BASES PARA UNA CIENCIA FEDERATIVA IBEROAMERICANA<br>
Parece estar germinando una ciencia federal iberoamericana. Los datos existentes sobre el crecimiento científico del mundo hispánico así parecen indicarlo
Reseña realizada por Leoncio López-Ocón Cabrera<br>
Instituto de Historia-CSIC
El libro que comentamos asimila los protagonistas de la producción y distribución de ciencia y la tecnología a las hormigas en tanto en cuanto que esos insectos trasladan información de unos lugares a otros estableciendo singulares caminos de ida y vuelta. En los senderos que trazan transportan lo que encuentran hasta el interior de sus hogares donde analizan y transforman los materiales que han almacenado. Y en ocasiones exploran territorios ignotos para crear nuevos hormigueros a los que trasladan nueva información para generar "conocimientos" vitales.
Partiendo de este presupuesto los autores emprenden el seguimiento del singular camino realizado por algunas de las hormigas y hormigueros que han protagonizado la historia de los intercambios científicos y técnicos entre España y la América latina a lo largo del siglo XX. Al principio de su reflexión los autores, un tanto escépticos, se preguntan por la pertinencia de tal estudio teniendo en cuenta el tópico de que los países que constituyen la actual comunidad iberoamericana de naciones han tenido y tienen una difícil relación con la ciencia moderna. Al abordar esta cuestión han podido constatar que es cierto que los países que tienen el español -y el portugués habría que añadir- como lengua oficial son aún poco visibles en el sistema mundial de producción y distribución de conocimientos hasta tal punto que según la base PASCAL en 1997 España produjo un 2,6% de publicaciones científicas y la América latina un 2,1% del conjunto del sistema mundial de producción de conocimientos científicos. Pero también han observado que la sociedad española a lo largo de la década de 1990 hizo esfuerzos por abandonar la semi-periferia de la ciencia-mundo pues para ese año de 1997 se había colocado en la undécima posición en relación con la actividad científica mundial y en la sexta en el conjunto de la Unión Europea, y que en la América latina tres países (Argentina, Brasil y México) -que disponen de dos terceras partes del número de investigadores (66%) de la región- empezaban a ser exportadores de tecnología. Y han constatado cómo en la década de 1990 a 2000 se han contabilizado 4.812 copublicaciones de autores españoles y latinoamericanos, con una progresión notable desde las 179 copublicaciones del año 1990 a las 806 de 1999, representando esta cifra el 8,8% de las copublicaciones españolas. Los estudios bibliométricos manejados por los autores muestran que para fines de la década de 1990 España era el primer socio científico europeo de Argentina, Colombia y Cuba, el segundo de Chile, México y Uruguay, el tercero de Venezuela y el quinto de Brasil.
Pero el despliegue de esa malla de interacciones científico-técnicas tiene una larga historia en la que cabe destacar el programa CYTED, un modelo de cooperación puesto en marcha a partir de 1986 y que ha favorecido el desarrollo de una comunidad científica iberoamericana, mediante la existencia en el año 2000 de 65 redes temáticas, 85 proyectos de Investigación Precompetitiva y 168 proyectos de innovación IBEROEKA, que permiten no sólo transferir conocimientos y tecnologías entre grupos que trabajan en temas similares en diversos países como cooperar a empresas de diferentes países iberoamericanos a través de proyectos conjuntos
Y remontándose hacia atrás en el curso del tiempo los autores recuerdan a otros protagonistas de esos intercambios en otras fases del siglo XX. Algunos empiezan a ser mejor conocidos, como la proyección de Cajal y su escuela en diversos países iberoamericanos. Otros permanecen casi en la penumbra como la Sociedad de Oftalmología Hispano-Americana creada en 1904 y que en 1934 agrupaba a 300 oftalmólogos iberoamericanos, entre los que había 62 argentinos, y que tuvo como antecedente a los Archivos de Oftalmología Hispano-Americanos, editados entre 1901 y 1936. Con buen criterio los autores no desdeñan relacionar esas dimensiones del hispanoamericanismo práctico del reinado de Alfonso XIII con saberes y prácticas que cruzaron bidireccionalmente el Atlántico desde los mismos inicios de la empresa colombina alimentando un incesante fluir de conocimientos y experiencias entre América y Europa y viceversa, como lo prueba la circulación del Libellus de medicinabulus, llamado también "Códice de la Cruz Badiano", donde dos indígenas mexicanos -su autor el médico Martín de la Cruz y su ilustrador Juan Badiano- tradujeron al latín en 1552 su conocimiento de las plantas medicinales mesoamericanas.
Los estudiosos de la ciencia hecha en el mundo anglosajón hablan de cómo tras la descolonización de los países integrantes de la Commonwealth se desenvolvió en ese ámbito cultural una ciencia federativa entre la ex metrópoli y sus antiguas colonias, o entre las mismas nuevas repúblicas emancipadas, basadas en relaciones de cooperación e igualdad.. El trabajo de síntesis realizado al alimón por estos tres autores -dos hispanoamericanos y uno español- puede ser visto como una manifestación más de una ciencia federativa en el mundo hispánico que parece estar germinando. Y para que quede constancia de su voluntad divulgativa han insertado en el ciberespacio einstein.uab.es/suab237w/proj/fecyt.htm los esfuerzos de su trabajo, que con buen criterio financió la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología