CTS como acción educativa

Suele decirse que no hay nada más práctico que una buena teoría. Quizá por eso se considera que en las instituciones escolares los conocimientos teóricos son importantes: se espera de ellos consecuencias valiosas para la vida práctica de los ciudadanos que allí se educan. Pero es con la práctica como se aprenden las teorías. En cierto modo, en todo eso es en lo que consiste la educación: en los sucesivos caminos de ida y vuelta entre la comprensión teórica de las cosas y su manejo práctico. Seguramente es esa mezcla de lo teórico (lo que permite conocer la realidad) y lo práctico (lo que permite actuar sobre ella), lo que ha hecho que en la mayoría de los sistemas educativos se considere valiosa la educación científica y tecnológica. Mucho antes de que los planteamientos CTS llegaran a la educación, la ciencia y la tecnología ya se enseñaban en las instituciones escolares. Sin embargo, tradicionalmente la educación científica y tecnológica ha consistido en la transmisión de los conceptos y las destrezas correspondientes siguiendo un planteamiento no muy lejano a los enfoques internalistas antes comentados. Frecuentemente en la enseñanza de las ciencias y las tecnologías lo teórico se ha impuesto a lo práctico. Ello ha supuesto que se haya dado más importancia a las primeras sobre las segundas y que se haya supeditado el papel de las prácticas realizadas por los alumnos al de la ejemplificación de las teorías transmitidas por los profesores. Pero, además, la primacía de lo teórico sobre lo práctico en lo escolar ha supuesto también el olvido del resto de las cuestiones prácticas en la educación tecnocientífica: los asuntos relativos a la relación de la ciencia y la tecnología con la sociedad y los valores e intereses que aparecen en esas relaciones.

La reivindicación de lo práctico (en tanto que social y valorativo) en la perspectiva teórica de los estudios CTS y la propia práctica del movimiento CTS como activismo social en favor de la participación pública y la democratización de las decisiones sobre ciencia y tecnología confluyen en la acción CTS en el contexto educativo. Si el desarrollo de la ciencia y la tecnología no están al margen de los contextos históricos y sociales, tampoco la educación tecnocientífica puede realizarse aisladamente de esos contextos. De otro lado, si la ciencia y la tecnología tienen tan importantes efectos sobre la sociedad y la naturaleza que es imprescindible la participación pública en la evaluación y control de las mismas, también será necesario promover iniciativas educativas que favorezcan el aprendizaje social por parte de los ciudadanos de los hábitos que hagan posible su participación efectiva en esos temas.

 

La práctica educativa es, en cierto modo, la síntesis de las otras dos formas de entender qué es CTS. De los estudios CTS la acción educativa puede aprovechar esa nueva consideración más ajustada y crítica sobre el significado de la ciencia y la tecnología. Del movimiento CTS recibe el impulso para promover en las instituciones educativas las iniciativas que faciliten el aprendizaje social de la participación democrática en las decisiones sobre ciencia y tecnología. En la acción educativa CTS se hace nuevamente cierto ese quiasmo entre teoría y práctica que, parafraseando a Kant, afirmaría que las prácticas sin teorías son ciegas y las teorías sin prácticas son vacías. La educación CTS da un nuevo contenido práctico a la educación tecnocientífica y  aporta una nueva visión teórica sobre su papel social.

 

(Grupo ARGO)

 

Más información: http://www.campus-oei.org/ctsi/educacioncts.htm

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Un comentario

  1. hola profe buenas tardes, le envio parte del trabajo para que me haga favor de orientarme, gracias. atte erika illescas (pedagogia gpo 03)

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