Ciencia y Cultura


BIOCARBURANTES LÍQUIDOS: BIODIÉSEL Y BIOETANOL

 

Biocarburantes líquidos: biodiésel y bioetanol. García Camús, Juan Manuel; Laborda, José Ángel.  citme, CEIM, Comunidad de Madrid. Madrid, 2007. 125 páginas


Vigilancia Tecnológica nº 4 "Biocarburantes líquidos: biodiésel y bioetanol"


 
 

Nos ha tocado vivir en una etapa en la historia de la humanidad en la que el hombre, lejos ya de su orgullosa revolución industrial basada en el uso masivo de los combustibles fósiles, empieza a asumir (que no a ser consciente, pues lo es desde hace ya unas décadas) el hecho de que las reservas planetarias de hidrocarburos se agotan velozmente, y es necesario emprender una nueva revolución energética para encontrar otras fuentes de energía de más larga vigencia que las utilizadas hasta la fecha y cuya utilización no vaya acompañada de la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera.

A lo largo de la historia, los grandes cambios en las civilizaciones se han producido siempre tras una situación irreversible de crisis social y/o energética (una aplicación más del segundo principio de la termodinámica). Nosotros, hoy en día, nos encontramos justo en ese punto de inflexión, en esa situación de cambio consecuencia de una crisis energética; de hecho, nosotros y nuestra siguiente generación, somos los encargados de encontrar y garantizar la supervivencia energética de la civilización tal cual la conocemos. Y si bien, visto desde este enfoque, parece ardua la tarea que nos ha encomendado la historia, no debemos olvidar que llevamos sobre nuestras espaldas más de tres milenios de cultura y civilización que nos avalan para lograr este reto.

Todos los expertos apuntan al hidrógeno, y en todo caso, a la fisión, como fuente futura de energía; sin embargo, los pronósticos para un uso generalizado del hidrógeno convergen en la idea de retrasar el mismo en al menos un siglo. Se hace necesario, por tanto, y si el hombre de comienzos del siglo XXI quiere mantener su estatus de bienestar y confort, encontrar formas alternativas de energía hasta la inserción social de la ?economía del hidrógeno?, tan nombrada en foros internacionales. Es en este punto donde entran en escena las llamadas energías renovables, como fuentes de transición y futuras generadoras de hidrógeno.

Son muchas las formas de utilización de la energía en nuestra sociedad, pero el sector del transporte ocupa una de las más importantes. Como comentan García Camus y García Laborda en los capítulos 1 (Resumen Ejecutivo) y 2 (Introducción y Objetivo del Informe) en su excelente informe sobre los biocarburantes líquidos, este sector representa más del 30 % del total de consumo energético en la UE y depende en un 98 % de los combustibles fósiles. Es extraordinaria la labor documental que estos dos autores realizan a lo largo de estos dos capítulos; además, y a diferencia con otras publicaciones, no se quedan solamente en el dato o la cifra, sino que van más allá e intentar explicar, o en su caso, justificar, el por qué del mismo. Cualquier persona, como es mi caso, que pueda necesitar para su labor profesional o académica una visión global de la situación de los biocarburantes, puede encontrar, en esta primera parte del libro información precisa y actualizada, no sólo desde el punto de vista energético, sino también desde el punto de vista medioambiental, sobre todo en cuanto a los compromisos establecidos en el Protocolo de Kyoto.

Uno de los grandes aciertos de este libro radica en estudiar la totalidad de sectores afectados por el uso de los biocarburantes, desde el sector agrario (productor de parte de la materia prima) hasta el sector final del consumidor, sin dejar a un lado sectores paralelos que acompañan a todo el ciclo de vida del biocarburante, como son, entre otros, el sector de la investigación o el medioambiental.

Existen dos tipos de biocarburantes, el biodiésel y el bioetanol, estudiados en los capítulos cuatro y cinco respectivamente. El capítulo 4 (Biodiésel) comienza con una explicación de los fundamentos teóricos en la producción del mismo, explicación de gran valía como referencia para los que nos enfrentamos de forma cotidiana a la labor de enseñar a futuros técnicos las bases químico-físicas de la producción del biodiésel. A continuación, este capítulo da un salto en la escala de producción y describe los procesos industriales, tanto continuos como discontinuos, dedicando también un apartado a las peculiaridades de su aplicación en motores y otro a los últimos avances en materia de investigación. Antes de terminar el capítulo con la descripción de las empresas más importantes que se dedican comercialmente a la producción de biodiesel, los autores se enfrentan a uno de los principales inconvenientes del proceso productivo: las ingentes cantidades de glicerina generadas en el proceso.

El capítulo 5 (Bioetanol) sigue un esquema muy parecido al capítulo dedicado al biodiésel. Tras explicar los fundamentos de la producción de bioetanol y su proceso industrial, dedica varios apartados a estudiar su uso como combustible, como aditivo en gasolinas (ETBE) y como aditivo en procesos de mejora de ignición en motores diesel, sin olvidar su posible utilización en pilas de combustible. Al igual que en el caso del biodiésel, el capítulo termina con un análisis de las principales barreras en su producción y los principales países productores a nivel mundial.

Un estudio dedicado a una temática tan actual como es la que aborda este libro, no podría ser completo sin incorporar, a toda la información ya descrita, tres puntos adicionales: normativa vigente, empresas del sector y patentes relacionadas. El trabajo de García Camus y García Laborda encara estos tres aspectos, sin olvidarse, dentro del estudio de la normativa vigente, la relacionada con el sector agrario (PAC), origen último de la cadena productiva de todo el proceso y base para garantizar los suministros a los procesos industriales.

No dudo que un libro de esta categoría será más que bien recibido no sólo por la comunidad científica o universitaria, sino, y debido a la sencillez con la que se exponen temas de gran complejidad, por todo aquel que sienta un mínimo de curiosidad sobre la producción y uso de los biocarburantes líquidos.

No debemos olvidar que éstos suponen parte de la solución a un problema que nos afecta a todos, y por tanto, todos deberíamos ser partícipes de la misma y colaborar, cada uno desde la posición que la sociedad le ha encomendado, en la pragmatización de dicha solución.

Luis Fernando Calvo Prieto
Director de la Cátedra de Energías Renovables de la Universidad de León