Ciencia y Cultura


RECÓPOLIS


Un paseo por la ciudad visigoda


A través de esta exposición la arqueología nos descubre e introduce en las formas de vida, las concepciones urbanísticas, en definitiva en el modelo de sociedad, de uno de los centros urbanos más importantes del occidente europeo en la época altomedieval: Recópolis, única fundación de nueva planta en casi dos siglos en toda Europa.

Era el año 578 y el rey Leovigildo acababa de lograr la cohesión territorial del Reino Visigodo, gracias a una serie de campañas victoriosas contra bizantinos, diversos pueblos indígenas de la península, la aristocracia y los campesinos. Como consecuencia de estos éxitos, Leovigildo crea un estado centralizado con capital en Toledo. Y, para conmemorar el triunfo de esta organización estatal funda, a la manera de los emperadores bizantinos, una ciudad, Recópolis, en honor a su hijo, el futuro rey Recaredo. Ésta tuvo una planificación urbanística y una jerarquización del espacio basado en el modelo del Imperio Bizantino y, más concretamente, en su capital, Constantinopla. Con más de 30 hectáreas de extensión, su paisaje urbano estaba concebido a través de una sucesión escalonada de edificios palatinos, zona comercial, áreas de vivienda, estructurados por un trazado viario, cuyas partes descubiertas apuntan a la regularidad, y todo ello rodeado por una imponente muralla, símbolo de propaganda y prestigio ciudadano, que encerraba y protegía todo el perímetro urbano.

La exposición reúne los estudios arqueológicos realizados en este yacimiento, así, se hace especial referencia al descubrimiento de los restos por Juan Catalina García López en 1893, las primeras excavaciones de Juan Cabré en 1944-45, los estudios realizados por el Instituto Arqueológico Alemán en la década de los 50, así como su fase de excavaciones comprendida entre finales de los 60 y principios de los 80 llevada a cabo sucesivamente por la Universidad de Barcelona, la Universidad Complutense y, finalmente, por el Museo de Guadalajara y, por último, a partir de 1992 la realización de las excavaciones sistemáticas dirigidas por Lauro Olmo Enciso, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares.

La fundación de una nueva ciudad exige la movilización y empleo de gran cantidad de recursos materiales que provocó un considerable impacto tanto ambiental como social. De hecho, el territorio próximo guarda valiosos testimonios de cómo se organizó su explotación destinada a las obras de edificación de la nueva ciudad así, encontramos canteras para la extracción de sillares y mampostería o vetas de tierras arcillosas para la elaboración de tejas y ladrillos.

Uno de los elementos más importantes de esta ciudad es sin duda el conjunto palatino. Este era el centro del poder, situado en la parte más alta y formado por una serie de edificios dispuestos alrededor de una gran plaza. Este conjunto es el de mayores dimensiones hasta el momento conocido en Europa occidental para este período y era visible desde toda la ciudad. Además de alojar a los altos dignatarios, estos edificios estaban dedicados a la administración y gobierno del espacio urbano y su territorio. Vinculado al palacio se halla una iglesia, de planta de cruz latina y con una división en diferentes espacios que respondía a las necesidades funcionales de la liturgia. Este edificio constituye el único ejemplo material de iglesia palatina existente hasta el momento en el Reino Visigodo.

El acceso al conjunto palatino se efectuaba a través de una puerta monumental de la que partía a su vez la calle principal con dos grandes edificios que se dedicaron a las actividades comerciales y artesanas. Será aquí donde se han hallado piezas cerámicas provenientes del Norte de África o incluso del Próximo Oriente, así como talleres de orfebres y de producción de vidrio soplado.

Las zonas de viviendas se encuentran representadas en el ejemplo de una de ellas, al sur de la calle principal, con elementos de uso cotidiano, agujas, anillos, broches de cinturón, prendedores para el pelo, etc.
Recópolis tuvo una ceca, o fábrica de moneda, que comenzó a acuñar una vez que la ciudad estuvo en funcionamiento. Así, en esta exposición tenemos ocasión de admirar no solo un tesorillo de tremises, moneda de oro fundamental para el sistema de recaudación fiscal, sino monedas bajoimperiales, todavía en uso para las transacciones de uso cotidiano.

Como centro urbano tuvo una vida dinámica durante las épocas visigoda y primitiva árabe que, posteriormente, tras un paréntesis de más de tres siglos, dio paso a una pequeña aldea campesina edificada sobre las antiguas ruinas del palacio. Todas las transformaciones que experimentó a lo largo de su existencia, nos ponen en contacto con los cambios sociales que se fueron sucediendo en las diferentes fases de nuestra historia medieval.


Amaya Gómez de la Torre-Verdejo
Coordinadora de la exposición

Lugar: Museo Arqueológico Regional
Plaza de las Bernardas s/n 28801 Alcalá de Henares (Madrid)
Fecha: Hasta el 25 de febrero
Horario: De martes a sábados de 11.00 h a 19.00 h. Domingos de 11.00 h a 15.00 h. Lunes cerrado
Enlaces: Museo Arqueológico Regional