Ciencia y Cultura


Atrapados en el hielo


La Antártida de Shackleton y de hoy



Sir Ernest Shackleton. Frank Hurley. © Scott Polar Research Institute, University of CambridgeMuchas cosas han cambiado también en la Antártida desde la época de la Expedición Imperial Transantártica de 1914 dirigida por sir Ernest Shackleton. Sin embargo los remotos mares, hielos y tierras australes siguen siendo un extraordinario territorio para la exploración y el descubrimiento. Todavía hoy, a pesar de los grandes avances técnicos, es difícil llegar, vivir y moverse en la Antártida. Sigue siendo un lugar, como lo era a principios del siglo XX, donde se ponen a prueba la voluntad humana y el deseo de buscar nuevas fronteras, así como el afán por avanzar en el conocimiento de lo que nos rodea, todo ello enmarcado en un esfuerzo individual y colectivo para resistir y o sobreponerse a las duras condiciones ambientales.

Desde el punto de vista de la consecución de su objetivo original - atravesar por primera vez el continente antártico desde el mar de Weddel hasta el mar de Ross, pasando por el Polo Sur - la expedición de 1914 fue un rotundo fracaso. Los expedicionarios ni siquiera llegaron a pisar el continente que pretendían cruzar. Sin embargo, esta expedición significa una de las mayores gestas en la historia de la exploración, un ejemplo extraordinario de resistencia frente a la adversidad, un modelo de supervivencia y un triunfo de la voluntad humana por conseguir un objetivo.

Al quedar la expedición atrapada en el hielo y perder el barco, el objetivo dejó de ser la travesía del continente y pasó a ser la supervivencia. En este nuevo e inesperado contexto, la expedición si fue un auténtico éxito, pues sobrevivieron las 28 personas que, incluido Shackleton, integraban el equipo.

El Endurance sitiado a toda vela. Frank Hurley. © Royal Geographical SocietyDesde luego, los expedicionarios tuvieron que superar muchas situaciones concretas, tremendamente meritorias cada una de ellas por sí solas: la marcha tras el hundimiento del Endurance, la navegación en una chalupa hasta la isla Georgia del Sur, la travesía a pie por sus abruptas montañas, la resistencia del grupo que esperó en la isla Elefante. Pero no se trato simplemente de un comportamiento heroico ante hechos puntuales o situaciones muy difíciles. Creo que los más destacable, lo más impresionante de esta expedición y su mayor éxito es haber resistido y sobrevivido al conjunto de la peripecia, no haber sucumbido al desánimo durante un periodo tan largo de adversidad, no haberse quedado en el sinsabor del fracaso. Y todo ello en una condiciones cada vez más penosas, pero que no impidieron al grupo mantenerse como un equipo, a pesar de la inevitable aparición de tensiones y comportamientos inherentes a la condición humana.

El calendario de la expedición pone de manifiesto la magnitud del tiempo transcurrido en esas duras condiciones. El 5 de diciembre de 1914, unos cuatro meses después de su salida de Plymouth, en Inglaterra, la expedición abandonaba el último lugar habitado, la estación ballenera de Grytviken, en la isla Georgia del Sur. Habrían de transcurrir un año y cuatro meses y medio hasta que Shackleton volviese a aquel lugar a pedir ayuda para rescatar al grupo que permanecía en la lejana isla Elefante. Todavía pasarían otros tres meses y medio hasta que todo el grupo, sin ninguna baja, llegase el 3 de septiembre de 1916 a la ciudad chilena de Punta Arenas. Habían pasado casi dos años y un mes desde que el Endurance zarpara de Inglaterra y unos 22 meses desde que dejara la isla Georgia del Sur camino a la Antártida.

Tirando del James Caird. Frank Hurley. © Royal Geographical Society

Afortunadamente contamos con los relatos originales de los protagonistas y con las extraordinarias imágenes captadas por Frank Hurley. Estas últimas son un magnífico reflejo de aquella aventura y debemos congratularnos de que, no sin dificultades, hayan podido ser rescatadas y conservadas. Entre los numerosos libros que se han escrito, Atrapados en el hielo de Carolina Alexander, supone una aportación importante y permite rememorar las extraordinarias vivencias de Shackleton y sus hombres.

Es también motivo de satisfacción que gracias a la Fundació Caixa Catalunya y a su colaboración con el American Museum of Natural History de Nueva York, podamos rememorar la expedición dirigida por Shackleton, admirar una completa muestra de las imágenes tomadas por Frank Hurley y apreciar todo lo que se ha avanzado desde entonces en el conocimiento de la Antártida, así como comprender la importancia que tiene la investigación científica en ese territorio para conocer el pasado, el presente y el futuro de nuestro planeta.

El regreso del sol. Frank Hurley. © Royal Geographical SocietyEstoy convencido de que los valores que, de modo extraordinario pone de manifiesto la expedición de Shackleton y sus hombres en 1914 merecen ser conocidos y difundidos. Asimismo la Antártida, además de poseer un enorme potencial desde el punto de vista científico y educativo, supone un modelo y, en cierto modo, un símbolo de la importancia y las ventajas de la concordia y la cooperación internacionales, así como de la protección del medio ambiente. Por todo ello, más allá de los conocimientos específicos que sin duda aporta, la difusión de esta expedición y de las características del medio en el que se desarrolló nos ayuda a reflexionar sobre los aspectos relacionados con la condición humana y con nuestros comportamientos individuales y colectivos.

(Extracto del artículo La Anártida de Shackleton y de hoy)


Jerónimo López
Universidad Autónoma de Madrid
Comisario de la exposición

Lugar: Real Jardín Botánico de Madrid. Pabellón Villanueva. Plaza de Murillo, 2 28014 Madrid
Fecha: Hasta el 22 de marzo
Horario: Febrero, todos los días de 10.00 a 17.30 h.
Marzo de 10.00 a 18.30 h
Enlaces: Atrapados en el hielo
Mas Información: Fundació Caixa Catalunya