Ciencia y Cultura


CON DARWIN EN LAS GALÁPAGOS

 

Regreso a Galápagos: Mi viaje con Darwin.  Serrallonga, Jordi.  Editorial UOC. Barcelona, 2010. 190 páginas.



 
 

Jordi Serrallonga (Barcelona, 1969) se define en la contraportada del libro que se reseña como arqueólogo y naturalista. Cita su labor de docente e investigador en la universidad y, sobre todo, sus viajes y trabajos de campo por Galápagos, África Ecuatorial o Australia. Y por estos y otros destinos tan exóticos, diseña y organiza minoritarias expediciones. No está mal, dicho sea con bastante envidia viajera.

Regreso a Galápagos, que lleva como subtítulo Mi viaje con Darwin, aparece en la colección Cuadernos Livingstone. Y en efecto es, esencialmente, un cuaderno, para bien y para mal. Ya se irá aclarando esto de para bien y para mal. En todo caso el propio autor así lo confiesa en uno de los capitulillos que titula "Oda a mi libreta de notas Moleskine".

Está estructurado en tres partes. La primera, muy corta y a modo de introducción, se titula El desembarco. La segunda, Antes de Darwin (a. D.), 1809- 1836. Y la tercera, Después de Darwin (d. D.), 1836-¿?. Esta bastante original y ajustada cronología tiene como punto de inflexión el año 1836, cuando Darwin regresó del viaje en el Beagle trayendo la semilla de su Teoría de la Evolución que iba a revolucionar todo. Cada una de estas partes está dividida en apartados o pequeños capítulos, aparentemente un tanto desordenados.

El contenido de Regreso a Galápagos tiene dos líneas, sólo a medias bien engarzadas para su eficacia literaria. Por un lado, el repaso a la vida y obra de Darwin; por otro, la narración de uno de los viajes a Galápagos del autor. En este viaje finge ir acompañado nada menos que por el propio Charles Darwin; pero no por sus notas sobre el archipiélago ecuatoriano o por sus teorías, sino por él en persona: un recurso que rechina bastante por su elementalidad y radical imposibilidad. De las dos líneas argumentales acaba teniendo más peso la de divulgación sobre Darwin y la Teoría de la Evolución que la del viaje actual. Quizá sea por opción consciente en el bicentenario del nacimiento de Darwin, pero desde el punto de vista del relato de viajes, tal desequilibrio no es beneficioso.

A lo largo de las ciento ochenta y cinco páginas aparecen frecuentemente citados libros o películas, quizá en exceso, aunque también entretiene este recurso. Destaca la alabanza a Master and Commander, la muy apreciable película de Peter Weir que, efectivamente, guarda paralelismos con el viaje del Beagle. Y, sin venir mucho a cuento, el reseñador se va a permitir lo que quizá no debiera, recomendar la para él mejor película de aventuras marítimas: El mundo en sus manos, de Raoul Walsh e interpretada por Gregory Peck.

Las pequeñas objeciones que han ido apareciendo en la reseña, lo son desde el punto de vista de lo que ha de ser un buen libro de literatura viajera. Pero seguramente no son pertinentes, ya que Regreso a Galápagos, como ya se apuntó a confesión del autor y por su propia presentación, no aspira más que a ser una especie de cuaderno divulgativo sobre Darwin y sus teorías y unas notas de primera mano sobre un viaje a Galápagos. Y eso lo consigue plenamente. A través de un estilo funcional, el lector se pone en contacto con la persona de Darwin, con la teoría de la Evolución, con Lamarck, con Wallace, con FitzRoy; también con humildes pero trascendentales pinzones, con gigantescas tortugas, con iguanas, con juguetones leones marinos. En realidad, ¿qué más se puede pedir?

Jorge de Vivero
Profesor, naturalista y escritor de viajes