeras semanas sin celebrar ferias en el Ferial Nacional de Ganados Jesús Collado Soto de Torrelavega (Cantabria) provocaron pérdidas en las ganancias del sector ganadero de 400 millones de pesetas. REINO UNIDO A mediados de marzo había ya 500 granjas en cuarentena y la industria turística perdía más de 100 millones semanales de libras (27.500 millones de pesetas) por falta de clientes. El Centro para la Investigación Económica y Empresarial londinense calcula que la crisis alimentaria puede costarle este año a su economía hasta 9.000 millones de libras (alrededor de 2,4 billones de pesetas), un 1,1% del Producto Nacional Bruto. Dicha cifra incluye las pérdidas de granjeros y proveedores, la subida de los precios de los alimentos y, en especial, las repercusiones para el turismo. Londres sigue sin establecer un sistema de compensaciones económicas paras los ganaderos que vean desaparecer a sus reses mientras, el Gobierno trata de frenar la rebelión de los granjeros por los sacrificios masivos a causa de la fiebre aftosa. El sector califica la situación de crisis nacional y exige ayudas para los sacrificios. El príncipe de Gales y el duque de Westminster efectuaron donaciones para paliar los efectos de la matanza entre los afectados. Realizan una aportación de 500.000 libras (137 millones de pesetas) respectivamente y hacen pública su preocupación por el estado de ánimo de los granjeros. FRANCIA Los ganaderos y tratantes de ganado franceses han realizado manifestaciones de protesta en varios puntos de Francia, ya que las medidas de precaución adoptadas tienen un enorme impacto en sus economías. El 19 de marzo el ministro de Agricultura, Jean Glavany, estableció un fondo de 4,57 millones de euros (760 millones de pesetas) para almacenar carne y financiar el sacrificio de animales (no subvencionado por la UE). ARGENTINA Grandes pérdidas económicas en Argentina por la ocultación de la enfermedad. El Gobierno argentino silenció los brotes de fiebre aftosa desde el pasado diciembre para evitar pérdidas (300 focos el pasado enero, según los productores). Los ganaderos por su parte critican a las autoridades sanitarias por no haber escuchado sus advertencias sobre la existencia de los primeros brotes de fiebre aftosa. La Unión Europea impide las importaciones procedentes de Argentina, al igual que Estados Unidos, Canadá y Chile. Las pérdidas estimadas como consecuencia del cierre de los principales mercados de la exportación argentina de carne bovina son de un millón de dólares diarios (unos 180 millones de pesetas).