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Javier M. Buldú

Poco se sabe realmente sobre la verdadera identidad de Javier M. Buldú. Su nombre empezó a aparacer en publicaciones científicas de cierta relevancia a principios del siglo XXI, aunque se puede decir que para el común de los científicos, todavía permanece en el anonimato. Tras analizar sus artículos, se sospecha que tiene estudios técnicos, pero su torpeza con las matemáticas descartan que haya cursado alguna carrera seria. Dicen que vivió varios años en el Tibet, donde aprendió las técnicas de supervivencia de los antiguos lamas. Sin embargo, es conocida su debilidad por la comida rápida y los vodkas con naranja, lo que pone en duda sus conocimientos trascendentales sobre el cuerpo humano y sus limitaciones. Últimamente se le ha visto frecuentando el Centro de Tecnología Biomédica, aunque una vez más, no se dispone de un documento gráfico que lo acredite. Javier M. Buldú, ¿realidad o fraude?

Los amigos de mis amigos son mis amigos

Todos somos conscientes de la influencia, tanto a nivel personal como profesional, que puede tener nuestra red social. A pesar de que la importancia de las redes sociales parece haberse puesto de manifiesto durante los últimos años mediante el uso de internet, los científicos llevan estudiando este tipo de redes complejas durante más de un siglo.

Para comenzar, hablemos un poco de Euler

A cualquier científico, sea del campo que sea, le resulta difícil salirse de su área de conocimiento para intentar atacar un problema desde una perspectiva distinta a la que está habituado. Sin embargo, la historia de la ciencia nos enseña que, en muchas ocasiones, este tipo de estrategias son las que nos permiten dar grandes saltos en el conocimiento científico. Leonard Euler fue uno de esos científicos visionarios que no tuvo reparos en aplicar el método matemático para resolver problemas sociales. Como consecuencia, uno de sus grandes legados es la Teoría de Grafos.