Ciencia y Cultura


Arte, sueño y materia


Un mundo con coches



Jeremy Dickinson. Two Tone No. 2El mundo no sería el mismo sin coches. A partir de su invención hace algo más de un siglo, el automóvil a motor de explosión ha perfilado gran parte de la política, las estrategias empresariales, los movimientos sindicales y sociales. Su fabricación en lugares muy determinados, su necesidad de algunas materias primas, y, sobre todo, su dependencia del petróleo, redibujaron el mapa del mundo, con un inestable equilibrio internacional sobre todo a partir de 1973. Es la pieza clave en la economía de cualquier país: en momentos de crisis, los gobiernos se lanzan desesperados a inyectar millones a sus fabricantes. La construcción de un automóvil suma miles de patentes. Ha definido los modos de producción industrial y los sistemas económicos. Si Henry Ford consiguió que el obrero pudiera adquirir aquello que fabricaba, a costa de su alienación en la cadena de montaje, el postfordismo ha consagrado un mundo globalizado en el que todo está conectado.


Samuel Rousseau. VortexHa condicionado de manera dramática las ciudades, el paisaje, la arquitectura, a la vez que ha representado también posiblemente la mayor amenaza hacia el medio ambiente. Una porción significante de la superficie del planeta se ha recubierto de una capa de asfalto: el mundo se ha llenado de carreteras y autopistas que llegan a cualquier rincón. Inventar el automóvil también supuso inventar las peores pesadillas de la sociedad contemporánea: los accidentes de circulación y sus miles de muertos cada año; la lluvia ácida; la contaminación sonora; los interminables atascos a los que están sometidos los ciudadanos de casi todas las metrópolis del mundo: se podría decir que, en cualquier momento, siempre hay centenares de miles de individuos atrapados en un embotellamiento. Inventar el automóvil también supuso inventar: el carné por puntos, los neumáticos, los Erwin Wurm. UFOimpuestos de circulación, las gasolineras, las autopistas de peaje, los desguaces, las grúas municipales y las multas de aparcamiento. Millones de personas subsisten gracias a trabajar al volante. Ha condenado a los peatones -en lo que se convierten todos los ciudadanos al bajarse del coche- a deambular por un estrecho pasillo adoquinado pegado a los edificios llamado "acera". da cotidiana de las culturas precolombinas con piezas de la tecnología actual, incluso con piezas e ideas del futuro inmediato.

El automóvil también se convirtió a lo largo del pasado siglo en el mayor objeto del deseo, en la encarnación de las aspiraciones de todas las clases sociales, desde los países capitalistas a las economías socialistas. Fue sinónimo de libertad, de independencia, de ir de un lugar a otro sin planes. Fue diseñado para seducir y publicitado para vender. La literatura y el cine no serían los mismos sin el coche. Sin Alain Bublex. Aerofiat 1.0él, Bonnie y Clyde o Thelma y Louise nunca hubieran huido, ni Jack Kerouak se hubiera lanzado a través de Norteamérica a la búsqueda de sí mismo. El arte tampoco sería igual sin el coche, al protagonizar un sin número de obras. Ha servido de inmensa parábola para estudiar lo humano y lo social en sus múltiples vertientes. En tanto que cambió la relación de las personas con los objetos de producción industrial, propuso una nueva relación del arte con sus usuarios. Ha sido un escenario en el que se ha reflexionado sobre la masculinidad y las relaciones de género. Ha servido para ensayar estrategias de visibilidad para los artistas, calcadas, muchas veces, de las utilizadas para que determinados coches entraran en el imaginario común. En resumen: ha servido de visión del conjunto de la sociedad, en la que se concentra todas sus grandezas y sus miserias.


Rosina Gómez-Baeza
Directora, LABoral Centro de Arte y Creación Industrial

Lugar: LABoral Centro de Arte y Creación Industrial
Los Prados 121 - 33394 Gijón. Asturias
Fecha: Hasta el 21 de Septiembre de 2009
Horario: De Miércoles a Lunes de 12:00 a 20:00h. Martes cerrado
Enlaces: Auto: Sueño y materia