• Espirales encendidas en un hotel de la playa

    Espiral en las habitaciones,
    sexo mañana, tarde y noche.
    La brasa marcha en busca del centro,
    un satori, nada: distraída
    derrapa en cada curva, y todo es curvo
    en este dibujo del éxtasis que envasan
    de dos en dos, uno en el hueco
    del otro, dando vueltas
    en sentidos opuestos.
    A los mosquitos los mató el humo amargo,
    a nosotros esta manía oriental
    de lo simétrico y lo eterno
    nos encerró en una pieza de hotel.
    Ni siquiera el ruido
    del agua que levantan allá afuera
    las llantas grabadas con versos
    cuneiformes, nos salva:

  • La busca de la certeza

    De ese modo la acumulación de materia
    viscosa y de peso específico mayor
    que el de su entorno continente, produce
    una decantación inevitable en el seno
    de dicho entorno, según la tendencia de las masas
    a su lugar natural, tanto más bajo
    cuanta su densidad relativa.

  • Sumas

    caballo y caballero son ya dos animales

    Uno más uno, decimos. Y pensamos:
    una manzana más una manzana,
    un vaso más un vaso,
    siempre cosas iguales.

    Qué cambio cuando
    uno más uno sea un puritano
    más un gamelán,
    un jazmín más un árabe,
    una monja y un acantilado,
    un canto y una máscara,
    otra vez una guarnición y una doncella,
    la esperanza de alguien
    más el sueño de otro.

  • La naturaleza de las cosas

    Estructura del átomo: las partes mínimas
    Luego además, puesto que hay una punta última de cada
    uno de aquellos cuerpos que ya no pueden ver nuestros sentidos, ésta sin duda existe sin partes, consta de la mínima materia
    y nunca ha existido aparte por sí ni podrá existir separada
    en el futuro, puesto que ella misma es parte primera
    y unitaria de otra cosa; después completan la naturaleza del cuerpo sucesivamente en apretada formación otras y otras partes semejantes que, puesto que no pueden existir por sí mismas,

  • Dios quiere al hombre para ser

    Dios no quería que el mundo fuera así.
    Tenía en la cabeza un diseño casi ideal.
    Divino para ser más exactos.
    Dios quería un Paraíso.

    Pero el Mundo le explotó.
    Y con tamaña explosión
    no pereció de milagro.
    Porque era Dios que si no.

    Y viendo lo que se había formado,
    que la Creación se le había ido de las manos,
    Dios se refugió en el hombre.
    Porque ahí fuera no había quien pudiera vivir
    con tanta radiación cósmica, rayos ultravioletas,
    agujeros negros, vientos solares y choques interestelares.

  • Un rayo en la retorta

    En el fondo del fondo del fondo
    de la creación,
    la vida enciende la vida.

  • Caída del aviador

    Este hombre escapó a los sucios hados,
    Sabiendo que murió, como murió, noblemente.

    Oscuridad y nada del humano trasmundo,
    Recibidlo, acogedlo en las profundidades del espacio,

    Profundum, trueno físico, dimensión en la que
    Creemos sin creer, más allá de la fe.

  • Ecuación Blake

    Una mosca                                X
    dos moscas           un tigre         X
    tres moscas                               X
    A  (El conjunto iguala los patriarcas).

  • El matemático imperial

    Tycho Brahe

    Soy un observador, tomo nota del cielo,
    ¿Qué es?, ¿también él siente y titubea?,
    ¿qué lumbre dio calor al corazón
    de la materia?, ¿qué claridad abriga lo remoto?

    No, no tengo miedo de la noche,
    yo cuido la penumbra; ebria de ocasos
    mi mirada, de números que flotan
    en la niebla de Uraniburg. Mis nieblas

    entre Elsinor y Copenhague,
    rodando como frutos que el rocío le impone
    al mapa que dibujo de este cielo invisible.
    Nieblas y lentes, lluvia rumorosa,

    vino añejo y hermosos mundos. ¿de qué color,

  • La materia no muere

    La materia no muere, se transforma
    -dicen-. ¿Qué serás tú mañana? Esta
    materia tan querida, ¿qué respuesta
    le dará el tiempo a tu armoniosa forma?

    ¿Y que será de mí? Lo que me ahorma,
    donde tanta amargura tengo puesta,
    esto que soportar tanto me cuesta,
    ¿encontrará en la muerte su reforma?

    La materia que a ciegas hoy chocamos
    cuando, pena con pena, nos amamos
    ¿será mañana rosa, escoria o grama?

    De cualquier suerte no nos salvaremos.
    Substancia ciega y triste que seremos,
    que somos, que hoy respira y sufre y ama...