Ciencia y Cultura


LAS MISIONES PEDAGÓGICAS (1931-1936)


Una exposición didáctica sobre un experimento pedagógico ejemplar


Cien + JAE

El Ministerio de Cultura a través de la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, que tan magnífica difusión de la cultura está realizando en los últimos años, ha organizado en las Salas Pedro Ribera y Juan de Villanueva del Centro Cultural Conde Duque de Madrid la exposición "Las Misiones Pedagógicas (1931-1939)". El proyecto fue ideado por la Fundación Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza, producido finalmente por la Residencia de Estudiantes, contando con la colaboración del Ayuntamiento de Madrid. La exposición se inició el 22 de diciembre pasado y estará abierta al público hasta el 11 de marzo próximo.

¿Qué fueron las Misiones Pedagógicas?, ¿qué significaron?, ¿quiénes las promovieron? Éstas y otras tantas preguntas que puede suscitar el nombre de la exposición quedan perfectamente resueltas en el recorrido de la misma, porque entre las cualidades que deben resaltarse de esta exposición sobresale el carácter didáctico que domina en toda ella. Es una exposición en la que se aprende sobre algo, algo que no puede pasar desapercibido en la historia de España por lo que supuso de apuesta ejemplar para sacar a nuestro país del "agarbanzamiento", en términos unamunianos, en que estuvo sumido demasiado tiempo, privado del ritmo de modernidad que otros países iban adquiriendo. Situación a remediar que contó con propuestas desde ámbitos académicos, intelectuales, políticos y sociales, entre las que cabe resaltar la de Santiago Ramón y Cajal, que desde su condición de catedrático y con el magnífico aval del Premio Nobel, concedido en 1906, se manifestó en cuantas tribunas pudo, con la vehemencia de su "tesón patriótico", por mejorar la ciencia y la cultura nacionales.

El gobierno provisional de la Segunda República decretó en mayo de 1931 la creación del Patronato de las Misiones Pedagógicas para el fomento de la cultura general, la orientación pedagógica de las escuelas y la educación ciudadana en las poblaciones rurales, entre otras acciones encaminadas a mejorar la educación y la cultura de los españoles. Fue nombrado presidente del Patronato Manuel Bartolomé Cossío que, junto con Francisco Giner de los Ríos, figura entre quienes, desde el último tercio del siglo XIX y hasta la sublevación militar de 1936, impulsaron las mejoras educativas más sobresalientes de la historia de España. Entre los vocales del Patronato figuran Rodolfo Llopis, Ángel Llorca, Domingo y Francisco Barnés, Antonio Machado, Pedro Salinas, Luis Bello, Oscar Esplá, por citar los acaso más conocidos.

Para fomentar la cultura general crearon un Servicio de Bibliotecas, el Teatro y Coro del Pueblo, el Museo del Pueblo, la Sección de Cine, el Retablo de Fantoches y un Servicio de Música. Todos al servicio de la difusión cultural hecha por toda la geografía española. En los cortos cinco años de su existencia llegaron a cerca de 7000 pueblos y aldeas, contando con la participación de unos 600 misioneros que así se les llamaba a quienes participaban en las misiones. Repartieron más de 600.000 libros, hicieron 286 representaciones teatrales y actuaciones musicales, y las exposiciones circulantes llegaron a 179 localidades. Una labor ingente de la que algunos ancianos, entonces niños, recuerdan con admiración.

Un de los principios sobre los que se apoyaban las Misiones sintetiza claramente la concepción educativa que tuvieron sus promotores: "Las Misiones son tan útiles para quienes las dan como para quienes las reciben. No es poco que los misioneros traigan a Madrid el descubrimiento de la inteligencia de los aldeanos. Pero es que descubren otras muchas cosas que se pueden resumir en el ver el campo como es, si es que tienen vista. Y esto es cosa que puede influir no poco en todas las direcciones", comentario que resume la riqueza que tiene toda acción pedagógica y es que no se trata sólo de enseñar a quien no sabe, que así debe ser, pero también de aprender de ellos y del entorno en que se desenvuelven.

En la exposición pueden verse muestras del material y los métodos utilizados en las actividades realizadas, completadas con los audiovisuales, grabaciones de entonces y actuales en las que pueden verse algunas acciones realizadas por los misioneros, opiniones de expertos en educación e incluso escucharse canciones populares aprendidas en las Misiones. Por la riqueza documental de la exposición es menester resaltar la labor realizada por quienes han trabajado para hacerla posible dirigidos por el comisario de la misma, Eugenio Otero Urtaza, profesor de Historia de la Educación de la Universidad de Santiago de Compostela.

Quienes se implicaron en las tareas misioneras por los pueblos eran, generalmente, grupos de jóvenes estudiantes, intelectuales, artistas, escritores y, sobre todo, maestros e inspectores de primera enseñanza, contando con una infraestructura básica, pero sin modelos ni normas; quedó a la iniciativa de los grupos la ejecución de las actividades en la forma que consideran más adecuada al lugar a que llegaban. Hubo participantes asiduos y otros que lo fueron esporádicamente, cada cual con responsabilidades propias, pero todos imbuidos por un entusiasmo y una curiosidad personal ante lo novedoso del proceso en el que se vieron gustosamente involucrados.

En la exposición pueden verse las reproducciones de cuadros de los pintores españoles más famosos hechas en su mayoría por Juan Bonafé, Ramón Gaya y Eduardo Vicente. Los cuadros se transportaban en cajas de madera y solían estar expuestos en los pueblos una semana, durante la cual las gentes del lugar podían asistir a las explicaciones que sobre los mismos hacían los misioneros. A los visitantes les obsequiaban con reproducciones que también dejaban en las escuelas y centros obreros.

A juzgar por las expresiones de hombres, mujeres y niños recogidas en las fotografías de las Misiones, el servicio de cine debió causar una impresión imborrable en los lugareños. En 1931 muchos no sabían de la existencia del cine. Cuentan los misioneros que cuando se anunciaba alguna proyección, la gente hacía los kilómetros que fueran necesarios para asistir a aquel prodigio.

El estallido de la guerra acabó con las rutinas que ya habían adquirido las campañas populares. Pero hubo misioneros que aplicaron su experiencia a los movimientos educativos y culturales que la República mantuvo en los pueblos y en los frentes. En el patronato de las Misiones se nombró una Comisión de Propaganda Cultural que mantuvo acciones sobre todo encaminadas al fomento de la lectura y a la defensa de la causa republicana. Algunos misioneros se enrolaron en las Milicias de la Cultura o en las Brigadas Volantes; otros fueron encarcelados o exiliados. Y hubo quienes se alistaron a las filas franquistas.

De la importancia y significado de las Misiones Pedagógicas da fe el magnífico catálogo de 560 páginas, con textos de entonces y comentarios actuales, reproducciones de carteles, fotos y documentos que hacen justicia a aquella experiencia republicana por le educación y la cultura populares.


Antonio Moreno González
Director del Instituto Superior de Formación del Profesorado (MEC)

Lugar: Centro Cultural Conde Duque. C/ Conde Duque, 9 y 11 (Madrid)
Fecha: Hasta el 11 de marzo
Horario: Martes a sábados de 10.00 h a 21.00 h, domingos y festivos de 11.00 h a 14.30 h. Lunes cerrado
Enlaces: www.munimadrid.es/condeduque