Dentro de la colección La Corte en Europa. Temas, de la Editorial Polifemo en colaboración con el Instituto Universitario La Corte en Europa de la Universidad Autónoma de Madrid, nos llega este tercer estudio, después de Las relaciones discretas entre las monarquías hispana y portuguesa: Las casas de las reinas (siglos XV-XIX)", y Nobleza hispana, Nobleza cristiana. La Orden de San Juan. No resulta esta presentación ociosa pues la presente obra no solo tiene una extensión semejante a la de los estudios anteriormente citados, sino, sobre todo, las tres están elaboradas bajo el criterio de reunir los estudios en ellas contenidos bajo un mismo enfoque metodológico. El tema no es baladí, dado que, en este caso, Centros De poder italianos en la Monarquía (siglos XX-XVIII), consta de 2.240 páginas distribuidas en tres volúmenes, en los que unos sesenta profesores de medio centenar de universidades y centros de investigación europeos presentan originales estudios sobre el tema, y este es otro mérito considerable para los coordinadores de la obra.

No podría ser de otra manera. La obra que nos ocupa es el resultado de un luengo proceso, vertebrado a través de seminarios, congresos y reuniones internacionales de diversa índole disciplinar celebradas a lo largo de los años en sus vertientes políticas, institucionales, sociales, artísticas, literarias, musicales, espirituales y económicas. No de otra manera, sino como fruto de un constante intercambio de conocimientos, lecturas, ideas y entendimientos, habría podido ver la luz una obra tan diversa y, sin embargo, tan cohesionada. En este sentido ha sido fundamental la labor que desde hace años realiza el Instituto Universitario La Corte en Europa de la Universidad Autónoma de Madrid, dirigido por el profesor Martínez Millán, catedrático de Historia moderna, y vertebrador de una corriente historiográfica centrada en el estudio de la corte.

El punto de partida de esta excepcional obra se encuentra en la dialéctica existente entre tres conceptos, modernidad, Italia, y Monarquía hispana. Siempre que se alude a los fundamentos de la modernidad europea el horizonte se centra en Italia. Para la Península Ibérica el referente artístico, literario y cultural, fue sin duda este territorio, pero las influencias resultaron más complejas de lo que hasta ahora la historiografía nos ha mostrado, o, al menos sus cauces contuvieron dinámicas más diversas. Los intercambios entre ambas penínsulas, de donde partían unos y de dónde otros, permiten ubicar un espacio cohesionado y unido, en la que los lazos políticos, económicos y culturales constituían verdaderos entramados supraterritoriales. Frente a la visión de la Italia Española ahora se presentaría una España Italiana, que en suma nos ofrecería una visión de conjunto historiográficamente competente, renovada, documentada y sólida, que ofrece un puntal indispensable para comprender con visión más acendrada un asunto, la modernidad, en cuyo eje gira todo el planteamiento de la obra.

El objetivo fundamental de la misma es, por consiguiente, indagar hasta dónde penetró, y de que forma, la cultura italiana en España, entendida como manifestación de realidades y procesos más profundos y persistentes. Roma y los demás estados italianos, sus elites y actividades, se acoplaron a la Monarquía hispana convirtiendo la Península, más allá de los territorios incluidos en el patrimonio dinástico de los Austria, en un complemento fundamental en las vertientes política, militar, religiosa y económica. En definitiva, con esta premisa se ha pretendido estudiar de manera pormenorizada qué papeles desempeñaron los italianos en la Monarquía, a través de los diversos centros de poder e influencia que mantuvieron durante la Edad moderna.

Siguiendo un enfoque interdisciplinar basado en el significado y funciones de la corte, cuatro son los bloques de Centros de poder italianos en la Monarquía Hispánica. El primero, las Relaciones políticas, reúne veinticinco estudios de prestigiosos (Pere Molas, F. Benigno, Pierpaolo Merlin, el propio Martínez Millán, Pere Molas, ...) y jóvenes (Rubén González, Henar Pizarro, Marcelo Luzzi...) historiadores. Diplomacia, conflictos, ciudades, inquisición, instituciones y personajes son abordados desde distintos enfoques para reflejar que la Italia Española es un tópico historiográfico nacido en el siglo XIX que a día de hoy revela una base científica muy precaria. Tal y como se propone en la obra, el estudio de lo político debe centrarse en las redes de cortes y de elites, con todas sus variables, dada su función como sistemas de poder supraterritorial. También en este sentido se analiza el segundo bloque, los Intereses económicos, en el que se aborda una de las cuestiones más trascendentes del tema, las relaciones financieras y el papel de los genoveses.

El tercer bloque, Influencias espirituales y literarias, consta de once estudios que muestran la intensidad de las relaciones culturales y el universo compartido por las elites hispanas e italianas, así como las diferencias que existieron en el plano religioso, las disputas y discrepancias que surgieron respecto a determinadas devociones y dogmas.

Finalmente, el cuarto bloque, Relaciones artísticas y musicales, se compone de diecisiete artículos que insisten en la reconsideración de la naturaleza cultural del "imperio español". En este caso, de la misma manera que no se entiende el Humanismo y el Renacimiento sin la aportación hispánica, tampoco cabe comprender el Siglo de Oro o el Barroco sin el intercambio de ideas que tuvo lugar entre las cortes de ambas penínsulas.

Para concluir, tal y como en la introducción se señala, debemos hacer hincapié en que obras como estas solo pueden realizarse con un sólido proyecto cuyas simientes se sembraron hace décadas, y cuyos resultados y frutos se recogen lentamente a lo largo de los años. Se trata de un libro que perdurará en la historiografía modernista, pues, en este sentido, no hace sino continuar una senda que cuenta con importantes obras precedentes y que disfrutará de continuidad en futuros estudios.