La ciencia y los niños (o como sembrar para luego recoger)

El pasado lunes 9 de mayo fue un día especial en el Centro de Tecnología Biomédica (UPM – Campus de Montegancedo – Pozuelo de Alarcón). A las 9:30 de la mañana se plantaron en la puerta del centro cerca de 80 niños de 7 años. Venían a descubrir lo que es la Ciencia.

Un proyecto de divulgación científica, coordinado por Mª Jesús Pioz, ha sido el responsable de que científicos de varios grupos del Centro de Tecnología Biomédica (CTB) se hayan estrujado el cerebro para explicar sus actividades a alumnos de primaria. El objetivo no era solo divulgar la investigación llevada a cabo en el centro, sino también intentar demostrar que la ciencia no es aburrida, más bien al contrario, ya que puede ser una de las actividades más divertidas y apasionantes que se pueden realizar hoy en día.

Uno de los momentos más divertidos: los niños se “disfrazaron” de científicos con mascarillas y batas.

La tarea no fue fácil ya que había que hacer accesibles conceptos que, más a allá de su complejidad, estamos acostumbrados a contarnos entre científicos, descuidando en la mayoría de las ocasiones al resto de la sociedad.

En mi caso, por ejemplo, debía explicar el concepto de la sincronización de sistemas dinámicos no lineales…. ¿difícil? A priori puede parecerlo, pero la cosa estaba resuelta simplemente cambiando un poco la terminología (e.g., “sistema dinámico”= “algo que se mueve”), mostrando videos interesantes y dejando que los chavales jugaran a sincronizar metrónomos entre si.

Niños sincronizando la frecuencia de oscilación de dos metrónomos.

¿Pueden creerse que los chicos no pararon de hacer preguntas, cuestionándose en cada momento el por qué de las cosas? Si encima añadimos sus ganas de aprender, su curiosidad y su forma de sorprenderse por lo que descubren, ¿qué es lo que tenemos ante nosotros? La respuesta es sencilla: Un científico en potencia!

Durante su visita a los diferentes laboratorios del centro, pudieron ver ratones y comprobar como se comportan. Observaron, con un microscopio electrónico, como son las neuronas de los saltamontes, incluso atraparon uno cuando se escapó de la jaula. Descubrieron también qué se puede hacer con las telas de araña, aunque más de uno optó por no acercarse mucho a éstas… En resumen, entraron en contacto directo con un mundo, el de la ciencia, totalmente nuevo para ellos y que, desgraciadamente, se dejará a parte en los estudios que llevarán a cabo durante los primeros años de su formación académica (probablemente los más importantes!).

Ratones, saltamontes, arañas… ¿quién dijo que la ciencia es aburrida?

Cerca de las 14:00 terminó la visita. Los niños subieron a los autocares, todavía excitados por todo lo que habían visto. Los investigadores que participaron en el evento, exhaustos, pudieron al fin descansar un poco. Había sido una mañana muy intensa, pero a todos ellos sonreían al explicar al resto de sus compañeros las anécdotas de la jornada…

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Un comentario

  1. Está muy bien que investigadores y centros de investigación se tomen la molestia de incentivar el interés de los niños por la ciencia. Enhorabuena por la iniciativa.

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