Ciencia y Cultura


EL JUEGO DE LA VIDA

 

Nadie pierde. La teoría de juegos y la lógica del destino humano. Wright, Robert.  Tusquets Editores. Barcelona, 2005, 454 páginas


Entre el azar y la evolución


 
 

Robert Wright es un conocido divulgador estadounidense, colaborador de The New Republic, Time Magazine, New Yorker y el New York Times Magazine entre otras publicaciones, autor también de Three Scientists and Their Gods (1988) y The Moral Animal (1994). Nadie pierde apareció en 2000 con el título Non Zero. The logic of human destiny. Wright es Schwartz Senior Fellow en la New America Foundation, profesor visitante de la Universidad de Pennsylvania. Desde los postulados de la psicología evolutiva ha polemizado con el conocido paleontólogo Stephen Jay Gould respecto del alcance y significado de la teoría evolucionista. Sus posiciones evolucionistas son presentadas de forma acabada en Nadie pierde, obra en la que aplica la teoría de juegos para defender su concepción direccionalista de la teoría de la evolución, aplicada tanto a la evolución biológica como a la evolución cultural que, según el autor, responderían a los mismos parámetros explicables desde la teoría de juegos, en los que habría juegos de suma cero, en los que si uno gana el otro pierde, y juegos de suma no nula, en los que los distintos jugadores pueden ganar o perder a la vez.

La teoría de juegos ha gozado en los últimos años de un creciente interés y se ha aplicado por numerosos autores al campo de la politología, la sociología y la economía, Robert J. Aumann y Thomas C. Schelling recibieron el premio Nobel de economía de 2005 por "la aportación a la comprensión y cooperación de los conflictos a través del análisis de la teoría de juegos", según la declaración de la Academia de Ciencias de Suecia. Wright trata de reactualizar las viejas tesis direccionalistas, de un marcado carácter teleleológico, que han caracterizado a la civilización occidental desde el entronque de la tradición clásica con la tradición judeocristiana, en la Ilustración encontraron su máxima expresión con Immanuel Kant en su opúsculo Replanteamiento sobre la cuestión de si el género humano se halla en continuo progreso hacia lo mejor, y la formulación de la teoría del Progreso. La insistencia de Wright en el papel de los juegos de suma no nula en la aparición de la complejidad biológica y social recuerdan las tesis del evolucionismo de Herbert Spencer, aderezadas con notables influencias del pensamiento de Henry Bergson y Teilhard de Chardin. Wright escribe sin empacho: "Cuanto más concienzudamente analizamos la deriva de la evolución biológica y, en particular, la deriva de la historia humana, más sentido parece tener..." Los dos procesos tienen una dirección, una flecha. Por lo menos ésa es la tesis de este libro.

En resumen: tanto la historia orgánica como la humana ponen en marcha juegos de suma no nula cada vez más numerosos, más amplios y más complicados. La acumulación de estos juegos constituye el crecimiento de la complejidad biológica y social de que hablaban Bergson y Teilhard de Chardin. A esta acumulación me gustaría llamarla "de aditividad no nula". La adivitidad no nula es una especie de potencial, del triunfo general o de la derrota general, según se juegue".

Toda la obra se dirige a este fin. Pese a la fe del autor, los resultados resultan un tanto descorazonadores. Embarcado en la construcción de un gran relato organizado en dos grandes partes diferenciadas, bajo los títulos "Breve historia de la humanidad" y "Breve historia de la vida orgánica", culmina con una conclusión intitulada "De aquí a la eternidad". Su lectura deja el regusto amargo de un gran puzzle en el que el autor ha mezclado a su antojo diversas piezas de origen y jerarquía diversas para defender su tesis, cayendo en uno de los grandes peligros de las grandes y enormes comparaciones, su banalidad. Hasta el punto de que el autor llega a afirmar: "Yo diría que la globalización ha sido un fenómeno potencial no ya desde la invención del telégrafo o del barco a vapor, ni siquiera desde la aparición de la escritura o la rueda, sino desde la invención de la vida misma. La implacable lógica de la aditividad no nula ha señalado desde el principio hacia esta época en la que las relaciones internacionales se van convirtiendo en sumas no nulas cada año que pasa." Wright se enreda en la búsqueda de un sentido a la vida cuya mejor respuesta se encuentra en la película de los Monty Python The Meaning of Life.

Luis Enrique Otero Carvajal
Universidad Complutense de Madrid