LA MATERIALIDAD DEL CUADRO<br>
La materialidad de nuestra pintura en los siglos de oro (pigmentos, soportes: tipos de telas y tablas, superficies murales etc), asunto escasamente abordado, es, sin embargo, esencial para el entendimiento de aquella pintura
Reseña realizada por Javier Portus<br>
Museo del Prado
La gran importancia que tiene la segunda mitad del siglo XVI y las primeras décadas del XVII para la historia de la pintura española se refleja en la extraordinaria actividad historiográfica que ha generado. Han sido muchos los historiadores que han ofrecido una visión general del arte de ese periodo, los artistas más importantes cuentan ya con una bibliografía de un volumen casi inmanejable, y apenas hay pintor de mediana calidad al que no se haya dedicado un estudio monográfico. Igualmente, no son raros los estudios que describen el contexto intelectual, social y laboral en el que se inserta esa actividad artística.
Sin embargo, hasta ahora existía una laguna muy importante a este respecto. Es la que se refiere a los estudios técnicos sobre la pintura, que apenas existen. Velázquez es el único pintor bien tratado en este sentido, pues casi toda su obra ha sido analizada mediante radiografías, análisis de pigmentos, etc. Del resto de los artistas sólo se han publicado aproximaciones parciales.
Por eso, resulta muy oportuna la aparición del libro de Rocío Bruquetas, que estudia los problemas relacionados con la ejecución material de la pintura española desde una perspectiva muy amplia y teniendo en cuenta una pormenorizada casuística. Se trata de un análisis ambicioso, que tiene como puntos de partida no sólo el conocimiento estrecho de las técnicas y los objetos artísticos sino también la conciencia de la necesidad de enfrentarse al tema desde el manejo y la comprensión de las fuentes antiguas. Por eso, en los dos primeros capítulos, que constituyen una base para el resto del libro, se analiza el material escrito en forma de tratados, documentos profesionales y administrativos, etc., que nos ha dejado el Siglo de Oro, y se valoran las posibilidades que ofrecen para el estudio de la técnica y para conocer los métodos de trabajo de la época.
En los dos últimos capítulos, que son mucho más extensos, se reconstruye muy pormenorizadamente el mundo material de la pintura, primero a través de una descripción de los principales materiales utilizados por los artistas (divididos en pigmentos y soportes), y a continuación a través de un desglose (también ordenado y meticuloso) de las diferentes técnicas. Y todo ello sin olvidar el marco histórico, profesional e incluso estilístico en el que se movieron los pintores españoles.
Con frecuencia, los estudios técnicos de pinturas resultan un tanto farragosos para un lector no habituado a una terminología muy específica. En este caso, sin embargo, la autora se muestra muy ordenada no sólo en la estructura de su libro sino también en sus descripciones y explicaciones, que son siempre claras y precisas, y revelan un deseo de llegar a un público amplio, sin que eso presuponga una merma de rigor. Por ello, el alcance de su obra trasciende al Siglo de Oro y beneficia al estudio de la pintura española en general.
Otro aspecto a destacar del libro es la riqueza y variedad de su información gráfica. En este aspecto, la autora tampoco ha perdido de vista la necesidad de acudir a materiales históricos, y ha realizado una interesante labor de recopilación de imágenes antiguas que describen a artistas en pleno proceso creativo. Algunas representan a San Lucas mientras retrata a la Virgen, otras son autorretratos, las hay de vendedores de pintura, etc. Estas imágenes conviven con portadas de catálogos, con reproducciones de las obras de arte sobre las que se trata en el texto y con un material mucho más técnico, formado por fotografías de minerales, animales o vegetales de donde proceden los pigmentos, radiografías, muestras de las gran variedad de soportes que se utilizaban en el Siglo de Oro (distintas tipos de telas y tablas, superficies murales, etc.), o con imágenes de los distintos aspectos técnicos sobre los que se trata en el texto.
Se trata, pues, de una obra que viene a enriquecer notablemente el conocimiento de la pintura española del Siglo de Oro, y que ofrece tanto al especialista como al público en general la posibilidad de acercarse al mundo material de los cuadros.