Finalidades de la enseñanza de las ciencias y relevancia de la ciencia escolar

José Antonio Acevedo Díaz Las finalidades educativas de la enseñanza de cualquier materia son una condición necesaria para dar sentido al proceso de aprendizaje. Estas finalidades derivan tanto de la teoría del currículo como de las creencias que se tengan sobre la propia materia: ideológicas, epistemológicas, sociológicas, psicológicas, etc. Por lo tanto, cualquier propuesta para educar en ciencias debe comenzar con una declaración explícita de las finalidades que se pretenden; esto es, para qué enseñar ciencias.

José Antonio Acevedo Díaz

Las finalidades educativas de la enseñanza de cualquier materia son una condición necesaria para dar sentido al proceso de aprendizaje. Estas finalidades derivan tanto de la teoría del currículo como de las creencias que se tengan sobre la propia materia: ideológicas, epistemológicas, sociológicas, psicológicas, etc. Por lo tanto, cualquier propuesta para educar en ciencias debe comenzar con una declaración explícita de las finalidades que se pretenden; esto es, para qué enseñar ciencias.

Las creencias sobre la enseñanza de las ciencias están condicionadas por la relevancia que se dé a la ciencia escolar. Sin duda, cualquier profesor de ciencias está convencido de que su materia es importante. Pero, hablar de relevancia de la ciencia escolar de un modo general es ambiguo; es necesario dar una respuesta a preguntas como las siguientes:

(i) ¿Para quién es relevante?
(ii) ¿Para qué es relevante?
(iii) ¿Quién decide lo que es relevante en la ciencia escolar?

Por ejemplo, se pueden dar repuestas diversas a la segunda cuestión:

(i) Ciencia para proseguir estudios científicos o ciencia propedéutica.
(ii) Ciencia para tomar decisiones democráticas en asuntos públicos tecnocientíficos o ciencia para la ciudadanía.
(iv) Ciencia funcional para el mundo del trabajo.
(v) Ciencia espectacular para sorprender al alumnado o ciencia seductora.
(vi) Ciencia para la vida cotidiana, que incluye muchos contenidos transversales, tales como salud e higiene, consumo, nutrición, educación sexual, seguridad en el trabajo, educación vial, etc.
(vii) Ciencia para satisfacer las curiosidades e intereses propios o ciencia personal.
(viii) Ciencia basada en la cultura de diversos grupos sociales o etnociencia.

Estos puntos de vista, aunque no sean necesariamente incompatibles entre sí, se corresponden con distintas finalidades de la enseñanza de las ciencias.

La obligación de extender hoy la educación científica a toda la población escolar y los retos educativos que se demandan para el futuro obligan, pues, a plantearse nuevas finalidades educativas de la enseñanza de las ciencias, coherentes con los puntos de vista más innovadores sobre la relevancia de la ciencia escolar.

No debe olvidarse que nuevas finalidades exigen nuevos contenidos, métodos de enseñanza y formas de evaluación, lo que debe tener una respuesta adecuada en la formación inicial y en ejercicio del profesorado de ciencias, así como en las decisiones que las instituciones responsables de la política educativa deben tomar al respecto.

Por último, pero de suma importancia, es urgente incorporar al profesorado a la discusión sobre las finalidades de la educación científica de forma consciente y explícita, un debate que se le ha hurtado a menudo y del que los profesores han estado ausentes casi siempre.

Divulgación y cultura científica

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