El pasado 17 de octubre tuvo lugar, en el renovado pabellón Villanueva del Real Jardín Botánico de Madrid, la inauguración de la exposición "Ars Mechanicae. Ingeniería Medieval en España". En esta muestra se ofrece una visión general de las que se llamaban en la Edad Media artes mecánicas, consideradas siempre como la contrapartida de las artes liberales. Éstas, comprendidas en el Trivium (Gramática, Retórica y Dialéctica) y el Quadrivium (Astronomía, Geometría, Aritmética y Música), representaban el escalón más alto de la educación y su conocimiento y cultivo fueron la esencia de la enseñanza medieval, pero ello no puede hacernos olvidar la importancia decisiva que para la vida diaria tuvieron aquellas artes mecánicas y útiles que contribuyeron al progreso de la cultura material.
Siempre hubo una relación entre las artes mayores o liberales y las artes mecánicas pues, sin la Aritmética o la Geometría difícilmente se podría hacer frente, por ejemplo, a la construcción de puentes y bóvedas. Es decir, las artes mecánicas, que según Raimundo Llulio (1232-1316) eran necesarias "no sólo para el sustento del individuo sino para el orden y progreso del mundo", no sólo fueron una serie de destrezas heredadas y mejoradas con el tiempo sino que participaron del conocimiento racional en un desdibujado límite entre ciencia y práctica.
En efecto, estas artes mecánicas, manuales y lucrativas, conocieron un espectacular desarrollo durante la Edad Media como fruto inmediato del gran avance que supuso entre los siglos X y XV la conquista de las fuentes de energía, es decir, la energía animal, la hidráulica y la eólica, que representan la revolución técnica más importante vivida por el hombre con anterioridad a la Revolución Industrial y a la aparición de la máquina de vapor.
El contenido de la exposición se agrupa en cinco secciones que responden al mundo visigodo, al abastecimiento del agua a las ciudades y regadío de los campos, a la industria, a la construcción y, finalmente, a los caminos terrestres y marítimos.
Se presentan más de un centenar de piezas originales procedentes de diversos museos y colecciones, pero el grueso de la exposición y lo más llamativo para el visitante son la serie de maquetas que reproducen puentes, acueductos, bóvedas, armaduras de madera, etcétera, así como modelos de distintos tipos de molinos, batanes, ferrerías, presas, norias, entre otros, que permiten ver, en algunos casos, el movimiento real de aquellas máquinas que movidas por el viento, el agua o los animales representaron un primer renacimiento industrial en la Edad Media. Algunas de estas maquetas representan el primer levantamiento de viejas instalaciones hoy abandonadas como la sofisticada presa de Guadalupe (Cáceres), que para la muestra ha hecho el arquitecto Bernardo Revuelta a quien, entre otras aportaciones se debe el feliz montaje de la propia exposición. Fuera del pabellón Villanueva y por su gran tamaño se expone, junto a la antigua entrada principal del Real Jardín Botánico, una formidable bóveda nervada, de piedra, labrada en los Talleres del Centro de los Oficios del Ayuntamiento de León.
Junto a todos estos modelos a escala, unos procedentes de colecciones públicas y otros hechos expresamente para esta muestra, destaca por su tamaño real parte de la noria de las salinas de Imón (Guadalajara) restaurada igualmente para esta ocasión. La información de los paneles y, sobre todo, los interesantes audiovisuales que acompañan cada sección permiten ver desde la fundición de la campana expuesta hasta la fabricación de una vidriera, pasando por el curtido de pieles o la fabricación del papel.
La exposición cuenta con el complemento de un interesante Catálogo con varios artículos de los mejores especialistas en las artes mecánicas, incluyendo la acuñación de moneda, la industria del tejido y del cuero, metalurgia, alfarería, la industria de la lana, ingenios para la obtención del aceite y del vino o la industria del pergamino y papel; a los que se añade un glosario de viejas voces en latín y en castellano sobre ingeniería civil, transporte e industria.
Esta exposición y su contenido fue idea del catedrático de la Escuela de Ingenieros de Caminos de la Universidad de Granada, Ignacio González Tascón, fallecido en 2006, autor de diversos trabajos sobre historia de la ingeniería civil española. La Fundación Juanelo Turriano, de la que era patrono González Tascón, ofreció al CEHOPU la posibilidad de su realización que ha sido llevada a cabo por Pedro Navascués Palacio, catedrático de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid y secretario de la citada Fundación.
Se aconseja al visitante no dejar de ver las herramientas de cantero y las distintas fases de la labra de la piedra; la maqueta de la restauración de la catedral de Sevilla; la construcción naval a través de varios tipos de embarcaciones; la gran rueda de riego hispanomusulmana; el brocal del aljibe de la mezquita aljama de Toledo; y la construcción de una armadura mudéjar a escala reducida. El visitante también podrá comprobar el funcionamiento de algunas máquinas accionando el pulsador correspondiente.
