Ciencia y Cultura


SOBRE LA INCLUSIÓN LABORAL DE LOS DISCAPACITADOS

 

Discapacidad intelectual en la empresa. Las claves del éxito. Izuzquiza, Dolores y Herrán, Agustín de la (Coords.).  Pirámide. Madrid, 2010.



 
 

Qué lejano nos queda ya, el final de la década de los sesenta, en que terminábamos la Licenciatura de Pedagogía. En nuestros estudios se manejaban, entonces, los términos de subnormalidad, retraso mental y otros que se consideran ahora tan negativos. El lenguaje, que es una construcción cultural, marca y condiciona y es fuente de prejuicios y estereotipos. Al hablar, en estos tiempos, de discapacidad intelectual nos estamos refiriendo a personas que es lo realmente definitorio; personas que, como tales, tienen capacidades que pueden desarrollar si se encuentran en el ambiente adecuado para hacerlo. Lo predominante, ahora, no es la limitación de la persona, sino la limitación en el funcionamiento de la persona.

Este es el pensamiento que desarrolla en su prólogo Ángel Gabilondo, Ministro de Educación, quien ha vivido en la Universidad Autónoma de Madrid, de la que ha sido rector, la experiencia del desarrollo del proyecto Promentor en el que esa institución ha colaborado con la Fundación Prodis. El programa, diseñado y desarrollado en la Facultad de Formación de Profesorado y Educación, ha formado a un grupo de jóvenes con discapacidad intelectual, de ambos sexos, para su mejor inserción laboral. Se les ha proporcionado a lo largo de todo un curso habilidades interpersonales y emocionales, temas de actualidad y sobre todo temas laborales. Daba contento ver a estos chicos y chicas desenvolverse en las diversas dependencias de la universidad: en la fotocopiadora, en la biblioteca, en la clasificación y distribución de correspondencia, etc. familiarizándose con un puesto de trabajo real y aprendiendo tareas bien definidas, dando pasos lógicos y ordenados, de manera gradual hasta ir asimilando la tarea.

De esto trata el interesante libro que comentamos, de cómo la inclusión laboral de los discapacitados es posible, reconociéndose sus derechos como personas y su realización como ciudadanos. En él se recogen las experiencias de diversas empresas (de sus ambientes, del proceso llevado a cabo, de las personas que han intervenido en el proyecto y de los resultados) que han integrado en sus plantillas de trabajadores algunos con discapacidad intelectual. Lo explican muy bien los coordinadores de la obra, Dolores Izuzquiza, alma y vida de este apasionante proyecto, y Agustín de la Herrán, profesores ambos y queridos compañeros de la UAM, que indican las razones por las que se suele contratar a personas con discapacidad en una empresa. Además de los incentivos laborales y fiscales, porque "vende más", por orgullo empresarial y por responsabilidad social compartida, están dos razones de más calado: porque se contribuye al desarrollo democrático y social y porque las empresas que lo hacen experimentan un enriquecimiento y un desarrollo institucional grande.

Se mencionan en la obra dos figuras clave: los emprendedores, profesionales comprometidos con la formación para la inclusión laboral de jóvenes con discapacidad intelectual; y los mediadores laborales, el gran apoyo durante la etapa de inicio en la incorporación a las empresas y gracias a los cuales la integración se realiza de una manera estructurada, con lo que se asegura su éxito. Se explica pormenorizadamente el desarrollo y las fases del proceso de mediación laboral: la identificación de las empresas, el estudio del puesto de trabajo, la toma de decisiones y entrevista con la familia y la incorporación del mediador laboral a la empresa para realizar las tareas de seleccionar la figura del "apoyo natural", el análisis del puesto de trabajo y la confección de la rutina diaria, la elaboración del cuaderno de secuenciación de tareas y otros apoyos y las charlas de sensibilización. Con esta preparación previa se produce la incorporación del trabajador, el aprendizaje gradual de las tareas, la retirada, en su momento, del apoyo, el seguimiento y la formación permanente.

Después de estos planteamientos teórico-prácticos se explican, detalladamente, ocho experiencias -que conforman otros tantos capítulos- de inserción laboral en empresas públicas y en empresas privadas. Concluimos diciendo que, la obra de referencia, ofrece los objetivos y la metodología necesarias para contratar con éxito una persona con discapacidad así como ejemplos de empresas que acreditan como la inclusión laboral es posible y positiva.

Jesús Asensi Díaz
Universidad Autónoma de Madrid