Ciencia y Cultura


Aguazales de Castilla-La Mancha


Retazos de esplendor



Cerca de la ciudad de Cuenca se dispersan las lagunas de Arcas, ejemplo con sus perfectas formas redondas de una de las propiedades del agua, la de buscar la esfericidad Si cuando corre, salta, vuela, escarba o se zambulle el agua mece todas las cunas de todas las vidas, cuando se acuesta, acaso para descansar de tanta creatividad, todavía se convierte en algo más activo y atractivo. Estas aguas quietas de Castilla-La Mancha, en primer lugar, abren sus ojos para convertirse en el alivio de tierras llanas y casi siempre secas. Su sudor ya es frescor.

Su alianza con lo curvo ya engalana un mundo casi dominado por las obligadas geometrías de la agricultura y la línea recta del horizonte.

Como nada existe más hospitalario que el agua, estas lagunas se casan con el verde y lo demuestran llevando un anillo, reconocible en sus bordes, de espadañas, carrizos, juncos… No ha hecho el aguazal más que iniciar sus infinitos propósitos.

Las lagunas del entorno de Villafranca de los Caballeros hacen gala de una constancia a toda prueba. Ni siquiera en los años más secos dejan de tener un considerable volumen de agua Porción inundada de las Tablas de Daimiel con sus islas de carrizo que ofrecen refugio a las aves y anfibios del parque natural

La presencia de flamencos confirma la salinidad del agua de la laguna de Alcabozo, pues estas aves se alimentan de microorganismos que proliferan en aguas que presentan una alta concentración de sal Porque de inmediato quedan abiertas sus puertas a la, acaso mayor capacidad de convocatoria que conocemos. Los enclaves húmedos de Castilla-La Mancha, que cuenta con el mayor número de los que en España pueden verse, son una de las mansiones más concurridas de la fauna ibérica. Sobre todo en invierno, cuando decenas de miles de aves los usan como refugio y sustento.

Valorar el papel ambiental, social, estético y cultural de estos retazos de esplendor es el primer paso para que, desde el convencimiento de su invalorable papel e insustituibles funciones, seamos capaces de asegurar su conservación e incluso mejora en el futuro.

Las anátidas más pequeñas son también las más veloces, las que mejor maniobran en el aire y casi las más contrastadas, por su bello plumaje, cuando descansan sobre la superficie de estas aguas



Joaquín Araújo

Lugar: Museo Nacional de Ciencias Naturales
Cl/ José Gutierrez Abascal, 2 28006 Madrid
Fecha: Del 11 de diciembre, 2008 hasta abril de 2009
Horario: De martes a viernes de 10.00 a 18.00 h
Sábados de 10.00 a 20.00 h
Domingos y festivos de 10.00 a 14.30 h
Enlaces: Aguazales
Mas Información: http://www.mncn.csic.es