Ciencia y Cultura


UNA OBRA EXTRAORDINARIAMENTE ORIGINAL SOBRE CAJAL

 

Paisajes neuronales. Homenaje a Santiago Ramón y Cajal. De Felipe, Javier; Wagensberg, Jorge.  Consejo Superior de Investgiacione Científicas. Madrid, 2007. 335 páginas.



 
 

La idea de este libro nace de una exposición celebrada en 2006, con motivo del centenario de la concesión del Premio Nobel a Santiago Ramón y Cajal. En ella se mostraron fotografías de diferentes partes del sistema nervioso enviadas por científicos de todo el mundo. La exhibición -que ha iniciado ya su itinerario internacional- fue un rotundo éxito, debido a su peculiar belleza y a su originalidad. Esto animó a los organizadores a publicar las fotografías, para contribuir así a divulgar el conocimiento del cerebro como uno de los campos más activos y prometedores de la investigación actual.

Resulta muy difícil ofrecer una descripción de conjunto de esta colección de imágenes, dada su extraordinaria diversidad. De hecho, proceden de casi cualquier rincón imaginable del sistema nervioso y han sido realizadas con la gran variedad de técnicas que se emplean actualmente en los laboratorios científicos. Un experto sabrá reconocer en ellas el hipotálamo, la retina, el neocortex, o tal o cual núcleo del cerebro. Podrá también acudir a los comentarios que las acompañan para conocer los detalles concretos de cómo se obtuvieron. Pero no hace falta ser un investigador experimentado para apreciar la sorprendente belleza de las formas y colores que se despliegan ante el microscopio. Es precisamente eso, su belleza, lo que estas ilustraciones tienen en común, aunque cada uno verá en ellas algo diferente: fuegos artificiales, bosques multicolores, auroras boreales y muchos otros paisajes escondidos entre la intrincada maraña neuronal.

Sólo por motivos estéticos esta obra merecería ya un lugar en cualquier biblioteca. Pero no olvidemos que también se trata de un libro científico, y que toda esa belleza surge de la investigación del sistema nervioso. Y quién mejor para apreciar y plasmar la belleza que un artista. Un artista como lo fue Cajal, claro ejemplo en el que ciencia y arte se complementan y enriquecen mutuamente. Este aspecto es tratado por María Ángeles Ramón y Cajal, quien nos cuenta cómo las aficiones artísticas de su abuelo nacieron ya en su infancia, y cómo supo mantenerlas y cultivarlas a pesar de la oposición paterna. Su sensibilidad y habilidad con lapiceros y plumillas se plasmarán más adelante en las numerosísimas ilustraciones de su obra científica, que se han convertido hoy en verdaderos clásicos.

Por otro lado, Javier de Felipe nos expone la evolución de la neurociencia desde los últimos años del siglo XIX hasta nuestros días. Describe, en primer lugar, el estado en el que se encontraban los conocimientos sobre el sistema nervioso cuando Cajal inicia su actividad investigadora. Expone a continuación la influencia que sus ideas tuvieron sobre sus contemporáneos, y cómo se incorporaron al contexto científico de su época.

Revela, por último, algunas de las conexiones entre sus descubrimientos y la investigación actual, poniendo de manifiesto que la importancia de su obra no es sólo histórica, sino que está detrás de lo que se investiga aún hoy en los laboratorios de todo el mundo. Las ilustraciones de esta sección, realizadas por Cajal y por muchos de sus predecesores y contemporáneos, son una aportación de gran valor, ya que han sido rastreadas pacientemente a través de antiguos archivos y publicaciones, prácticamente inaccesibles en la actualidad. Resulta interesantísimo comparar estos dibujos con las fotografías modernas, con las que compiten en belleza, en mi opinión con ventaja.

En conclusión, el libro nos muestra la belleza del sistema nervioso a través de los objetivos fotográficos y dibujos de los científicos actuales y pasados. Además, nos acerca a Cajal como artista y hombre de ciencia, autor de una obra aún vigente, que se mantiene en el núcleo y en la vanguardia de la investigación actual. Como homenaje a su figura se trata de una obra extraordinariamente original, y sin duda el mismo Don Santiago hubiera disfrutado grandemente con ella.

Ángel Merchán Pérez
Universidad Complutense