UN ORIGINAL Y BRILLANTE ENFOQUE DE COMO LAS TECNOLOGÍAS BASADAS EN LA INFORMACIÓN ABARCARÁN TODO EL CONOCIMIENTO Y HABILIDAD DE LOS HUMANOS
Reseña realizada por César Ullastres
Tecnologías y Personas
No deja de ser peculiar que en Octubre de 2005, siete meses después de la publicación de La singularidad está cerca, el New York Times catalogara al libro de Kurzweil como un bestseller en la reseña que titulaban ¿será el futuro un billón de veces mejor?, que la publicación alemana, simultánea a la española por la misma editorial: Lola Books, se titule Humanidad 2.0 y que la única alusión equiparable a este libro en España la haya hecho Iker Jiménez, periodista de lo desconocido y conductor del programa televisivo Cuarto Milenio. También me llama la atención que aquí como en Estados Unidos el subtítulo del libro sea: Cuando los humanos trascendamos la biología. ¿Tendrá que ver por la similitud de nuestro carácter marcadamente trascendente?
El término singularidad es un concepto de la física, la cual lo utiliza cuando enfrenta eventos o situaciones que no pueden ser respondidos desde los ámbitos en los cuales la metodología científica se mueve. Y precisamente, para nombrar el comienzo del universo utiliza este calificativo, fue un evento único y sin explicación, es decir una singularidad. La Primera Singularidad es un claro ejemplo de las limitaciones del pensamiento lógico deductivo. ¿Cómo es posible imaginar o concebir tan siquiera que algo se pueda producir de la nada? Una pregunta que nos seguimos haciendo muchos y que, en efecto, sucedió en el principio de los tiempos.
Este concepto cosmológico, en contraposición a la filosofía cristiana por la que la singularidad del ente queda establecida por el límite que Dios impone a cada cosa en su ser y por encima de todo al hombre, es el que utiliza Ray Kurzweil en su libro y de un modo peculiar ya que es la tecnología, lo más humano que hemos hecho los humanos, lo que nos va a catapultar a un nuevo estadio, a un futuro diferente en el que la vida humana se verá transformada de forma irreversible.
Ray Kurzweil empezó en 1960, cuando era adolescente observando y haciéndose preguntas acerca de la relación de nuestro pensamiento y las tecnologías de la computación. En la década posterior estudió la prodigiosa aceleración de la tecnología. A finales de los 80 escribió su primer libro sobre este tema, desde entonces no ha parado y ya son siete libros los publicados que constituyen un lúcido recorrido por todas las transformaciones que solapadamente se están produciendo en las que la tecnología tiene un papel fundamental.
El afán que le mueve por cambiar el mundo le ha llevado a la creación de varias empresas, desde la consideración de que son estas el mejor instrumento de la economía para conseguir que el conocimiento que se genera llegue a la sociedad. La primera en 1974, Kurzweil Computer Products, dedicada a buscar una tecnología que fuese capaz de enseñar a los ordenadores a reconocer caracteres impresos de una amplia variedad de fuentes con la que acabó consiguiendo la primera máquina lectora de documentos impresos para ciegos. La segunda, en 1982, surge de una colaboración con Stevie Wonder, Kurzweil Music Systems inventó el primer sintetizador virtual de calidad profesional. En 1987, Kurzweil Applied Intelligence, lanzó al mercado el primer sistema de reconocimiento de voz y en los 90, dos empresas más Kurzweil Educational Systems y Medical Learning Company.
En Diciembre de 2012, con 64 años, ha sido contratado como Director de Ingeniería de Google, precisamente para seguir con su proyecto profesional que empezó a los 12 años cuando descubrió el primer ordenador: generar un sistema que comprenda el lenguaje de manera natural. No sólo reconocer palabras y su significado, sino también reconocer intenciones y que la relación entre las máquinas y nosotros sea cada vez más natural, más invisible.
En la década de los 90 desarrolló la teoría que llamó la Ley de los rendimiento acelerados que explica por qué la tecnología y los procesos evolutivos en general progresan de forma exponencial. La idea fundamental que subyace de la Singularidad es que el ritmo de cambio de la tecnología se está acelerando y que sus capacidades se están ampliando a un ritmo que cada vez aumenta más rápidamente.
En este libro defiende que, dentro de varias décadas, las tecnologías basadas en la información abarcarán todo el conocimiento y habilidad de los humanos. La Singularidad constituirá la culminación entre nuestra existencia y pensamiento biológico con nuestra tecnología, dando lugar a un mundo que seguirá siendo humano pero que trascenderá de nuestras raíces biológicas.
El crecimiento exponencial es un rasgo de todo proceso evolutivo, y de entre ellos la tecnología es su principal ejemplo. La Ley de los rendimientos acelerados es aplicable a todas las tecnologías. Puede ser trazada con excepcional precisión en las tecnologías basadas en la información. También en áreas tan variadas como la electrónica de todo tipo, la secuenciación del ADN, las comunicaciones, el escaneo del cerebro, la ingeniería inversa del cerebro, el tamaño y alcance del conocimiento humano y la veloz reducción del tamaño, la última tendencia relacionada con el nacimiento de la nanotecnología.
Vamos a un mundo en el que todos podemos estar conectados a todas partes y en todo momento, esto es posible por la tecnología y porque cada vez es más barata. Veamos tres ejemplos: 1) en 1970, los transistores tenían 10 micras, actualmente tienen 2 nanómetros; se ha reducido el tamaño en cuatro órdenes de magnitud; 2) En 1984, el coste de transmitir 1 Gigaflop (mil millones de operaciones por segundo) era 33 Millones de dólares, en el 2000 era 1.300 dólares, en la actualidad es 1 dólar y 3) si comprobamos lo que valía almacenar un gigabyte (mil millones de bytes, lo que es equivalente a 26.000 páginas de tamaño DIN A4) en el año 2005 era 19 dólares, en la actualidad, es 0,60 céntimos de dólar.
En una reciente conferencia, Emilio Méndez, Director del Centro Nacional de Nanomateriales (USA) hablaba de como la tecnología actual se asienta sobre tres pilares que se pueden representar en el acrónimo BAG, tres palabras Bytes, es decir, Información, Atoms, que quiere decir materia, materia inanimada y Genes, vida que, de un modo algo materialista, podemos concluir que es información más materia.
En el libro se da un paso más allá, habla de su relación con las personas, habla de GNR, tres revoluciones solapadas: la Genética, la Nanotecnológica y la de la Robótica. Estamos asistiendo al solapamiento de esas tres disciplinas en las que subyace recurrentemente la información que es donde convergen, interactuando entre sí significativamente y creando así nuevas posibilidades.
Ya estamos aquí, como también afirma Fernando Sáez Vacas, formando parte de la infraestructura 'nootecnológica' que genera un nuevo entorno Tecnosocial dotado de numerosas fuerzas que cambian nuestras formas vitales y sociales. Lo que equivale ya a una sobrenaturaleza artificial, muchas veces protésica, de una complejidad multidisciplinar, muy superior a la que cada uno de los que somos afectados somos capaces de comprender y, por ende, de controlar pero con la que tenemos que vivir y actuar.
A medida que se acerque la Singularidad tendremos que reconsiderar nuestras ideas sobre la naturaleza de la vida humana y rediseñar nuestras instituciones.
Las promesas acerca de la salud, la ubicuidad de las tecnologías, cada vez más presentes en nuestra vida cotidiana está impactando todo y a todo. Fijémonos en el cambio de un tema tan crucial como la educación. En estos momentos ya estamos en las primeras etapas de esta transición. Los vastos conocimientos que ya están en la Red y las cada vez más efectivas plataformas de teleformación están proporcionando a todos un acceso generalizado y barato a la formación.
Kurzweil desarrolla su apuesta por la Singularidad en toda su extensión, como fruto de sus reflexiones sobre todas las tendencias tecnológicas que en el libro disecciona en profundidad y, finalmente, defiende apasionadamente y una por una su defensa a todas las críticas posibles que esta posición concita. Quizá se le olvida la Teoría del Cisne Negro de Tareb, pero, en cualquier caso, lo que no se puede negar es que la mejor manera de predecir el futuro es inventarlo y lo hace de una manera original, fértil y memorable.