¿Es entretenida la Física? En los últimos años han aparecido bastantes libros de divulgación sobre sus aspectos más espectaculares que han sido éxitos de ventas. Pero una cosa es mantener el interés del público general sobre el origen del Universo o las paradojas de la Mecánica Cuántica como la teleportación, y otra, mucho más comprometida, la de hacer accesibles y entretenidos la hidrostática, la caída libre de los cuerpos o la medida de la carga eléctrica. ¿Se puede escribir un libro sobre Física, desde Arquímedes a nuestros días, en un recorrido que no eluda los temas que resultan más áridos a nuestros estudiantes preuniversitarios y que al mismo tiempo resulte muy entretenido? Sin duda el profesor Manuel Lozano Leyva, catedrático de Física Atómica, Molecular y Nuclear de la Universidad de Sevilla, lo ha conseguido.

Tomando como hilo argumental la lista de los 10 experimentos más bellos de la historia de la Física, elegidos por doscientos científicos a través de una encuesta de la revista Physics World, el profesor Lozano no sólo analiza para el público menos especializado dichos experimentos, sino que presenta también el contexto científico y social de la época en que se realizaron, e incluye retazos bibliográficos de los genios científicos que los llevaron a cabo. Descubrimos, gracias a este libro, que para realizar estos (y otros) experimentos que, en la mayoría de los casos, cambiaron la forma de ver el mundo, más que tener profundos conocimientos teóricos (que también), son precisas la paciencia y habilidad de un detective, al mismo tiempo que la mirada curiosa y libre de prejuicios de un niño, sin olvidar el tesón y la fuerza de voluntad de los grandes inventores y conquistadores. Conforme avancemos en la lectura del libro nos convenceremos de que los grandes físicos experimentales se encuentran entre los mejores detectives de la historia.

Se inicia el libro con un capítulo sobre Arquímedes, al que el profesor Lozano considera el científico más notable de la antigüedad, y otro sobre Eratóstenes y su medida del radio de la Tierra. Siguen capítulos dedicados Galileo y Newton, Cavendish (medida de la constante de gravitación universal), Young (carácter ondulatorio de la luz) y Foucault. Completan el listado de experimentos y experimentadores los capítulos dedicados a Millikan (determinación de la unidad de carga eléctrica) y Rutherford (el descubrimiento del núcleo atómico). El libro termina con un capítulo final sobre los padres de la Mecánica Cuántica (Einstein, Bohr, De Broglie, Heisenberg y otros) y el análisis del experimento de la doble rendija.

La lectura de este libro resulta entretenidísima ya que nos descubre la búsqueda científica en su aspecto romántico y aventurero, a la vez que desvela que las vidas de algunos grandes científicos no son otra cosa que la lucha de visionarios que tratan de alcanzar su sueño: Descubrir el lenguaje oculto de la Naturaleza. Encontramos historias de héroes apasionados por el trabajo, tragedias y comedias, azar y mala suerte, en un relato de aventuras que poco tiene que envidiar a las historias de los grandes exploradores. Es también un libro desmitificador que desmonta algunas creencias erróneas pero muy extendidas, como la leyenda de Arquímedes y la bañera y en el que se muestran anécdotas reales que rivalizan en interés y espectacularidad con otras más conocidas pero falsas.

Es un acierto del autor la elección del lenguaje coloquial y directo, apto para todos los públicos, y la multitud de ejemplos de la vida cotidiana que utiliza para ilustrar sus explicaciones. El profesor Lozano propone incluso la repetición de algunos de los experimentos, como la observación directa de la atracción gravitatoria entre masas, con materiales que se pueden encontrar fácilmente en el mercado y métodos accesibles a cualquier persona con mínima habilidad manual que, gracias a sus indicaciones, podrá tener la satisfacción de reproducir en su cocina o garaje algunas de las experiencias más célebres de la Física.

En definitiva, "De Arquímedes a Einstein" es un libro que se lee de un tirón y se termina con la misma sensación de melancolía que se experimenta al dejar un lugar querido o al finalizar el último día de vacaciones de verano. El autor confiesa en el prólogo su intención de dirigir el libro a los padres de adolescentes y ha conseguido una obra de lectura recomendable para los propios adolescentes que se enfrentan con el aprendizaje de la Física en la enseñanza secundaria obligatoria y el bachillerato. Sólo es de desear que en futuras ediciones se revisen algunos errores tipográficos y se amplíe la lista de experimentos con la inclusión, por qué no, de alguna heroína, lo que permitirá desmentir la creencia errónea de que la experimentación en Física es una actividad sólo para hombres.