Ciencia y Cultura


Aranguren. Filosofía en la vida y vida en la filosofía


Una exposición que contribuye a la memoria de nuestro pasado reciente



Con este título, mismo que empleara el propio Aranguren en 1992 para inaugurar las Conferencias que llevan su nombre y que anualmente organiza el Instituto de Filosofía de CSIC, se presenta en la Residencia de Estudiantes la exposición que conmemora su centenario. Desde el 4 de junio y hasta el 26 de julio puede seguirse en ella uno de los itinerarios más relevantes e influyentes del pensamiento español de la segunda mitad del siglo XX. Algunas facetas y circunstancias de la vida y la obra de Aranguren son bien conocidas. Lo son sus libros sobre ética, política y religión, su faceta docente, su expulsión de la cátedra en pleno franquismo y su rehabilitación en la misma en 1976, o su activo papel, desde entonces, en numerosos debates de la vida pública. Otras, en cambio, no lo son tanto. Su relación con el arte y la literatura o la proyección del Seminario Eugenio d'Ors que él mismo promovió, por ejemplo, han sido quizá menos advertidos, al menos para quienes no conocieron de cerca su personalidad, la cual nunca dejó de ser plural. La presente exposición, coordinada por Ana Romero de Pablos, permite visualizar esta pluralidad a lo largo de un itinerario que hilvana episodios, acontecimientos y registros diversos, en medio de las tensiones que lo condicionaron y al mismo tiempo abonaron.

Aranguren en su casa de la Calle Fortuny hacia los años 80. Foto: Carmen Miralles. Colección particularCon ella se presenta además el archivo de Aranguren, recientemente donado por sus hijos al Instituto de Filosofía, cuyos materiales dan cuenta de la rica interacción entre el autor y los momentos históricos que le tocó vivir. Se trata por tanto de una exposición que contribuye a la memoria de nuestro pasado reciente. Conocer la obra y el lugar de Aranguren arroja luz sobre las penumbras, las oscuridades y los focos de reflexión crítica durante el franquismo, e invita asimismo a no instalarse en el conformismo a la hora de revisar los años de la transición y la democracia.

Dicho itinerario se divide cronológicamente en cuatro etapas: "Tradición y crítica (1945-1955)", "Nuevos espacios para la filosofía (1956-1965)", "Pensamiento itinerante (1966-1976)" y "El oficio del intelectual (de 1976 en adelante)", todas ellas atravesadas por una triple preocupación, ético-político-religiosa, que, en su constancia, se va renovando constantemente a sí misma a medida que interactúa con los problemas de su tiempo. Como apunta Ana Romero en el Catálogo, la exposición muestra "el viaje de Aranguren desde el intelectual intimista y privado, preocupado por cuestiones religiosas existenciales, de los años cuarenta, hacia la apertura de su conciencia crítica -que coincide con su llegada a la universidad- a mediados de los cincuenta y que lo lleva a interesarse por la filosofía como realidad social, para finalmente converger en el intelectual crítico de la cultura y la sociedad, con una importante presencia pública, a partir de los sesenta y, sobre todo, de los años de la transición."

La primera etapa recoge así su entorno intelectual inicial, bajo la impronta de Unamuno, Ortega, Zubiri y D'Ors -a quien dedicará uno de sus trabajos más tempranos-, y las influencias de Dionisio Ridruejo y Laín Entralgo en el contexto de la revista Escorial. Entorno en el que la dimensión poética también desempeña una cierta relevancia, tal y como se aprecia en sus relaciones con Luis Rosales, Leopoldo Panero, Luis Felipe Vivanco o José Mª Valverde, o en sus lecturas de Machado y de Rilke; y en el que pesa mucho la cuestión religiosa, tal y como muestra su interés por San Juan de la Cruz y, sobre todo, su papel en las Conversaciones Católicas Internacionales de San Sebastián. Estas últimas fueron capaces de aglutinar, en momentos de gran indigencia, a numerosos pensadores extranjeros. Esta primera etapa nos muestra en definitiva a un Aranguren ubicado en las coordenadas de esa "resistencia silenciosa" -según la recurrente expresión de Jordi Gracia- que, desde la posguerra, irá abriendo discretamente algunas brechas en la retórica del régimen. Prueba de ello será el artículo de Aranguren sobre "La evolución espiritual de los intelectuales españoles en la emigración", publicado en Cuadernos Hispanoamericanos en 1953, con el que se cierra esta etapa y en el que se tantean, con prudencia, algunos puentes posibles con el mundo del exilio.

La de la copa. Aranguren en el Hotel Mencey, Tenerife 1962. Foto de E. Mancebo. Colección particular.La segunda etapa se inicia con la obtención de la cátedra de Ética y Sociología en la Universidad Central de Madrid en 1955, lo cual implicará un tránsito decisivo desde el espacio privado al público. Además de sus clases y de libros como Ética (1958), adquirirá en este sentido una singular relevancia el "Seminario Eugenio d'Ors", de cuya proyección internacional dieron buena cuenta la aceptación de Michel Foucault a participar en el mismo o la reflexión que propició sobre una cuestión tan novedosa por entonces como el conflicto entre las culturas científica y humanística. Otras cuestiones abordadas en el seminario, mayormente relacionadas con la circunstancia española tales como la necesidad de una reforma universitaria y la democratización de la enseñanza, con la que Aranguren se comprometió activamente, propiciaron además que él mismo introdujera en España la obra de Pierre Bourdieu y Jean-Claude Passeron Les héritiers (1964), traducida con el título Los estudiantes y la cultura.

La tercera etapa viene marcada, por el contrario, por su separación de la cátedra y su docencia en la Universidad de California, de cuyo Departamento de Lengua y Literatura Española y portuguesa fue profesor a partir de 1969. Quienes conocieron de cerca de Aranguren coinciden en señalar que dicha estancia supuso un punto de inflexión en su itinerario intelectual, bajo la influencia de los movimientos contraculturales de la California de los sesenta.

En su primera clase a la vuelta de la cátedra. Universidad Complutense, 1976. Foto EFELa cuarta etapa, en fin, se centra en su retorno a la cátedra española en 1976 y en su visibilidad, como intelectual activo en la vida pública, en los años de la transición primero, en los de la democracia después. Aranguren se involucrará en los nuevos espacios públicos de la circunstancia española, escribirá con frecuencia en periódicos como El País y La Vanguardia, firmará manifiestos como el dirigido a Fidel Castro en 1988 y reflexionará también sobre esto mismo; es decir, sobre la responsabilidad del intelectual ante los problemas sociales y políticos que le interpelan desde el medio que le circunda. En torno a esta cuestión gira, por ejemplo, El oficio del intelectual y la crítica de la crítica (1979).

La presente exposición recorre este itinerario a partir de la huella que fue dejando en documentos y materiales singulares. Puede así apreciarse una obra plástica diversa de artistas con los que Aranguren se relacionó, tales como Antoni Tápies, Benjamín Palencia o Eduardo Chillida; documentos de las Conversaciones Internacionales de San Sebastián, de su cátedra de Ética y Sociología o del Seminario Eugenio d'Ors, además de un dictamen eclesiástico prohibiendo la reedición de Catolicismo día tras día salvo corrección y enmienda; un amplio elenco de cartas (de Francisco Ayala, José Ferrater Mora, Pedro Laín Entralgo, Manuel Fraga, Enrique Tierno Galván, Michel Foucault, Vicente Aleixandre, de sus propios alumnos o la Unión de Intelectuales Españoles en México, entre otros muchos remitentes) en el que se puede rastrear esa conjunción de filosofía y vida que Aranguren fue dejando tras de sí; sus primeras publicaciones y algunos libros emblemáticos de su biblioteca personal; la recepción crítica en la prensa internacional de su exclusión de la cátedra española; o la célebre caricatura que Máximo le dedicó con motivo de su muerte. El carácter privado, hasta ahora, de algunos de estos materiales, añade a la exposición un interés específico para los estudiosos de la obra de Aranguren.

Aranguren en la UIMP, 1987. Foto: Juan Antonio Rodríguez. Colección particularUna relación completa de los materiales expuestos junto con una Cronología y una Bibliografía exhaustiva de Aranguren puede por lo demás encontrarse en el correspondiente Catálogo, el cual incluye un amplio y rico repertorio de colaboraciones a cargo de Ana Romero, Javier Muguerza, Pedro Cerezo Galán, Felipe López-Aranguren, Adela Cortina, Manuel Fraijó, Isabel López-Aranguren, Soledad Puértolas, Eusebio Fernández, Joseph Mª Castellet y José Francisco Yvars, Elías Díaz, Ignacio Sotelo, Antonio García-Santesmases, José Mª González García, José Manuel Navarro Cordón y Reyes Mate.




Antolín Sánchez Cuervo
Instituto de Filosofía
CSIC

Lugar: Residencia de Estudiantes. Pabellón Transatlántico. C/ Pinar, 23. Madrid 28006
Fecha: Hasta el 26 de julio
Horario: De lunes a sábado de 11.00 a 15.00 h y de 17.00 a 20.00 h. Domingos y festivos de 11.00 a 15.00 h
Enlaces: Aranguren. Filosofía en la vida y vida en la filosofía