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¿Cómo se debe enfocar la gestión de la Ciencia y la Tecnología? 

Iniciado el 19/2/2004  y finalizado el 26/2/2004    
Moderado por Xavier Pujol Gebellí.

SI USTED FUERA GESTOR, ¿ESTABLECERÍA PRIORIDADES EN CIENCIA Y TECNOLOGÍA?

¿Cree que las ciencias de la vida merecen en estos momentos una mayor inversión que las matemáticas o cualquier otra rama del saber? ¿Considera que el desarrollo tecnológico debe anteponerse a la generación de conocimiento? ¿Hay que orientar la ciencia, por más conceptos básicos que resuelva, o por el contrario hay que dejarla fluir libremente? En Europa los gestores no acaban de ponerse de acuerdo. Tampoco, por extensión, en España. La tendencia, no obstante, apunta más a la orientación en busca de aplicaciones que no a la libertad. Si usted fuera gestor, ¿qué tendencia escogería? ¿Primaría una rama en detrimento de otra?

La orientación del sistema científico y tecnológico continúa siendo un debate pendiente de solución en Europa. Periódicamente, se alzan voces reclamando mayor libertad de acción para unos científicos que se ven encorsetados por programas marco y líneas de acción considerados demasiado restrictivos. Sin embargo, de no existir restricciones, que a efectos prácticos se traducen en recursos más cuantiosos para un paquete de áreas en detrimento de otras, muchos piensan que difícilmente se van a lograr avances cualitativos suficientemente sólidos como para competir con Estados Unidos o Japón.

La competitividad, pues, parece ser el principal argumento para fortalecer áreas de conocimiento. Así se hizo, en un momento dado, con la biotecnología. Ante la pujanza de esta rama tecnológica en Estados Unidos, y aprovechando la existencia de una cierta masa crítica en distintos países europeos, desde la entonces todavía Comunidad Económica Europea, durante la década de los ochenta se primó extraordinariamente todo cuanto tuviera que ver con lo 'bío', desde conocimiento básico hasta desarrollo de aplicaciones pasando por la creación de empresas y la generación de estructuras técnico-científicas de tamaño y ambición diversas. Transcurridos casi veinte años, ¿puede considerarse Europa una potencia biotecnológica?

La respuesta admite múltiples matices. En el extremo de las sensaciones positivas se considera que el impulso dado a esta área ha situado a Europa y a los países que mayor esfuerzo inversor han efectuado en las posiciones de cabeza, aunque con dura competencia exterior. Desde el más negativo se entiende que las inversiones llevadas a cabo simplemente han impedido que Europa se descuelgue y que ello se ha conseguido a costa de otras áreas.

El ejemplo podría resultar válido para otros muchos casos de conocimiento orientado. Para todos ellos los analistas más críticos argumentan que la falta de libertad, y por tanto de recursos, obliga a diseñar políticas que van siempre a remolque de la existencia de masa crítica suficiente y, sobre todo, de que se aprecie un retorno económico a medio plazo. Dicho de otro modo: obliga a apostar sobre seguro rechazando lo que huela a inventiva y descartando lo que hoy aparenta ser un riesgo. Sólo así se explica el interés por impulsar la nanotecnología en Europa cuando en Estados Unidos o en Japón llevan años de carrera en nanociencias, un campo abonado en el Viejo Continente pero sin la atención suficiente hasta ahora.

La denominada ciencia libre, por supuesto, también tiene sus detractores. Lo son, en esencia, los que opinan que los recursos son limitados. De acuerdo con este argumento, o se opta por el 'café para todos' o por el 'almuerzo para algunos'. Optar por lo segundo lleva a la especialización y ésta, como siempre, al riesgo de acertar o bien caer en el seguidismo de modas pasajeras.

Es muy probable que la respuesta a este dilema, si existe, sea un término medio. Japón apostó en su día por la electrónica de consumo prácticamente a partir de la copia y, con el tiempo, ha desbancado al resto del mundo en innovación y ciencia básica vinculada al chip, sea electrónico, cuántico, nanotecnológico o biológico. La apuesta mucho más libre de Estados Unidos le ha llevado a una diversificación que ha conducido a su comunidad científica hasta el liderazgo de múltiples áreas. Representan, de algún modo, caminos opuestos hacia el mismo lugar.

Ambos enfoques han llevado al desarrollo actual de lo que hasta hace poco eran curiosidades científicas. Por citar unos ejemplos: ¿Quién habría dado un euro hace tan sólo diez años por las células madre? ¿Y por la genómica, cuando hoy empieza a hablarse de metabolómica? ¿Quien se hubiera atrevido con los hidratos de gas, con el ARN o con la fotónica? Desde las revistas especializadas se habla hoy de grandes redes inalámbricas, ingeniería inyectable de tejidos, nanocélulas solares, mecatrónica, computación GRID, imagen molecular, glicómica o criptografía cuántica como tecnologías emergentes para cambiar el mundo.

¿Con cual de los dos enfoques, el orientado o el libre, se favorece su desarrollo? ¿Cuál de ellos da mayores oportunidades a la innovación? ¿Limita realmente el orientado la investigación básica? ¿Hipoteca la ciencia libre los recursos? ¿Existe un punto medio que equilibre ambas tendencias? Y la última y tal vez más trascendente en nuestro caso: para una potencia menor como es todavía España, ¿tiene sentido plantearse el debate en estos términos? Dicho de otro modo, ¿establecería prioridades en ciencia y tecnología?


 Comentarios:

 

1 
Perspectivas acerca de la cuestión científica
Autor: jose maria blazquez
Instituto Madrileño de Investigación Agraria

Partía Aristóteles en su "Política" de una consideración teleológica de la naturaleza humana: la naturaleza es fin. Se preguntaba el filósofo griego por el fin, por el bien al que tiende el hombre por propia naturaleza; pero no a cualquier tipo de fin o bien, sino precisamente al fin perfecto y autosuficiente "que siempre se elige por sí mismo y no por otra cosa." Fin y bien suponen la actualización, la realización, el acabamiento, la plenitud y la perfección del hombre.  Aristóteles concluirá que el hombre alcanza la plenitud de sus posibilidades humanas, su acabamiento o perfección como ser humano, su felicidad, en la actividad intelectual teorética, en la contemplación desinteresada de la verdad.

Este esquema filosófico preside el pensamiento hispano-musulman y será  Avempace, por ejemplo, quien, entre otras obras, en su Tratado sobre la Unión del Intelecto con el Hombre -que estudiara magníficamente en 1942 el profesor Asín Palacios- reconducirá la cuestión de la ciencia como el esfuerzo de alcanzar la perfección de la potencia especulativa del hombre. El individuo no es hombre mientras no adquiere la potencia reflexiva o racional, con cuya adquisición nacerá el apetito concupiscente, motor de la reflexión y de cuanto esta se deriva.

Avempace es un paradigma, entre otros varios, que ilustra -en hora ciertamente temprana del tempo histórico- la transición entre el estado de creencia, que tan sólo genera opinión y que secunda el continuum histórico incluso hasta nuestros días, y el estado de ciencia, mediante el cual el hombre capta lo universal, lo necesario e inmutable.

Pero en la época del musulmán aragonés y de sus epígonos, la simplicidad de las relaciones sociales hacía innecesaria una ciencia volcada en las necesidades de raiz netamente económica, entendida en su estricto sentido contemporáneo de utilización eficiente de recursos escasos. Por consiguiente, Avempace, como los propios sufíes, verán en el cultivo de la ciencia el fundamento más seguro para conducir al alma hacia su fin último. El apotegma  "amor Dei intelectualis" vendrá a ser su premisa apodíctica.

Pues bien, qué puede extraerse de este breve excurso. La ciencia es hoy, ante todo, un medio para captar lo necesario para nuestra sociedad. Que ese "necesario" sea o no sea propio de lo universal, o de lo inmutable, es accesorio. Y el agente definidor de qué deba ser lo necesario, sólo puede encarnarse en sociedades de Derecho, en instituciones con legitimidad social para ello. En consecuencia, la idea central que inmediatamente surge de la lógica es una gestión de la ciencia ORIENTADA hacia el fin último necesario para el bien común, dejando para desarrollos culturales secundarios lo que podría definirse dentro de la diletancia.
Escrito el 19/2/2003

2 
¿Qué sentido tiene jugar con imposibles?
Autor: Enrique Díaz Martínez
Investigador sin contrato
Centro de Astrobiología

Nos preguntan en este foro que qué haría cada uno de nosotros si fuera gestor de i+d.  Creo que antes hay que definir los términos y dejar claras algunas cosas:

- Establecer una prioridad significa escoger algo y, por defecto, despreciar el resto. Esto nos pasa a diario en otros aspectos de la vida, y sólo queda asumir las consecuencias. Y claro, siempre es mejor aprender de experiencias pasadas (sobre todo si no es carne propia) para poder mejorar nuestro criterio en la siguiente definición de prioridades...

- Dar más inversión a unos que a otros... Obviamente, depende de la cantidad que estemos hablando. A lo mejor no importa definir prioridades si la inversión es tal que al que menos se le vaya a dar todavía puede hacer algo con ello. Podríamos considerar que este sea el caso de EEUU y Japón, pero seguro que no es el nuestro. En España partimos de una inversión ínfima en ciencia, y por eso nos entretenemos con estas discusiones.

- Desarrollo tecnológico y generación de conocimiento sólo pueden ir a la par. La historia así lo demuestra. Si cesa uno, cesa el otro. Si uno avanza, el otro avanza. Y ninguno de los dos puede retroceder.

- Es más políticamente correcto orientar la ciencia hacia las aplicaciones. Sin embargo, esto sólo es por la búsqueda del beneficio a corto plazo, compatible con los periodos electorales. Lo que hay que resaltar es que el conocimiento general, que a corto plazo puede parecernos no aplicado, en un futuro puede ser el fundamento de nuevas aplicaciones. Pero esto es una inversión a largo plazo, que a los políticos y gobernantes no les interesa (como hemos comprobado durante siglos).

Concluyendo, si yo fuera gestor, exigiría a mis políticos y gobernantes que inviertan en ciencia, tanto en recursos humanos como en recursos económicos para los proyectos. Y si no, con un mínimo de ética y compromiso moral con la sociedad, dimitiría (como ya han hecho algunos). Porque si no, ¿qué sentido tiene jugar con imposibles?
Escrito el 20/2/2003
Re: ¿Qué sentido tiene jugar con imposibles?
Autor: el problema del largo plazo
Director de I+D

España tiene un grave problema a largo plazo; de hecho, ya lo está teniendo. La inversión en I+D produce efectos acumulativos. Si invertimos 1/4 que los demás paises avanzados conseguiremos como mucho la cuarta parte de resultados.

Por supuesto hay que priorizar, pero al ser tan poco y parte de esa escasa inversión en I+D estar dedicada a sostener su infraestructura burocrática, nos encontramos que está el chocolate del loro.

Los científicos en general están bien formados, pero no hay dinero para los proyectos.

Entre otras cosas, el Estado no "compra" proyectos de largo plazo. EEUU ha invertido sumas considerables de dinero en el desarrollo de una red que luego se convertiría en Internet, en el proyecto Apollo, que dió "subproductos" como los microordenadores, etcétera.

Algunos de esos proyectos son tan grandes que fuerzan la colaboración de varias universidades, cosa que en Europa es producto de la artificialidad del sistema de subvenciones.

Por otro lado, grandes proyectos empresariales de Japón y USA se han realizado para desarrollar y aprovechar potencial tecnológico, como por ejemplo, Toshiba.

La política española ha resultado inconsistente desde hace años, primero al venir recortando inversiones, ya que la I+D no es un tema "popular", segundo contradiciendo los planes con los hechos -por ejemplo, el tema del INFO XXI.

Creo que no se trata tanto de introducir mejoras o acertar en las prioridades. Antes habría que responder a esta pregunta ¿sabemos qué estamos haciendo? Personalmente creo que no.
Escrito el 5/5/2003

3 
¿Se puede orientar la creatividad?
Autor: Nieves Lopez-Martinez
Catedrática
Universidad Complutense de Madrid

El debate planteado sobre liberar u orientar la investigación científica tiene muchos componentes: cuestiones políticas, económicas, filosóficas, sociales, técnicas, psicológicas...  

En mi opinión, el mismo concepto de "política científica" implica que la clase política busca orientar el tipo de ciencia que quiere hacer, y la sociedad puede preguntarse entonces si sus recursos se están invirtiendo en investigación de la mejor manera posible. El VI Programa Marco es el más visible producto de la actual política científica europea. Guste o no, es exactamente investigación orientada: temas, tamaños de grupos, plazos, tipos de acuerdos... en resumen, planificación total buscando potenciar el desarrollo de las ideas ya existentes que se consideran mejores, y permitir la aparición de ideas nuevas.  

Pero me parece que este último punto no puede conseguirse por decisión política, sino que implica investigación libre: la creatividad que produce nuevas ideas no dependería de la planificación, de la orientación política, ni del potencial económico: surge en condiciones espontáneas en individuos, sin aparente relación con factores externos. La sociedad puede detectar, limitar y/o potenciar sus focos de creatividad, pero no puede producirlos: se producen solos en condiciones de libertad, de confianza y de entusiasmo, un tipo de "clima" social que de momento parece algo escaso en nuestras latitudes.

Yo no he encontrado ese clima alrededor del VI Programa Marco, a pesar del magnífico esfuerzo realizado por todos. Quizá el esfuerzo tampoco tiene relación con la creación...
Escrito el 25/2/2003
Re: ¿Se puede orientar la creatividad?
Autor: Israel Polonio
Geólogo
RepsolYPF. Dpto. Exploración

Contestando, a la que ha sido y seguro indirectamente una de las personas refentes en mi desarrollo profesional, estoy de acuerdo con ella, en que la espontaneidad de la creatividad es algo único. Como todo efecto individualista, sólo ilumina de vez en cuando en la vida, a aquellas personas que trabajan en esa dirección y no esperan el remolque de las instituciones o programas, tanto nacionales como internacionales.

Es seguro que el desarrollo de la creatividad, como otra virtud, se puede potenciar con programas concretos de planificación sectorial.

Esto es con el desarrollo de actividades dirigidas a conseguir unos objetivos concretos en un corto espacio de tiempo, y con la suficiente visión para que sean novedosos. Muchos programas nuevos, sólo por ser nuevos se desinflan, se tachan o simplemente se desestiman, sin llegar a comprender que tal vez, no tengamos o no exista la suficiente capacidad para ver su desarrollo futuro.

Desde este foro, quiero mandar un fuerte impulso por la creatividad de género en la mayor de las formas, especialmente la universitaria.
Escrito el 25/2/2003
Re: ¿Se puede orientar la creatividad?
Autor: jose maria blazquez
Instituto Madrileño de Investigación Agraria

Nuestra propia creatividad podemos orientarla como mejor nos parezca, desde nuestras propias preferencias personales.  Otra cosa es la orientación de una actividad, como la investigación científica fomentada y coordinada desde los Poderes públicos por mandato constitucional y legal, en la que han de articularse todos los factores que conduzcan a la satisfacción del interés público.  

Su postura parece encuadrarse más bien en el ámbito de las inquietudes culturales o intelectuales, respecto a las cuales también los Poderes públicos tienen conferido un mandato constitucional de fomento y promoción, pero que deben situarse en un plano subsidiario en la actividad de fomento y coordinación general de la investigación científica y técnica, que ha de ponderar y tutelar otros bienes constitucionalmente protegidos.
Escrito el 27/2/2003

4 
Establecer prioridades en ciencia y tecnología
Autor: Arturo Azcorra
Catedrático de Universidad
Universidad Carlos III de Madrid

Los fondos de Ciencia y Tecnología no permiten financiar toda la actividad de I+D que la comunidad científica y técnica puede canalizar. El diferencial entre nivel de financiación, y potencial de I+D, varía fuertenemente si se analizan distintos países y regiones. En el caso de España, numeros datos comparativos avalan que ese diferencial es mayor que en los países de nuestro entorno. Esto implica que los resultados científicos potenciales que la comunidad científica y técnica española está capacitada para alcanzar están limitados fuertemente por la disponibilidad de fondos.  

Por tanto, se hace necesario un cuidadoso método de asignación de fondos, para que las dotaciones disponibles proporcionen el máximo retorno de bienestar. Por un lado, es obvio que las convocatorias competitivas implican que se doten los fondos a los equipos de investigación más cualificados, y que realizan propuestas más interesantes. Por otro lado, también resulta obvio que no todas las propuestas, al margen de su calidad intrínseca, retornan el mismo nivel de bienestar a la sociedad española.  

Resulta de ahí imprescindible establecer prioridades temáticas para maximizar el retorno de estas inversiones que las distintas administraciones públicas realizan en I+D. No es tarea fácil estimar los retornos, ya que pueden ser muy variados, desde culturales, apoyo a la formación de nuestros jóvenes, y también económicos, vía desarrollo de tecnologías y negocios que contribuyen a crear empleo y aumentar el nivel de renta Español.

La cuestión no es por tanto si hay que establecer prioridades, sino como determinar qué prioridades contribuyen a maximizar estos retornos sociales en el contexto específico de cada región, y en el conjunto del estado.

Escrito el 28/2/2003

5 
Una opinión más
Autor: empresario
anonimo
anonimo

Todo esto está muy bien, pero para ser una herramienta para las empresas, pocas opiniones de empresas veo. Es decir, para qué vale en realidad todo este montaje de BLA BLA BLA carente de objetividad, eso sí, lleno de buenas intenciones; dónde está el intercambio de conocimiento que ayude al crecimiento empresarial.

Como empresario solo veo este debate como otra buena declaracion de intenciones y poco más. Eso sí, tiene que costar un buen dinero.

Escrito el 6/3/2003

6 
Sobre la Gestión de la Ciencia y la Tecnología
Autor: José de Nó Sánchez de León
Director Departamento Postgrado
CSIC

¿Ciencia libre o priorización? La pregunta para el debate afronta un problema que frecuentemente se plantea a los gestores de la I+D desde distintos ámbitos y que deben afrontar al elaborar los planes de promoción y actuación. Cualquiera de las dos respuestas o de los dos enfoques tiene defensores y detractores. Sin embargo esta pregunta, como muchas otras, suele abordarse de forma aislada sin definir otros aspectos con los que está íntimamente relacionada. De esa forma el llegar a una conclusión mínimamente aceptable por una amplia mayoría suele ser casi imposible.

Además, aunque se acepte una de las dos respuestas como la generalmente válida, es seguro que habrá ocasiones en que no lo sea sino que debiera haberse adoptado el otro planteamiento. Y no digamos cuando se razona sobre la validez de una sobre la otra argumentando con la aplicación a casos concretos y los resultados obtenidos. El haber adoptado un enfoque de libertad total de investigación (o la priorización de unas determinadas disciplinas, tanto da) como enfoque de una política y obtener unos pobres resultados (o muy buenos) no tiene necesariamente que deberse a ese enfoque sino que puede -y suele- ser debido a una cantidad innumerable de factores y decisiones que intervienen en la puesta en ejecución.

Pero vayamos a la cuestión. Creo que se trata de una falsa disyuntiva. O al menos de carácter claramente secundario frente a otros puntos mucho más importantes para la gestión de la Ciencia y la Tecnología. He aquí a mi juicio algunos de ellos.

En primer lugar no todo lo que se hace con el nombre de ciencia lo es realmente. Y aunque no lo sea no quiere decir que haya que dejar de hacerlo pues es posible que sí sea necesario para que se pueda hacer ciencia de verdad. Para que sea ciencia debe aportar conocimiento nuevo, no repetir en situaciones diferentes lo que otros ya han hecho. En el fondo lo que caracteriza a la ciencia es la excelencia, algo que muchas veces es difícil de valorar. Sin embargo la excelencia es algo eminentemente relativo. Lo que hoy es excelente no lo es dentro de un tiempo, porque ya se ha difundido, por ejemplo. La excelencia tiene un carácter comparativo con lo que otros están haciendo en ese momento. Y comparativo a nivel global. Por ello la ciencia no tiene fronteras y los científicos están compitiendo entre ellos en todo el mundo.

De lo que acabo de decir se deduce inmediatamente un segundo punto: la necesidad de tamaño crítico en los equipos de investigación, con las consecuencias lógicas de la necesidad de una dotación de recursos adecuada y mentalidad de trabajo en equipo bajo una dirección eficiente (las propuestas que no lo tengan deben justificar muy bien las razones para que se les apoye). Es claro que aunque la eficiencia (resultados por investigador o por recursos dedicados) de la investigación en España sea mayor, el volumen y calidad de los resultados que hay que obtener para poder competir frente a los que tienen otros países con los que competimos exige una cierta igualdad de condiciones para poder competir y en este momento la competencia es entre grandes grupos de investigación bien dotados y organizados (incluye no sólo recursos económicos sino personal de apoyo suficiente, bien preparado e incentivado, entre otras cosas). Sin ese tamaño crítico se podrá trabajar en investigación con mayor o menor fortuna pero mantenerse en la frontera de generación de conocimiento es realmente difícil, aunque en España compensemos en lo posible esa desventaja con nuestro ingenio y nuestro esfuerzo. Y el tamaño crítico también está relacionado con el nivel de apoyo a (o las formas de desincentivar) la formación de nuevos grupos de investigación constituidos por un investigador recién entrado (y escindido de su maestro) y algún becario que le ayude en el trabajo, situación esta tan frecuente en España y que imagino también se da en otras partes (no excluyo que exista una vía para dar oportunidad a investigadores individuales o pequeños grupos de probar ideas novedosas y arriesgadas, pero con un control y seguimiento adecuado, como con todo).

El dirigir esos equipos de tamaño adecuado, con recursos importantes y formado por personas a las que se las pide que aporten lo mejor que tienen de su intelecto y su creatividad no es una tarea trivial. Todo lo contrario. Es una tarea realmente compleja para la que no todo investigador vale ni está preparado para hacerlo. Este sería el tercer aspecto a considerar: la necesidad de profesionalizar en lo posible la gestión de la investigación. Hay personas que tienen cualidades innatas para dirigir un equipo o una empresa pero a otras se les encarga esa tarea a un nivel mayor o menor y deben aprender a hacerlo. Existen técnicas para enseñar la gestión de una empresa, de un organismo vivo y complejo, a los que se hacen cargo de esa responsabilidad. Es preciso tener unos conocimientos distintos de los conocimientos técnicos de la empresa o científicos de la investigación que se está realizando y poseer unas habilidades. Algunos las tienen y otros no, pero cada uno a su nivel en la responsabilidad de dirigir que tenga debe tener los conocimientos y habilidades para gestionar el equipo de trabajo y obtener los mejores resultados posibles. Y esto es igualmente válido en la investigación donde hay que dirigir proyectos, grupos de trabajo e investigación, departamentos y centros, y no digamos instituciones.  

Y un último aspecto a considerar. La ciencia es una cosa importante, algo fundamental, pero no está aislada. Y no debe abordarse sin hacerlo con un conjunto de problemas o aspectos relacionados. Junto a la generación de conocimiento está el de su aplicación en los distintos niveles que puede darse. Y aquí también hay que distinguir entre el desarrollo de nuevas técnicas -que son generación de conocimiento en cuanto a que hay que crear formas nuevas de aplicar conocimientos científicos- y la extensión y difusión de técnicas y conocimientos y también lo que puede ser el repetir de una forma o de otra los desarrollos hechos por otros para alcanzar un dominio de una técnica que de otra forma no se puede obtener.  

Por ello la gestión de la ciencia requiere un enfoque mucho más amplio o si se quiere un planteamiento más global e integral que el dilema de ciencia libre o priorización. Y esto sin hablar de la necesidad de encuadrar la gestión de la ciencia en una estrategia global, y por tanto coherente, de país. Pero esto es otra historia.

Escrito el 18/3/2003

7 
Nuevas normas de Gestión de la I+D+I
Autor: Miguel A. luque Olmedo
Subdirector General
Instituto Andaluz de Tecnología

Nunca debe ponerse en contraposición Ciencia y Tecnología. La pregunta ¿que debe primar, la generación de conocimiento o la gestión de la tecnología? es engañosa en si misma ya que ambas actuaciones deben convivir en cualquier organización que pretenda sobrevivir en el futuro.

Respecto a como gestionar ambas actividades, conviene recordar que hace tres meses se han publicado las primeras normas sobre I+D+I que tratan de aclarar los conceptos (UNE 166000 Ex), como gestionar un proyecto (UNE 166001 EX) y como gestionar el propio sistema (UNE 166002 EX). El principal valor de estas normas es que nacen del consenso de numerosas instituciones, suponen un punto en común de la terminología, pueden tener una importancia fiscal importante (vinculación con las desgravaciones) y serán referencias certificables a corto plazo.
Escrito el 20/3/2003
Re: Nuevas normas de Gestión de la I+D+I
Autor: Cristina Ramos Peña
Técnica en Gestión de Proyectos
Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas

Me parece una aportación brillante. Porque en definitiva, cómo desarrollar un Plan de Investigación que haga convivir en plena armonía a la Ciencia y a la Tecnología es lo difícil, pero sin duda es LO NECESARIO, porque tenemos que ser capaces de llevar en paralelo estas dos actividades si queremos hacer algo.

Desconozco las normas UNE que regulan todo esto de la gestión, quizás no estaría mal que el PRICIT además de aunar Ciencia y Tecnología recogiese Gestión en un breve Instrumento de actuación.

Escrito el 23/4/2003

8 
Cauces o encauces a la investigación
Autor: sergio gallarre
Estaba buscando obras del historiador alemán del siglo XIX, Leopold von Ranke, cuando navegando he encontrado este debate sobre el desarrollo de la ciencia. Son interesantes, tanto el planteamiento introductorio como la mayor parte de las aportaciones, e indudablemente, todos saben mucho más que yo del asunto.

La mínima aportación que yo puedo hacer parte de una pregunta, que no sé si es pregunta que requiere contestación, después de análisis, o una conclusión que toma la apariencia de pregunta para hacerla más aceptable.

¿Es posible la ciencia libre en una sociedad administrada?

Naturalmente, antes de contestar con un sí o un no es preciso perfilar una serie de términos que no están bien definidos, algunos de los cuales hay que dejarlos como con un contenido generalmente compartido, si quiera solo sea por poder llegar al final de la exposición antes de que se haga de noche. En este ámbito cae aquello de qué sea ciencia, cosa que puede estar clara o ser discutible, pero vamos a suponer que todos estamos empleando el término con iguales contenidos o, por lo menos, con contenidos compatibles entre si, lo que ya es suponer, pero no queda otro remedio. Otro término cuyo contenido es aún más peliagudo de perfilar es qué sea la libertad, pero el contenido de la palabra habría que perfilarlo con precisión si se quiere llegar a saber lo que se puede entender por ciencia libre, y aquí la dificultad se acrecienta, pues los hombres han hablado desde siempre sobre la libertad y jamás se han logrado poner de acuerdo sobre lo que era. Se podría seguir con todo este preámbulo y hacer lo propio con términos como sociedad y administración para saber a qué me refiero cuando digo sociedad administrada. Puede merecer la pena en si, y puede merecer la pena trabajar con sobre-entendidos.

Sociedad administrada, para mi esa es la cuestión: ¿es posible la ciencia libre en una sociedad administrada?
¿Somos, o no, una sociedad administrada? y eso, ¿qué es?
Si la sociedad administrada coarta la libertad, y por definición, aunque hemos decidido no analizar los términos para avanzar, el hecho de administrar supone encauzar, cuando menos, la actividad que sería libre, o más libre, pero quizá menos eficaz, sin esa administración, la ciencia libre solo se podría dar con el  permiso especial de los administradores de esa sociedad administrada, o fuera de los límites de ella.

Que la ciencia libre deba acudir a los límites de la sociedad administrada para desarrollar sus investigaciones, supone poner en grave aprieto a la ciencia, pero en mucho mayor peligro a la sociedad en que eso pasa. Porque las limitaciones al desarrollo de la ciencia han tenido en el decurso de la historia un gran ámbito; una gran parte de la historia de Europa durante muchos, muchos de verdad, siglos de su historia, han estado teñidos por una actitud que, en el mejor de los casos, hacía  a la investigación científica sospechosa y aquel  que  se atrevía a acometerla sin tener en cuenta las conclusiones se jugaba, materialmente, la vida. Giordano Bruno no está solo.
Pero con ser esto grave,  no lo llega a ser tanto, salvo para el hombre individual y su familia y amigos (en el caso de Giordano Bruno ni siquiera los tenía, así que, aún más intranscendente) como para la sociedad que funciona del modo en que el afan por administrarla.

Escrito el 28/4/2003
Re: Cauces o encauces a la investigación
Autor: jose maria blazquez
Instituto Madrileño de Investigación Agraria

El objeto del debate que nos ocupa trata de buscar orientaciones fundamentadas acerca del modo de gestionar la ciencia y la tecnología.
Desde la estricta perspectiva de los Poderes Públicos, es nuestra Constitución la que señala uno de los enfoques: fomento y coordinación general; así lo entendió nuestro legislador ordinario y a la Ley promulgada en 1986 se le puso, precisamente, esa rúbrica.

Naturalmente no es el único enfoque, pues fomentar una actividad no es dirigirla, sino únicamente facilitar, promover esa actividad, dejando a los agentes sociales y a los individuos plena libertad de acción al respecto.  

Ahora bien, cuando la actividad científica y tecnológica es emprendida por los propios Poderes Públicos, especialmente por la Administración Pública, han de ponderarse los mandatos establecidos para ella por la Constitución. Esto es opinable, podrá o no ser de nuestro agrado personal, pero si aceptamos el juego democrático -con todas sus imperfecciones, pero el que mejores resultados reporta a nuestras sociedades- hemos de aceptarlo.

Y nuestra Constitución de 1978 impone a la Administración servir con objetividad los intereses generales, entendidos estos según la máxima benthamiana de la mayor utilidad para el mayor número, además de actuar siempre de acuerdo con la Ley y el Derecho, en nuestro caso de acuerdo con la Ley de la Ciencia de 1986.

Dedicarse a la actividad científica bajo el soporte de los Presupuestos Generales del Estado o de las Comunidades Autónomas, no puede hacerse de cualquier manera, sin perseguir objetivos constitucionalmente protegidos y sin coordinación para evitar duplicidades de esfuerzos o redundancias innecesarias.

Evidentemente, queda siempre a la plena disposición de los particulares, al amparo de la iniciativa privada que obviamente les asiste, emprender las actividades científicas o teconológicas que tengan por conveniente y, naturalmente, gestionar esas actividades de la manera que crean oportuna de acuerdo con los intereses y el destino que quieran dar a sus propios recursos.
Escrito el 5/5/2003
Re: Cauces o encauces a la investigación
Autor: alicia ballester
Echo de menos la opinión de alguien que haya hecho Ciencia. La Ciencia debe ofrecer a la Sociedad, no es la Sociedad la que se encuentra en disposición de exigir de la Ciencia. La Ciencia tiene su propio pulso y se crea y se configura, no en respuesta a necesidades de las naciones, sino a las propias que nacen de la misma Investigación.

Luego está lo de la Tecnología que es otro asunto y lo de la rentabilidad de la Ciencia que es otro. Pero claro, para entender esto, antes hay que haber investigado y haber conocido qué es eso de la Ciencia, sino entiendo que es muy difícil y mucho más si el objetivo es gestionarla como si se tratara de un horario de ventanilla.
Escrito el 26/6/2003

9 
Cómo saber más de innovacion tecnológica
Autor: Dalia
estudiante
Universidad autonoma chapingo

Me agrada esta página y, en especial, el debate sobre inovación tecnológica que se ha planteado. Contiene enfoques en ámbitos de índole muy diferente al concepto que tenía previamente planteado. Me gustaría saber más sobre este tema.
Escrito el 5/5/2003

10 
Gestionar la pobreza
Autor: José R. Regueiro González-Barros
profesor titular de inmunología
universidad complutense

Juntando todo el presupuesto para investigación de la UE y el de los países miembros en una sóla bolsa no llega al 30% de lo que invierte el NIH, si no recuerdo mal lo que nos contó Octavi Quintana hace poco. Él mismo lamentaba que a poco tardar la UE iba a tener que invertir en SRS, como ocurrió con la encefalopatía espongiforme (para la que todavía hay abierta en España una convocatoria que no consume EJC), aunque en ambos casos apenas hay incidencia en la población.

Los jóvenes se escapan de la carrera científica por falta de perspectivas sólidas. No hay mucho que inventar y sí mucho que imitar a los países que ya sabemos que lo hacen bien.

Investigación libre tipo PGC y orientada tipo PN. Pero lo que falta es dinero. Mucho dinero.
Escrito el 5/6/2003

11 
SOBRE CIENCIA Y TECNOLOGIA
Autor: FELIX TORRECILLA TORRIJOS
en trance..
es trance de...

Si, en realidad estoy en desacuerdo en todo lo que es CIENCIA Y TECNOLOGIA. Porque en España, que ha sido siempre prolífera de cerebros de una inventivaa relevante, le de por copiar todo lo que sea parecido a lo americano, sin tener en cuenta que hemos pasado por una guerra civil y por una consecuencia, lógica de haber nacido de cero (por lo que somos pobres por naturaleza, y hemos idealizado todo). Aunque los americanos nos llamen "los Ricos" y nosotros nos lo hayamos creido.

Consecuentemente tenemos que hacer un examen de conciencia y dejar a la iniciativa privada con la libertad y el poder de subvención para la Inventiva Tecnológica.

Están ustedes ante un señor que tiene un montón de ideas que está buscando   financiación para sus proyectos. Y que ha vivido 20 años en América.
                                

Escrito el 15/6/2003

12 
No perdamos el foco...
Autor: Juan Fernández Vaquero
A lo largo de mi experiencia profesional he podido ver miles de euros literalmente desperdiciados en proyectos de "Investigación y Desarrollo", especialmente relativos a Nuevas Tecnologías de la Información. Y no es que fueran malos proyectos, o malas ideas, o mal gestionados, sino que simplemente carecían de algo fundamental: ¿para qué sirve esto de verdad?

Experiencias piloto que nunca pasan de eso, de "pilotos", uso de tecnologías demasiado potentes para lo que realmente se necesita, "reinvenciones de la rueda"... El caso es que estos proyectos eran más o menos subvencionados, por lo que el único interés es cumplir y cobrar, sin preocuparse de la explotación y uso posteriores.

En mi opinión, la Administración debiera apoyar más este tipo de proyectos, e incluso financiarlos al 100%, pero exigiendo lo que cualquier cliente exigiría: que funcione, que sea mantenible, que solucione algo a los usuarios. En definitiva, que "sea útil" de verdad.
Escrito el 27/6/2003

14 
Tema: Inexistencia de contrato laboral para los investigadores

Autor: Santiago González Vallejo
coordinador del área de servicios
Unión Sindical Obrera

¿Becarios-investigadores o trabajadores que investigan?
20.000 trabajadores sin derechos

La Administración, de forma inercial, ha respondido a esa pregunta que dado que 'estudian', cuestión que ella identifica con investigar, son estudiantes y, por lo tanto, la renta que se les obsequia no es un sueldo y, más a más, que diría el antiguo y desconocido Ministro de Ciencia y Tecnología, Sr. Piqué, no tendrían derecho a los demás ingredientes de la relación laboral, asistencia sanitaria, devengos de prestaciones por desempleo, jubilación, vacaciones, cobertura por baja de enfermedad o accidente, representación sindical, etc y sólo tendrían la dependencia con un Jefe y declarar a Hacienda los emolumentos recibidos. Otras personas, por el contrario, no aceptando que la heroicidad de Ramón y Cajal deba ser el único precedente de cómo desarrollar una política científica en nuestro país, apostamos por un tratamiento de crear sostenidamente equipos de investigación.

Si se opta por la decisión administativa fomentamos la precariedad y el abandono sistemático de vocaciones científicas, además, de alambicar un dificil engarce jurídico por no normalizar una relación de dependencia y remuneración tal como establece el Estatuto de los Trabajadores y que curiosamente sí se realizan con otros colectivos de características similares como puedan ser los Médicos Internos Residentes o los profesores que contemporáneamente a su magisterio están realizando las tareas para lograr el título de doctor.

Porque estamos hablando en todo caso de licenciados universitarios, titulados para ejercer su profesión, con lo que la 'beca' no supone una acción de fomento de igualdad de oportunidades como podrían ser consideradas para poder lograr el acceso a los estudios universitarios o la licenciatura. Ahora es un eufemismo de salario pero sin que existan las otras contrapartidas económicas y sociales inherentes a él.  

Ante el sin sentido que los organismos públicos exigieran dedicación exclusiva a los becarios investigadores y, en muchos casos, realizasen la contratación de seguros privados (con el presupuesto público) de enfermedad, etc. el Gobierno del PP ha realizado una pirueta circense. Crea un denominado Estatuto del Becario para, por un lado, posibilitar la voluntariedad de que algunos investigadores a partir del tercer año y con una base de cotización, independientemente de la remuneración de la 'beca', igual al salario mínimo interprofesional tengan acceso a la Seguridad Social y a los devengos de jubilación pero no así a los de desempleo. Pero, por otro, mantiene su filosofía de no reconocer la laboralización del investigador.

Según el Instituto Nacional de Estadística hay 20000 investigadores calificados de becarios. El Estatuto recientemente aprobado, parcial y limitadamente, podría hacer que accediesen a la Seguridad Social menos de 5000.  

Esto ha supuesto una gran decepción de los jóvenes investigadores que han visto en el Ministerio de Ciencia y Tecnología, un ministerio refractario a la ciencia y a las personas que la hacen posible. Más bien ha sido una muñeca rusa que oculta gastos militares, subvenciones empresariales y al Ministerio de las Telecomunicaciones. La decisión gubernamental de no reconocer la relación laboral de los investigadores provoca otro efecto maléfico. Nos referimos a la incentivación en las malas prácticas del sector privado. Es sintomático que la falta de responsabilidad social del sector privado aumenta en tanto que el sector público no da buen ejemplo. Así, la CEOE por boca de sus representantes en el Consejo Económico y Social estaba en contra, incluso, de que los investigadores tuvieran Seguridad Social y por la cotización del SMI y la Fundación Cotec, que trabaja por el desarrollo de la investigación en el sector privado, en su último informe desprecia la calidad de la situación contractual de los trabajadores que la hacen posible.

Con estos mimbres, se nos antoja que la política científica gubernamental carece de sostenibilidad, acepta la fuga de cerebros, no busca mantener y recuperar a los científicos previamente formados en la universidad. Las pruebas serían ese cicatero Estatuto, la escasa inversión presupuestaria y su derroche en apartados no relacionados con la investigación civil, las distorsionantes partidas efectistas dedicadas a viajes espaciales o a la inauguración de grandes edificios cuando al mismo tiempo se niegan los mínimos derechos laborales y sociales a los investigadores y se juegan la beca si ellas se quedan embarazadas en plena campaña de conciliación de la vida laboral y familiar.

Por último, sería aconsejable verificar si es posible una Semana de Ciencia a costa de que la hagan posible unos científicos en situación precaria.

Santiago González
Área de Servicios de la Unión Sindical Obrera

Escrito el 5/11/2003


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