Ciencia y Cultura


DE UN SABIO VIVIR

 

Severo Ochoa. De músculos a proteínas. Santesmases, María Jesús.  Editorial Síntesis. Madrid, 2005. 398 páginas.


Ve la luz la primera biografía científica de Severo Ochoa


 
 

El pasado 24 de Septiembre Severo Ochoa hubiera cumplido 100 años. Cuando en 1980, el Dr. Ochoa escribió una autobiografía breve, por invitación de los editores de los Annual Review of Biochemistry, publicada con el título: The pursuit of a hobby, algunos discípulos cercanos le propusimos que abordara el proyecto de escribir sus memorias completas. Aunque en un principio rechazó la idea, mas tarde la consideró, hasta el punto de que existen evidencias documentales de los inicios de este trabajo. Tal vez, la inesperada muerte de su esposa, la compañera que había dado sentido a su vida, hizo que abandonara definitivamente el proyecto. Creo que esta obra hubiera representado su último regalo a la comunidad científica española y una guía para las nuevas generaciones de científicos.

Hemos tenido que esperar un cuarto de siglo para tener en nuestras manos este libro, la primera biografía científica de Severo Ochoa. A lo largo de estos años, se han publicado diversas biografías de nuestro segundo Premio Nobel de Medicina y Fisiología enfocadas a su faceta personal. Nadie, antes que Mª Jesús Santesmases, ha sabido plasmar con tanto rigor su vida científica. Ello ha sido posible, gracias al minucioso trabajo de investigación llevado a cabo por la autora, que le ha supuesto largas estancias en los Estados Unidos para acceder personalmente a los fondos documentales de instituciones como la Rockefeller Archive Center y la Standford University Library, entre otras. Además, mediante múltiples entrevistas, ha obtenido información directa de alguno de los principales protagonistas de la historia, como Arthur Kornberg o Marianne Grunberg-Manago.

La realidad es que la vida científica del Dr. Ochoa se extendió a lo largo de casi seis décadas. Publicó su primer trabajo científico original a los 22 años, siendo aún estudiante de Medicina y firmó su último trabajo en 1986, al cumplir 81 años. En este libro, Mª Jesús Santesmases aborda con brillantez y rigor científico, la larga etapa de formación en los mejores laboratorios de Alemania e Inglaterra bajo la tutela de excelentes maestros (Meyerhoff y Peters, entre otros), el salto a los Estados Unidos para trabajar en el laboratorio del matrimonio Carl y Gerty Cori (ambos Premio Nobel de Medicina en 1947) y su carrera científica como investigador independiente, desarrollada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York. El libro abarca hasta la consecución del desciframiento completo de la Clave Genética, en dura competencia con los laboratorios de Marshall Nirenberg y Gobind Khorana, a mediados de los años 60. Queda por tanto pendiente de abordar los últimos veinte años de su vida científica.

El libro de Mª Jesús Santesmases es capaz de dibujar magníficamente el ambiente científico de aquellos años de entreguerras, de las relaciones personales que se establecieron entre los científicos de la época y la trayectoria personal que tuvo que seguir el Dr. Ochoa hasta conseguir hacerse un hueco científico relevante. Es de gran interés la revelación de las vicisitudes por las que el Dr. Ochoa tuvo que pasar durante los años formativos y el apoyo económico que obtuvo de la Fundación Rockefeller en situaciones críticas. Es bien sabido que ni la guerra civil española, ni la posterior guerra mundial, frenaron su carrera investigadora. En el libro se recogen dos datos que se desconocían y que son altamente clarificadores en la historia científica del Dr. Ochoa. Me refiero a la influencia de sus últimos maestros, Carl y Gerty Cori, a pesar de que la etapa vivida en el laboratorio de éstos, no fuera científicamente muy productiva; y también, esa encuesta realizada en 1947 entre los científicos de la época, que situó a Severo Ochoa dentro del grupo de los diez mejores bioquímicos que trabajaban en los Estados Unidos, ocupando el cuarto lugar.

Por eso, la polémica surgida en torno a Marianne Grunberg-Manago por su contribución al descubrimiento de la polinucleótido fosforilasa, el trabajo que oficialmente llevó a Severo Ochoa a conseguir el Premio Nobel; polémica que ha trascendido a la prensa a la luz de este libro, donde Mª Jesús Santesmases no toma postura influenciada quizás por la entrevista mantenida con la protagonista, tiene una respuesta clara por mi parte. La Fundación Nobel tiene la costumbre de premiar contribuciones científicas que han vencido el paso del tiempo. Así, el descubrimiento más importante de la Biología Molecular, la propuesta de una estructura helicoidal para la molécula de ADN, formulada por Watson y Crick en 1953, mereció el Premio Nobel en 1962. Parece poco probable que el hallazgo de la polinuclótido fosforilasa en el año 1955 tuviera esa temprana recompensa, si no fuera debida a las anteriores contribuciones científicas de Severo Ochoa en los campos de la enzimología y de la química fisiológica que le habían situado en ese lugar de privilegio en la encuesta encargada por la Fundación Rockefeller.

En suma, estamos ante un excelente libro de mucho interés para los científicos y los historiadores de la ciencia y al que podrían también acercarse con provecho estudiantes universitarios no especializados.

César de Haro
Centro de Biología Molecular "Severo Ochoa"