Ciencia y Cultura


UN PROFUNDO ANÁLISIS DE TRANSFORMACIÓN HISTÓRICA DE LA DINÁMICA DE LA POBLACIÓN

 

"Demographic Transition and Its Consequences", Population and Development Review. Lee, Ronald D. & Reher, David S. (Eds.).  A Supplement to Vol. 37, 2011, Population Council. New York.



 
 

Este volumen recoge algunas de las aportaciones presentadas en el seminario Implicaciones a largo plazo de la Transición Demográfica celebrado en Madrid en septiembre de 2009, organizado por la Fundación Ramón Areces y el Grupo de Estudios Población y Sociedad (GEPS), un equipo pluri-institucional creado por el Gobierno de la Comunidad de Madrid.

El contenido refleja fielmente tanto el título del volumen como los objetivos del seminario del que surgió; se plantean, desde perspectivas variadas, diferentes implicaciones a largo plazo de la Transición Demográfica. Una de las grandes aportaciones de este volumen radica, precisamente, en que no se pone el énfasis en las razones o factores que desencadenaron la Transición Demográfica, sino en sus consecuencias; y otra interesante aportación es que se adopta, deliberadamente, una perspectiva geográfica amplia. Encontramos textos que plantean un análisis comparativo entre países desarrollados y países en vías de desarrollo, pero también otros que presentan la situación de un país específico: la combinación de análisis generalistas y puntuales enriquece el panorama que se ofrece al lector.

La Transición Demográfica hace referencia a la transformación histórica de la dinámica de la población, que pasó de tener unos niveles de fecundidad y mortalidad elevadas y sujetas a bruscas oscilaciones a unos niveles bajos y relativamente estables. Empezó en numerosos países europeos y parte de América hace más de un siglo y está actualmente en desarrollo en la mayor parte del mundo, y –se supone– terminará afectando a todos los países. Esta transformación es una de las más importantes que ha experimentado la sociedad humana y, como señalan los coordinadores de este volumen, está a la par de la difusión de la democracia, la revolución industrial, el progresivo incremento de los niveles educativos y de la urbanización.

Las implicaciones de la Transición Demográfica son muy variadas: algunas han sido y son muy positivas, mientras que otras suponen un auténtico reto para el futuro. En términos estrictamente demográficos, podemos señalar: 1. El declive prolongado de la fecundidad ha transformado la estructura por edad de la población, favoreciendo su envejecimiento. 2. La combinación de la reducción de la fecundidad y el aumento de la esperanza de vida ha dado lugar a redes familiares alargadas, al coexistir más miembros de diferentes generaciones y, estrechas, al disminuir el número de parientes de la misma generación. 3. Esta combinación ha influido también en una reducción considerable del tiempo empleado por las mujeres en la crianza de los hijos. 4. El incremento de la esperanza de vida facilita el retorno de las inversiones en capital humano y expande el número de años de vida vividos a edades avanzadas.

El primero de los textos, obra de David Reher, profundiza en éstas y otras implicaciones sociales y económicas de la Transición a través del tiempo. Para este autor, la Transición es más causa que consecuencia de los cambios demográficos, y, además, motor de la modernización en los países desarrollados, gracias a que se produjo a un ritmo histórico determinado. Está por ver si el ritmo actual de la Transición en los países en vías de desarrollo permitirá a éstos alcanzar el progreso económico antes de tener que hacer frente a las consecuencias negativas de la misma.

Tim Dyson esboza una interpretación diferente sobre el proceso histórico de la urbanización, considerándola causada, en primer lugar y de forma decisiva, por el importante crecimiento natural de las poblaciones rurales, más que por factores de tipo económico presentes en planteamientos más ortodoxos. Aceptar esta explicación permitiría entender la razón del acelerado proceso de urbanización actual de los países en desarrollo en los que todavía no se ha producido el crecimiento de los factores económicos; en otras palabras, el florecimiento de los factores económicos podría ser considerado consecuencia –y no causa– de la urbanización.

Michael Murphy cuantifica el impacto de la Transición en las redes familiares a través de un modelo de microsimulación que reconstruye las variaciones en el tamaño de los grupos familiares en Reino Unido desde 1850 hasta el presente. Algunos tipos de parentesco se hacen más comunes y otros menos habituales, desarrollándose la ya citada estructura familiar alargada y estrecha. Por otro lado, como secuela del envejecimiento de la población también envejecen las relaciones intergeneracionales: se pierde a mayor edad a la pareja, o se tiene a mayor edad al primer nieto. Los cambios en los patrones de fecundidad y mortalidad tienen efectos que pueden tardar hasta un siglo en manifestarse en el sistema de parentesco.

Rebeca Sear y David Coall cierran el primer apartado de este libro con un texto que indaga sobre la importancia de la familia en la Transición. Sirviéndose de investigaciones realizadas desde la antropología en sociedades tanto pre– como pos– transicionales, constatan que los cuidados familiares tienen una gran influencia en el bienestar y, especialmente, en la supervivencia de los niños. Aunque la influencia del parentesco en general sobre la fecundidad es menos clara, la presencia concreta de abuelos sí influye sobre la fecundidad, también en las sociedades postransicionales.

El segundo apartado se centra en el proceso de envejecimiento y en cómo éste afecta a las transferencias intergeneracionales. Ronald Lee y Andrew Mason emplean información sobre 23 países proveniente del Proyecto National Transfer Accounts que dirigen para medir los cambios a lo largo del ciclo de vida en el comportamiento económico. Los resultados indican que en los países pobres los ingresos netos se desplazan desde las personas de más edad a las más jóvenes, mientras que en los países ricos el movimiento es a la inversa. Esta concentración de ingresos netos en las personas de más edad en los países más ricos es debida principalmente al envejecimiento de sus poblaciones, hecho íntimamente ligado a la Transición Demográfica. Luis Rosero-Bixby emplea la misma fuente de información para examinar el perfil de las transferencias intergeneracionales en cinco países de América Latina. En estos países –Brasil, Chile, Costa Rica, Mexico y Uruguay– la familia es quien financia fundamentalmente el consumo de la infancia, mientras que en la tercera edad los ahorros personales son el principal recurso, seguidos por las transferencias públicas. No es cierta la creencia popular de que los mayores son una carga para sus hijos, ya que ellos proporcionan más transferencias económicas a sus familias que a la inversa; además, los mayores están en una situación económica relativamente acomodada y reciben un porcentaje importante de las transferencias públicas. La cuestión es si el progresivo envejecimiento de estas poblaciones exigirá en un futuro un cambio en el sistema de pensiones existente.

Tommy Bengtsson y Kirk Scott analizan el caso concreto de Suecia, país con una estructura demográfica envejecida, hecho que plantea importantes retos al conjunto de la sociedad. En los años 90 el sistema de pensiones fue revisado para hacerlo más robusto, pero en los próximos años va a ser necesario tomar otras medidas. Los autores plantean las distintas opciones posibles, como aumentar los impuestos, incrementar la productividad, hacer crecer la fecundidad y/o la migración, y prolongar la vida laboral.

El tercer apartado del texto adopta una perspectiva regional haciendo referencia especial a numerosos países en vías de desarrollo. Wang Feng analiza el presente y aventura el futuro demográfico de China, país excepcional por su magnitud, la rapidez con la que ha pasado por la Transición Demográfica y, también, por el papel que ha tenido la política estatal del hijo único. Las consecuencias de los rápidos cambios incluyen un incremento de los riesgos sociales para las familias, al producirse un importante aumento del volumen de personas mayores que no tienen hijos u otros familiares que cuiden de ellos.

Geoffrey McNicoll realiza un análisis comparado de la Transición Demográfica en Indonesia y Nigeria, países ricos en recursos naturales y de gran diversidad cultural. Hace medio siglo ambos países estaban situados en un nivel semejante de desarrollo y presentaban niveles elevados de mortalidad y de fecundidad. Desde entonces sin embargo han evolucionado de forma diferente: Indonesia ha logrado reducir la pobreza y avanzar en el proceso de la Transición, mientras que Nigeria no ha conseguido ninguna de las dos cosas. Este autor explica estas divergencias en términos de elección y acción política, así como el diferente peso de las tradiciones culturales, especialmente en el caso de la fecundidad, que no han logrado ser superadas en Nigeria.

El cuarto y último apartado contiene dos trabajos. El de David Coleman y Robert Rowthorn aborda las implicaciones potenciales del declive poblacional, considerado en ocasiones como la última consecuencia de la Transición Demográfica. Para estos autores el declive de la población, que ven inevitable, no tiene por qué tener consecuencias catastróficas. Por el contrario, afirman tras su análisis y repaso de la literatura científica “optimista” y “alarmista”, una población estacionaria de menor tamaño puede conllevar ventajas sociales, económicas y ambientales, especialmente si el declive es moderado,

Finalmente, Paul Demeny expone la evolución de las políticas públicas sobre fecundidad a lo largo de los últimos tres siglos. Incide en la variación de la intencionalidad (aumentar o disminuir el nivel reproductivo) a través del tiempo y del tipo de país, según sea más o menos desarrollado. Constata que en el mundo hay tanto éxitos como fracasos entre las medidas públicas dirigidas a modificar los comportamientos reproductivos. Y concluye señalando que en el contexto actual de fecundidad muy baja y cada vez más extendida, con los retos que supone para el futuro, es necesario desarrollar políticas públicas familiares innovadoras que faciliten el aumento de la fecundidad.

Tras la lectura de este volumen la impresión es que, partiendo de hechos conocidos (y explicados, quizá de forma simplificada), se ha logrado profundizar y plantear nuevas y sugerentes interpretaciones para los mismos. Ésta es probablemente la mayor aportación e interés de esta obra coral, y motivo sobrado para felicitar a todas las personas e instituciones que la han hecho posible.

Carolina Montoro
Universidad de Navarra