Ciencia y Cultura


LA CRISIS DE LOS MODELOS DE CAUSALIDAD

 

Hawking y la mente de Dios. Coles, Peter.  Gedisa editorial. Barcelona 2004. 93 pág.


Resumen de las teorías de Hawking sobre el universo


 
 

El título del libro viene dado por una frase que Hawking utilizó en su ya célebre libro "Historia del tiempo", del que suele decirse que, aunque fue un "best-seller" mundial, pocos lo han leído entero. Aunque esto ocurre con frecuencia: también libros famosos, como la Biblia o El capital de Carlos Marx, pocas personas lo han leídos enteros, aunque todos suelen hablar de ellos como si realmente lo hubiesen hecho. En la "Historia del Tiempo" Hawking, a pesar de no ser religioso, expresa su deseo de conocer la mente de Dios.

El librito de Peter Coles es un libro divulgativo, pero que, lógicamente, presupone algunos conocimientos sobre física moderna. No obstante, se lee fácilmente y es de suponer que será útil para aquél que, con ciertos conocimientos, se acerque a actualizarlos. Es opinión del autor que la popularidad de Stephen Hawking es mucho mayor que la que le correspondería por sus logros científicos.

La mecánica cuántica ha dado al traste con muchos presupuestos de la mecánica clásica newtoniana. El primero es el determinismo de ésta, al postular que la conducta de la materia es intrínsecamente impredecible, una propiedad ésta que se manifiesta sobre todo en el mundo microscópico poblado por objetos del tipo de las denominadas "partículas elementales". El segundo es el dualismo onda/partícula, al plantear que cosas que se conciben como partículas también pueden comportarse como ondas, y viceversa. Quizás lo que la física esté descubriendo es el hecho de que la visión dualista del mundo, su concepción en términos antagónicos, es algo inherente al pensamiento humano, pero que no tiene por qué estar en el mundo externo. Y lo mismo podría decirse de la causalidad, que ya Kant consideraba una categoría impuesta por nuestra mente.

Probablemente ocurra algo parecido con nuestra tendencia, innata o no, a buscar siempre en algún suceso un principio y un fin. Esto que podríamos llamar la "categoría arqueteleológica" podría explicar por qué tantos (no todos, recuérdese la cosmología del estado estable propuesta en 1948 por Hoyle, Bondi y Gold, según la cual el Universo no tuvo ni un principio ni tendrá un final: siempre ha sido como lo vemos ahora) están tan satisfechos con la famosa idea (apoyada, cierto es, por observaciones cruciales) del Big Bang, así como el que haya habido respuestas planteando un Big Crunch e, incluso, una sucesión de expansiones y contracciones periódicas. No es tampoco, por supuesto, sorprendente que el Big Bang esté tan bien visto por la Iglesia Católica, que cree ver en él el momento de la creación, en su incansable intento de encontrar una base científico-natural para las creencias religiosas.

En cualquier caso lo que está claro es que la teoría que actualmente utilizamos para describir los fenómenos cosmológicos, la teoría general de la relatividad, propuesta en 1915 por Albert Einstein, no puede ser la respuesta definitiva a cómo entender los fenómenos gravitacionales, ya que la teoría einsteniana no es compatible con los requisitos cuánticos, sobradamente probados. Es de esperar que si algún día se encuentra una teoría cuántica de la gravedad, esto no signifique más que un paso más en nuestro afán de comprender el mundo y no el conocimiento de la mente de Dios del que, seguramente con ironía, hablaba Stephen Hawking.

Francisco Rubia
Instituto Pluridisciplinar