La creencia de que la naturaleza no es un tema del arte se ha mantenido mucho tiempo. Los artistas de la época de las vanguardias no tenían duda alguna. Alexander Rodchenko encontraba en la naturaleza demasiado desorden y demasiadas cosas en las que fijar la mirada y la atención. La nueva fotografía tenía otras prioridades.
Se podría afirmar que el antinaturalismo ha sido una norma que aún persiste. Pero sería generalizar más de lo que aconseja la prudencia, ya que no es cierto. Hay demasiadas excepciones. No obstante, en el arte moderno y lo que después vino, la pauta ha sido otra. La desconfianza, la incomprensión y hasta el desprecio de la naturaleza ha sido común en el arte del siglo XX. El paisaje era un tema caduco, anacrónico, aburrido, romántico. Y no sin razones. ¿Para qué representar visualmente la naturaleza, que ya de por sí es visible? ¿Cómo dotarla de orden, expresión o significado?
El arte es sólo uno de los aspectos de las complejas relaciones entre los seres humanos y la naturaleza. Afortunadamente el aprecio de la belleza natural, la experiencia de la naturaleza o los estados de ánimo que puede suscitar no se acaban en el arte ni en los artistas. Cualquiera puede acercarse a ellos a través de las propias manifestaciones de la naturaleza.
Esta nueva edición de PHotoEspaña está compuesta por un conjunto de exposiciones en las que se quiere aproximar a los espectadores a algunas de las partes visibles de la complejidad natural cultural. Por medio de trabajos de todo tipo, sobre todo técnicos y en particular fotográficos, y con semejante atención a la prestada en las dos ediciones anteriores al desarrollo actual de los lenguajes documentales, el programa de PHE06 plantea de manera problemática y crítica una panorámica variada de uno de los asuntos importantes de nuestro tiempo.
Uno de los principales es la experiencia de la naturaleza, de la que el espectador encontrará obras que no sólo se pueden apreciar con la mirada, ya que convocan experiencias sensoriales más complejas, a menudo poco confortables. Un aspecto particular de esta aproximación es la experiencia rural, en la creencia de que la existencia de los campesinos es la más cercana, históricamente, a la naturaleza, pero también pensando que, ahora, la supervivencia de los campesinos empieza a ser un problema ecológico, que a lo peor algún día es semejante a los que se plantean alrededor de las especies animales en vías de extinción. Una cuestión tan planetaria como las problemáticas medioambientales, que son asimismo tema de las exposiciones.
Las interpretaciones del paisaje en los últimos años es otro de los asuntos a los que el programa presta particular atención. El paisaje se consideró con frecuencia un género artístico anticuado y hasta es posible que superado, pero no es de este tipo de paisaje esteticista e imitativo del que se trata. Dado que el concepto de paisaje se ha ampliado y en lugar de perder vigencia ha cobrado una medida antes desconocida en los estudios sociales y culturales, la intención ha sido buscar ejemplos de trabajos visuales cercanos a esos modelos interpretativos, en los que es posible que se estén abriendo vías aún poco transitadas de la representación visual de la naturaleza.
Finalmente, las relaciones entre naturaleza y cultura, que es el fondo de la cuestión, también son tratadas específicamente en el festival por medio de imágenes sobre la exploración y la técnica, entre otras posibilidades, algunas ya mencionadas.
