La exposición Joaquín Costa. El fabricante de ideas nos muestra 181 piezas procedentes de instituciones públicas y colecciones privadas que no, ayudan a recrear los distintos espacios que contribuyeron a construir a Costa como hombre, como intelectual y como político. Entre los materiales expuestos figuran libros, manuscritos, revistas y periódicos locales regionales y nacionales, fotografías, dibujos, gráficas, viñetas y objetos que identifican al personaje y su entorno.

El recorrido de la exposición se ilustra con una cuidadosa selección de obra pictórica de artistas de los siglos XIX y XX. (Félix Lafuente, Juan José Gárate, Victoriano Balasanz, Ramón Acín, Ramón Martín Durbán, Natalio Bayo, la Hermandad Pictórica, Iñaki o José Luis Cano) y nacional (José Casado del Alisal, Ricardo de Madrazo, Vicente Cutanda, Francisco Lameyer, Ángel Díaz Domínguez, Darío Regoyos, Joaquín Sorolla e Ignacio Zuloaga), esculturas (Honorio García Condoy o Félix Burriel), fotografías, libros, revistas,documentos y objetos diversos vinculados al personaje. Se pretende, así, conocer cómo se veía a través de la pintura y el arte el panorama español de finales del XIX y principios del XX, así como conocer de cerca la realidad de ese tiempo.

Dos audiovisuales que recorren con imágenes y testimonios los distintos perfiles del personaje y un elaborado catálogo con destacados especialistas completan una visión que nos ayuda a conocer y entender el complejo de cambios y transformaciones sociales y políticas que le tocó vivir a Joaquín Costa.

El recorrido de la Exposición Joaquín Costa. El fabricante de ideas se articula en torno a cuatro grandes espacios:

Espacio 1: La educación de la Mirada. El sentido del paisaje. Los espacios naturales, rurales y urbanos, la escuela y el ambiente de su infancia y juventud se presentan en este apartado. A través de documentos, obra pictórica, cartas familiares, escritos y objetos representativos se configuran los escenarios en los que vivió Costa y en los que se formó humana e intelectualmente. Monzón, Graus y Huesca marcan el inicio de una vida apasionante y ávida de conocimiento.

París, su despertar. Zaragoza, capital de Aragón y el centro de su proyección política. Madrid, su contacto con las ideas krausistas de la Institución Libre de Enseñanza, la ciudad de su formación universitaria y el punto de neurálgico de actividad social, investigadora y de difusión de sus campañas. Termina esta visión con un apunte sobe la percepción de África como una constante histórica que marcará las transformaciones colectivas españolas. El visitante encontrará una referencia a la renovación del paisaje como reflejo de las transformaciones del patriotismo y el sentimiento nacional, en una España deprimida por el desastre colonial.

Espacio 2: Profetas del saber, sacerdotes de la verdad configura un recorrido de la periferia formativa de Costa, desde Huesca con las influencia de su tío Mosén José Salamero, al que le debe su apoyo para estudiar. Surge después Madrid con su doble titulación universitaria en Derecho y Letras y el magisterio ejercido por Giner de los Ríos con quien fundaría La Institución Libre de Enseñanza. En los murales y cuadros y los objetos dispuestos en vitrinas aparecen referencias constantes de intelectuales de los que bebió -y a la vez alimentó-, en la aventura del saber y en su implicación política, Santiago Ramón y Cajal, entre otros. Sus apuestas por la enseñanza, su vocación periodística, su ingente producción de libros -en la sala se presentan obras originales del pensador y sus coetáneos- y sus estudios sobre el Derecho se explican como una manifestación de su trabajo polifacético.

Espacio 3: Cultura Política y regeneración de España es el tercer gran espacio, donde se esbozan algunos elementos del discurso adquirido e ideológicamente compartido de la cultura política de Joaquín Costa. Su intervención en la política nacional marca el salto de un intelectual comprometido que, armado de su saber, conocimiento y energía, quiere aplicar su bagaje para transformar España. En la Restauración, Joaquín Costa se convierte en un político crítico con un sistema, viciado por el caciquismo y la alternancia de partidos, el Liberal y el Conservador. Las campañas a través de la creación de asociaciones, cámaras agrarias, ligas nacionales e incluso un proyecto frustrado de partido -La Unión Nacional- con Basilio Paraíso trasladan un espíritu regeneracionista. En este panorama, su inicial fe republicana, adquirida en la Gloriosa, le lleva a presentarse, en una actitud personalista, por los republicanos en 1903. Antes, lleva a cabo la más ingente labor de diagnóstico realizada hasta entonces con la encuesta Oligarquía y Caciquismo que reúne en el Ateneo de Madrid a lo más granado de la intelectualidad de la época. En su trayectoria política, no faltan momentos de desesperación, de un espíritu atrabiliario y una profunda frustración. Como tiene prisa para salvar a España, Costa recurre a la figura, cuando menos paternalista, del "cirujano de hierro". El enfrentamiento con Maura en 1908 y 1909 y la constante inquietud con propuestas sobre los regadíos completan la imagen de un luchador que, con sus contradicciones, amó hasta la extenuación a España, intentando aplicar las fórmulas que, según él, eran más eficaces.

Espacio 4: Muerte y posteridad. Memoria e historia de Joaquín Costa. Al final, la muestra se encuentra con la muerte del pensador y las imágenes del multitudinario funeral celebrado en Zaragoza. Este espacio presenta la herencia familiar, la elaboración de la sociología de la fama y los procesos de construcción de una imagen legendaria. Se refleja, además, la diversa interpretación de su pensamiento social y político de Costa, que han trascendido hasta hoy, así como la huella dejada en el pensamiento y la realidad española. Como corolario y desde el soporte audiovisual la exposición recoge diversos testimonios y opiniones que definen los diversos perfiles de Joaquín Costa desde una visión actual.