Ciencia y Cultura


NUEVA ARQUITECTURA ESPAÑOLA


Una exposición colectiva sobre arquitectura española contemporánea


Se presenta en Madrid la exposición On site: New architecture in Spain, una muestra diseñada por el MOMA de Nueva York, donde ha tenido un notable éxito de público, y que ha estado comisariada por Terence Riley, el Conservador Jefe de la Sección de Arquitectura y Diseño del museo norteamericano.

Museo de arte Reina SofiaEn Madrid la muestra se podrá contemplar en el Pabellón Villanueva del Real Jardín Botánico de Madrid desde el 22 de septiembre hasta el 14 de enero de 2007. La exposición presenta sus contenidos en dos formatos diferentes, las 18 obras de las 53 que consta la muestra, que representan obras ya terminadas, se presentan en fotografías (obras del especialista Roland Halbe). Las otras 35 obras son proyectos aún no terminados o ejecutados que se exponen a través de maquetas.

El Conservador Terence Riley se despedía de esta forma de su puesto en el MOMA, y aunque su idea original consistía en exponer los mejores ejemplos de la arquitectura pública internacional del siglo XXI, Riley, que es un gran conocedor de la arquitectura de nuestro país, decidió cambiar la propuesta tras recorrer obras y estudios españoles. Todo lo que ofrece esta exposición son trabajos realizados o proyectados generalmente a partir del año 2000, lo que supone ofrecer una lectura de la más reciente arquitectura española.

Es indudable que la calidad de nuestra arquitectura es actualmente muy considerada, hemos roto en los últimos quince años la barrera de nuestras fronteras y muchos de nuestros arquitectos y equipos construyen y concursan en el exterior. El favorable contexto que el propio Riley cita, la adhesión española a al Unión Europea en 1986 y el impulso a su juicio bien aprovechado de los grandes eventos del año 1992, mas el potencial del efecto Guggenheim, no sólo han creado en nuestro país un ambiente favorable para nuestra arquitectura, sino que en los últimos años todos los arquitectos de prestigio internacional han buscado intencionadamente construir en nuestro país.

Estos ejemplos internacionales también tienen su hueco en la muestra del MOMA, como la ampliación del Museo Reina Sofía, encabezada por Jean Nouvel, el Centro de Tenis de Madrid conocido como la Caja Mágica, diseñado por Dominique Perrault, o las intervenciones de Koolhas en Córdoba, Kazuyo Seijima en Valencia, Zaha Hadid en Durango, David Chipperfield en el Paseo del Óvalo de Teruel, Peter Eisenman y la Ciudad de la Cultura de Santiago de Comopostela, el Hotel Marqués de Riscal de Frank Gehry, la Ciudad del Flamenco de Herzog & de Meuron o el Parque de la Relajación del japonés Toyo Ito en Torrevieja.

Al favorable contexto descrito hay que añadir el generoso apoyo que nuestras diferentes administraciones públicas han concedido a la arquitectura de firma. A veces de manera valiente y arriesgada, otras por prestigio y en muchos casos por la búsqueda de nuevos iconos reconocibles, un juego a veces arriesgado en el que la arquitectura contemporánea parece divertirse, y que corre el riesgo de desvincular arquitectura y urbanismo, aún más, y crear bellezas singulares que den la espalda al entorno, espacialmente al urbano.

Mirador de SanchinarroDel esfuerzo público son notables ejemplos las viviendas sociales, donde Madrid cuenta con una notable aunque irregular tradición, al incorporar en la exposición el ya emblemático edificio Mirador de Sanchinarro (diseñado por los holandeses MVRDV y Blanca Lleó), el proyecto para Carabanchel de viviendas sociales diseñado por Tom Mayne (premio Pritzker 2005) junto a Begoña Díaz-Urgorri, o el conjunto sevillano SE-30 obra del estudio madrileño Nieto Sobejano. Dentro de este apartado de obra pública se pueden ver las fotografías de la nueva terminal de Barajas, obra conjunta del británico Richard Rogers y el español Antonio Lamela.

A los nombres citados se debe añadir buena parte de los grandes arquitectos españoles en activo, a excepción de Santiago Calatrava, a quien el MOMA ya dedicó una exposición en 1993 y cuya clasificación en nuestro panorama arquitectónico ha sido siempre un asunto de debate inacabado. Rafael Moneo ha de tener un hueco propio junto a nombres como Navarro Baldeweg, Campo Baeza, Tuñón y Mansilla, Carlos Ferrater, Josep Lluis Mateo, Guillermo Vázquez Consuegra, los madrileños Ábalos & Herreros, o el desaparecido Enric Miralles.

Capilla ValleacerLo que resulta alentador de esta muestra, y prometedor para nuestra arquitectura, es la inclusión de un buen número de arquitectos jóvenes o de estudios conformados en los últimos años. Merecen atención en esta aspecto los proyectos de jóvenes consagradas como Eduardo Arroyo o Alejandro Zaera, y nuevos valores , por citar algunos ejemplos, como los estudios madrileños de Sol Madridejos y Sancho Osinaga, y María José Aranguren López y José González Gallegos.

El espectador que acuda a esta muestra, cobijada en un espacio distinguido como es este pabellón sobrio y elegante obra del arquitecto del Museo del Prado -a falta de un espacio museístico propio del que carece nuestra arquitectura a excepción de las Arquerías de los Nuevos Ministerios-, podrá degustar lo visto recorriendo los magníficos jardines del Botánico. En su reflexión posiblemente alumbre la idea del actual y prometedor panorama de nuestra arquitectura. Pero debería quedar un hueco para comprender el camino que nos ha traído hasta esta extraordinaria posición en el terreno de la arquitectura internacional.

Torre WoermnannTerminal 4 Barajas

Desde finales de los años cincuenta una generación de pioneros en un entorno hostil hizo de la necesidad virtud -aprovechando los márgenes de la obra pública en muchas ocasiones- y comenzó a reenganchar nuestra arquitectura a la modernidad internacional. De este impulso han quedado algunas huellas, en absoluto formales, que pueden ser tomadas más como pinceladas que como señas de identidad propias de nuestra actual arquitectura, y que pueden rastrearse en las piezas seleccionadas: un estilo personal nada fácil de adscribirse a corrientes internacionales, valor y experimentación tratados sin espectáculo, una obra madurada, pensada, que busca superar la línea creativa del autor, un sobresaliente afán de autosuperación estilística junto a un gusto no dogmático por las figuras geométricas. A estas cualidades casi atemporales se pueden añadir algunas otras producto de la maduración de las actuales generaciones de arquitectos, como un uso generalmente funcional de las altas tecnologías, la singularidad de las construcciones urbanas frente al respeto por el medio de las que se sitúan en entornos naturales, y en los últimos años, una especial dedicación plástica y a veces escultórica a los centros contenedores artísticos y culturales. A todo ello se debe añadir en muchos casos una lectura histórica en clave muy personal, con citas convertidas en pequeños gestos.

En definitiva la exposición es una celebración de nuestra arquitectura diversa, hay obras de casi todas nuestras comunidades autónomas, que debe seguir sirviendo para mantenernos lejos del conformismo y apelar a que las instituciones públicas y privadas extiendan la buena arquitectura más allá del icono de rápido efecto mediático.


Jesús López Díaz
Historia del Arte, UNED

Lugar: Pabellón Villanueva, Real Jardín Botánico de Madrid (CSIC)
Horario: Del 22 de septiembre hasta el 14 de enero de 2007
Enlaces: Red de museos
Mas Información: www.rjb.csic.es/fichaprensa.php?id_not=126
www.moma.org/exhibitions/2006/on_site.html