EL HISTORICISMO LIBERAL<br>
Pidal, Gómez-Moreno, Asín, son los padres fundadores de la filología y la historia del arte y la arqueología españolas. Hicieron una labor trascendental y que desbordó sus propósitos iniciales
Reseña realizada por Miguel García-Posada<br>
En este libro se aborda la constitución del humanismo español contemporáneo a través de las biografías y análisis de la obra de sus tres fundadores. Rodríguez Mediano examina las raíces históricas y culturales de la ciencia moderna, con pie obligado en Humboldt, y la relación en España de ciencia, educación y liberalismo, que fue decisiva, pues es en su universo donde se encuadra la obra de los <<padres fundadores>>.
Primero examina Rodríguez Mediano la aventura científica de Pidal, arrancando por su vinculación con Alejandro Pidal y Mon, el influyente político conservador y propietario del manuscrito del Poema del Cid. Señala en seguida la importancia de su casamiento con María Goyri, dama liberal e institucionista: con ella recogería romances en el campo español. Fue el comienzo de una investigación fecunda, que sentó las bases de la ciencia folclórica en España. Sería en Milá y Fontanals, el maestro de Menéndez Pelayo, donde halló Pidal los estimulos suficientes para dedicarse al estudio de la épica española, muy poco conocida entonces; el complemento indispensable sería la Gramática y vocabulario del <<Poema de Mio Cid>>, donde aplicó las teorias y metodos del positivismo lingüístico, de base evolutiva y darwiniana, que produjeron su monumental Orígenes del español y, con este libro, el nacimiento de la filología española contemporánea. De la literatura saltó Pidal a la historia, con semejante metodología, que cristalizó en su sustanciosa pero problemática concepción castellanista y excluyente de España, que tendría graves secuelas, como el autor señala.
La ingente obra de don Manuel Gómez--Moreno, sobre todo en Historia del arte y Arqueología, es puesta de relieve con rigor y síntesis, aunque nos parece excesivo el respeto que muestra Rodríguez Mediano ante algunas dimensiones cuasi teológicas del gran investigador.
Sitúa a la perfección el autor la génesis formativa de Miguel Asín Palacios a través de la cadena integrada por Coderas y Ribera, cuyo último gran eslabón sería García Gómez. Resume y valora con justeza la gigantesca aportación de Asín al estudio de las relaciones entre el Islam y Occidente y el papel que España cumplió en ellas, así como sus indagaciones sobre Ibn Hasam e Ibn Arabi, entre otras figuras claves de la cultura andalusí. Asín es una figura excepcional y su inmenso legado está hoy más vivo que nunca.
Rodriguez Mediano cierra su obra con un epílogo dedicado con justicia al centro de Estudios Históricos, al que estuvieron tan vinculadas las tres grandes figuras. Un epílogo coherente y razonado para el Centro, que, como tantas cosas, sería destruido por el vendaval de la guerra civil.