Ciencia y Cultura


AQUÍ PLANETA TIERRA


Los Museos de la Ciencia en la era de la Globalización
CosmoCaixa Madrid


Se quiera o no, alguna clase de globalización se abre paso replanteando cada día, quizá cada hora, el sentido y la función de nuestras instituciones. La información, las ideas y las opiniones circulan por la red en todas direcciones. El conocimiento se globaliza sólo. Pero ciertas cuestiones y ciertos métodos (para tratar tales cuestiones) resulta que ya son globales por definición. Citaré sólo una cuestión y un método: el medio ambiente y la ciencia. Ambos conceptos están globalizados de raíz. La ciencia, tal como hoy la entendemos, nació globalizada en el Renacimiento y desde entonces nunca ha dejado de ser la representación de la realidad que se elabora con la mínima ideología posible. El medio ambiente es, por otro lado, un objeto de la ciencia.

¿Se puede pensar en algo más global y más común a la humanidad entera? El entorno de una individualidad viva, sea ésta una bacteria, un organismo, un ecosistema entero o una ciudad, es parte intrínseca de tal individualidad. Hasta hace no mucho teníamos la ilusión de un planeta infinito en el cual cada ser vivía en y de su propio entorno. Pero el entorno también se globaliza sólo. Suenan todas las alarmas. Los economistas acaban hablando siempre de crecimiento. Sin crecimiento, la economía entra en crisis. Pero el planeta, a diferencia de cualquier ser vivo (que intercambia materia, energía e información con su entorno) es un sistema global y termodinámicamente cerrado que sólo intercambia energía con el resto del universo. El Primer Principio de la Termodinámica (sobre la conservación de la energía) y el Segundo (sobre la utilidad de la energía disponible) regulan el crecimiento. La Tierra es un paciente que requiere observación, diagnóstico, mimo, tratamiento... Urge un cambio masivo de mentalidad. Urge un cambio masivo de comportamiento. Urge pensar y decidir globalmente...

¿Existe algún espacio público relevante y creíble, dedicado a proveer estímulos a favor del conocimiento, del método científico y de la opinión científica que pueda ayudar a cambiar la actitud del ciudadano respecto de ese paciente llamado Tierra? La pregunta sugiere una buena definición de lo que debe ser un museo o un centro de ciencia en este siglo. Sólo quedan dos importantes retoques por hacer. En el hemisferio norte del planeta, los museos y centros de ciencia forman una nube de puntos bastante bien distribuidos a través de océanos y continentes. Sólo falta que tales puntos, los centros ya existentes, se conviertan en los nudos de una red. He aquí una bonita función para las organizaciones que los agrupan (ECSITE, ASTEC, REDPOP...). El otro retoque se refiere al tipo de actividades que hacemos. Hoy nos dedicamos básicamente a dos cosas: exposiciones, dentro y fuera del museo, y actividades internas (como conferencias, debates, cursos, congresos, etc.). He aquí lo que falta: actividades a favor del entorno, allí donde haga falta, pero cuya visualización se pueda seguir en directo desde unos museos conectados en red. Hay dos maneras para intentar un cambio de comportamiento: obedeciendo unas normas aceptadas "a priori" u obedeciendo las normas que uno mismo descubre. Lo segundo es lo propio de una sociedad democrática y científicamente educada.

La Obra Social de "la Caixa" apuesta ahora por el Medio Ambiente invirtiendo en 2006 un total de 54 millones de euros en programas a favor de la biodiversidad y de los paisajes naturales. Sus centros de ciencia CosmoCaixa en Barcelona y Madrid y su centro cultural en Palma de Mallorca inician una nueva era con un nuevo espacio llamado "Aquí Planeta Tierra". No se trata de una exposición sino de algo que bien podríamos llamar un espacio permanente de contenido variable. Sólo tres detalles de lo que se puede encontrar en él.

Uno) Sobre una esfera de 60 centímetros de diámetro se proyecta la superficie del planeta con todos sus datos relevantes del momento, servidos por los satélites de la Agencia Espacial Europea (ESA), a elegir por el ciudadano: distribución de temperaturas, de concentración de ozono, de clorofila, CO2, vapor de agua, ... También se puede seguir la historia reciente de ciertos incidentes y accidentes: deforestación, desertización, crecimiento de ciudades, antes y después de una Tsunami, antes y después de los huracanes, antes y después de las erupciones volcánicas... Dos) Un velero científico, el Vell Marí, patrulla (2006-2008) el Mediterráneo y parte del Atlántico con 15 programas de investigación y observación.

Desde el espacio del museo se puede saber en cada momento donde está el barco, que está viendo y qué está haciendo. Tres) Cuatro unidades de cuidados intensivos para animales silvestres accidentados retransmiten continuamente las historias clínicas de los animales desde que ingresan hasta que, cuando ello es posible, recuperan la libertad. Especialmente conmovedor es el caso de Danubio y Volga, dos búhos reales irrecuperables (tuerto él, manca de una ala ella) capaces de adelantar en un año la recuperación de pollos de otros búhos que se han caído del nido.


Jorge Wagensberg

Lugar: CosmoCaixa Madrid
C/ Pintor Velázquez, s/n. Alcobendas (Madrid)
Fecha: Hasta el 31 de diciembre de 2006
Horario: de 10.00 a 20.00 h. Lunes cerrado. Entrada gratuita
Enlaces: Red de museos
Mas Información: Aquí planeta Tierra - 2006