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Compartir tiempo y conocimiento en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología 

Iniciado el 13/2/2007  y finalizado el 27/2/2007    
Los museos son herederos además de sus colecciones históricas, de unos sistemas y una tradición museológica principalmente establecidos en el siglo XIX, que han sido funcionalmente útiles y académicamente provechosos. Sin embargo, el uso de las nuevas tecnologías creó en un principio un cierto temor hacia las innovaciones en las labores museológicas, especialmente en los temas vinculados con la documentación de las colecciones y su exposición.

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En España, los museos con un patrimonio histórico significativo, vinculados de un modo u otro con la ciencia y con la tecnología, han evolucionado muy lentamente en sus conceptos museológicos y museográficos y esto sucede igualmente tanto en los museos históricos y arqueológicos como en los antropológicos, aunque algunas novedades han ido produciéndose en los últimos años.

En ese panorama, el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (en adelante MNCT), está siendo observado y valorado internacionalmente en los foros especializados en los que está integrado, tanto por las labores de investigación sobre su patrimonio, como por las vías que el equipo del museo ha desarrollado para crear un espacio en el que, el público de cualquier edad cuenta con la posibilidad de conocer un patrimonio científico y técnico de gran interés histórico.

En el Museo es ahora posible conocer virtualmente su uso y manejo en los módulos con ordenadores situados junto a esos objetos, así como su historia y los principios matemáticos con ellos vinculados en otros módulos experimentales. Ha sorprendido igualmente en el ámbito internacional su carácter innovador en el enfoque de su trabajo en otros aspectos fundamentales, consiguiendo, frente a cualquier pronóstico, la participación de la sociedad civil (instituciones y empresas), así como de los más prestigiosos investigadores españoles en el desarrollo de un vivo foro de ciencia y tecnología.
De hecho las metas principales del museo y de la fundación están vinculadas con el acercamiento de la institución a los ciudadanos para su propio disfrute. Pero, además, interesa principalmente a ambas instituciones la búsqueda de nuevas vías capaces de conectar a diferentes sectores sociales, tales como a los especialistas de los museos, los investigadores en materias científicas y de ingenierías, los profesores, los estudiantes y los niños.

Los programas de investigación y de didáctica del MNCT, integrado en la actualidad en el Ministerio de Educación y Ciencia (MEC), siendo subvencionados principalmente por la Fundación de Apoyo al MNCT (en adelante FAMNCT), por el Plan Nacional de I+D+I, así como por el propio ministerio que se muestra siempre muy acorde con la línea de trabajo de ambas instituciones a las que apoya en toda su labor.

Una filosofía antigua como base de la orientación de nuestro trabajo educativo: La Institución Libre de Enseñanza, un referente intelectual

La filosofía del museo y de la fundación, y la orientación de sus metas respecto a las labores de impulso de la cultura científica surgieron, en gran parte, de la valoración de la línea de trabajo que en su día orientó la labor de la Institución Libre de Enseñanza (en adelante ILE). La Institución fundada entre otras ilustres figuras por Francisco Giner de los Ríos en 1876, sobrevivió hasta la Guerra Civil Española (1936-1939) y sus fundadores explicaban que creaban un centro para la promoción y difusión de la ciencia, especialmente a través de la educación: «Se fundaba en Madrid una sociedad para crear un centro consagrado al cultivo y propagación de la ciencia en sus diversos órdenes, especialmente por medio de la enseñanza» (Jiménez-Landi, 1984: 83).

sala_topog.jpgMuchos años más tarde, hacia 1960-1970, apareció, especialmente en Madrid, un interés renovado por la filosofía y la historia de la ILE y algunos de nosotros tuvimos desde entonces lazos personales e intelectuales con algunos de sus herederos, estando igualmente vinculados con algunos seguidores de movimientos pedagógicos defensores de las teorías de Freinet, Piaget y de las experiencias de A. S. Neil en la Escuela Summerhill, convirtiéndose sus teorias en herramientas intelectuales para la orientación de la filosofía de trabajo en el MNCT y la FAMNCT.

La modernidad de la ILE, así como su racional y libre espíritu, produjeron desde su creación entre 1876 y 1939 un importante movimiento cultural en el que se involucraron firmemente muchos de los intelectuales más brillantes del país. Pero la institución liberal más innovadora de nuestro país, que había intentado crear una nueva mentalidad democrática y abierta, cerraba sus puertas en esa última fecha, concluyendo con ella, por muchos años, un importante camino de renovación social que sin embargo pudo avanzar y consolidarse en otras instituciones europeas de similar perfil.

Esta experiencia tenía sus raíces en las ideas de Julián Sanz del Río (1814-1869), una emblemática figura vinculada desde 1843 con los herederos intelectuales de Krause. Un poco después, un interesante grupo de profesores, conectados hacia 1860 a través de Sanz del Río con su filosofía defendieron la reforma de la educación y de la sociedad en la que, en su opinión, los intelectuales debían tener un relevante papel. Por otro lado, Francisco Giner de los Ríos (1839-1915), pedagogo con una mentalidad innovadora y una visión política progresista, estuvo muy influenciado por sus ideas, así como por el Krausismo que enlazaba con el sentido ético de la vida, (elemento indispensable para poder tener una visión de la realidad completa y orgánica), así como con la necesidad de afrontar las necesarias reformas sociales, ideas que estuvieron en la base de la orientación ideológica de la ILE.

Reglas, libertad y filosofía

La filosofía de la ILE incluía su neutralidad en la línea educativa, la libertad de cátedra y la inviolabilidad de la ciencia, el sentido universal de sus metas, la austeridad en su vida, así como el comportamiento respetuoso con todas las religiones. Los miembros de la ILE defendieron los derechos de las mujeres y la igualdad entre hombres y mujeres y valoraron, como no se había hecho con anterioridad en España, la importancia de la educación en los primeros años de la infancia. Pero especialmente heredaron del Krausismo su valoración de la libertad a la que nadie debía renunciar.

La Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas y la Residencia de Estudiantes

En 1907 nacía otra importante institución vinculada con la Institución Libre de Enseñanza, la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas (Jiménez Landi, 1984: 121) cuyas experiencias, junto a las de la Residencia de Estudiantes, han sido también para nosotros fuente de inspiración de nuestra propia filosofía de trabajo, así como para la creación y orientación de algunos de nuestros programas. De nuevo, Giner de los Ríos era la persona responsable de esta nueva iniciativa, creada para mejorar la educación y la investigación en los niveles superiores de la enseñanza e intentar conectar también a los estudiantes universitarios y a los investigadores con los grupos europeos de investigación más relevantes y creativos en cada campo de las ciencias puras y las ciencias sociales. Su primer presidente fue el profesor Santiago Ramón y Cajal, Premio Nóbel Español de Medicina.

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Y aunque varias instituciones jugaron un papel esencial para la cultura española, el núcleo principal y más emblemático de la renovación de la educación y de la investigación española en ciencias y también en el desarrollo de las humanidades fue el que giraba en torno a la Residencia de Estudiantes. El «estilo institucionista» fue siempre sencillo y austero como su ideología, algo apreciable incluso en la propia arquitectura de sus edificios. Su director, otra importante figura de nuestra historia, Alberto Jiménez Fraud, consiguió inculcar en los residentes y en la propia vida diaria de la residencia las ideas de orden, limpieza y buen gusto, siempre presentes en todos los espacios, así como en las actividades y estilo personal de los institucionistas.

La filosofía y el espíritu libre de Francisco Giner de los Ríos se mantuvo absolutamente vivo hasta 1931, año del comienzo de la Segunda República (1931-1939), pero aunque esta circunstancia política parecía que podía ser el mejor caldo de cultivo para su desarrollo, el resultado fue, lamentablemente, muy diferente a lo esperado, dadas las dificultades para el entendimiento surgidas entre los liberales vinculados a la ILE y los marxistas y populistas vinculados con los partidos políticos. Así, los aciertos de la ILE y los errores de los que no entendieron su libertad de pensamiento deben ser recordados y permanecer como una referencia esencial para otras instituciones con fines educativos, así como para los responsables de nuestra política educativa, científica y cultural.

El fin de un sueño y la búsqueda permanente de las ideas educativas liberales

Desgraciadamente para nuestro país, en 1936 la Guerra Civil Española cortó definitivamente, entre otras muchas cosas, las iniciativas y actividades de la ILE, a pesar de lo cual, su filosofía, basada en la ideología liberal de Giner de los Rios, sigue siendo, muchos años después, respetada y valorada como una herencia cultural que nos sigue invitando a otras instituciones a seguir su camino.

Entre ellas, el MNCT desde 1998 y la FAMNCT, con más de siete años de vida institucional, están intentando impulsar, como hizo la ILE una línea de «educación informal o no reglada» (como se define en los países anglosajones a este tipo de acciones educativas) que ha bebido en las fuentes de la ILE, por haber sido la experiencia educativa integral más innovadora que tuvo este país. Y en esa línea de pensamiento el foro de la ciencia del museo como marco de un conjunto de programas educativos, con siete años de actividad continuada y permanente, al que hemos denominado ForoCiencia, ha estado orientado, desde el inicio de las actividades didácticas del museo y de la fundación, no sólo a abrir la comunicación entre ciencia y sociedad sino, como sucede con todas nuestras actividades, a estimular ese sentido ético y responsable de todos, especialmente de los más jóvenes, hacia sí mismos y hacia los demás, habiendo sido así entendido por todos.

El Museo y la Fundación intentan crear de ese modo y en ese marco, constantemente, como hicieron la ILE y la Residencia de Estudiantes, situaciones nuevas y contactos reales con los intelectuales más prestigiosos. Y estos científicos, médicos, ingenieros, historiadores, museólogos, y otros expertos, en nuestro caso generalmente españoles -dado que los tiempos son otros y contamos con importantes figuras- comparten su conocimiento, sus experiencias y sus ideas con los niños, los jóvenes y con un público adulto, en un escenario real, pero distendido e informal, que facilita un nivel de comunicación sorprendente en un clima muy especial. En ese ambiente, la confianza, la simpatía de los profesores y de su público, así como el comportamiento respetuoso de todos son algunas de las claves para que se genere, como sucede, una comunicación tan especial apreciada por todos.

Ese espíritu de trabajo permite siempre la libre elección de una participación activa, proporciona a los niños, jóvenes y adultos un clima muy especial en el MNCT que sin duda es único e intransferible. En este ámbito hemos conseguido motivar la curiosidad, que siempre encuentra en el museo las mejores respuestas y el mejor aprendizaje, para que nuestro público pueda seguir generando siempre otras nuevas preguntas que les permitan ir más allá, encontrando siempre contestación en ForoCiencia.

Tenemos un largo camino por recorrer ya iniciado y lo hacemos muy bien acompañados. Compartir tiempo y conocimiento con los mejores seguirá siendo nuestra meta.


BIBLIOGRAFÍA

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JIMÉNEZ LANDI, A. (1984): Breve historia de la Institución Libre de Enseñanza, Madrid.
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WEIL-BARAIS, A. (2001): «Los constructivismos y la didáctica de las ciencias», Perspectivas, XXXI, 2: 197-207.



Amparo Sebastián
Directora del Museo Nacional de Ciencia y Tecnología

 

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