Curiosity y REMS: estudiando la habitabilidad de Marte

Javier Gómez Elvira

Director del Centro de Astrobiología

Investigador principal de REMS

 

 

Cuando el Atlas V despegue de Cabo Cañaveral, comenzará el viaje del rover Mars Science Laboratory hacia Marte. Dentro del Curiosity –nombre con el que se ha “bautizado” al rover– va un pequeño instrumento de apenas kilo y medio de peso, que lleva en su interior, además de unos sensores, miles de horas de trabajo y las esperanzas de un grupo de científicos e ingenieros españoles que por primera vez lideran un instrumento en una misión de exploración en Marte.

 

Ilustración con el descenso del vehículo sobre Marte. Crédito NASA

 

 

REMS (Rover Environmental Monitoring Station), como se llama el instrumento, es una estación medioambiental que medirá la presión, la humedad relativa, la velocidad y dirección del viento, las temperaturas del suelo y del aire y la radiación ultravioleta que llega a la superficie marciana. Todos estos sensores se distribuyen en 4 unidades: dos pequeños cilindros de unos 150 mm de longitud situados en el mástil de observación remota; el sensor ultravioleta en el cuerpo del rover y la unidad de control que se aloja en su interior y que además protege al sensor de presión de las oscilaciones de temperatura que se dan a lo largo del día marciano.

El estudio del ciclo del agua, del ciclo del polvo, del comportamiento de la atmósfera en la capa limite del planeta (zona en el que efecto de interacción entre la atmósfera y el suelo determina su dinámica) son algunos de los objetivos científicos de REMS. Sus datos contribuirán a mejorar los modelos numéricos que simulan el comportamiento de la atmósfera marciana, tanto a nivel global como a nivel local. Los niveles de radiación ultravioleta permitirán cuantificar los aerosoles (polvo, por ejemplo) que flotan en la atmósfera y contribuirá a entender la geoquímica que se produce en la superficie, puesto que esta radiación es fuente de energía para numerosas reacciones de oxidación.

Curiosity tiene por objetivo principal estudiar la habitabilidad de Marte. Los instrumentos de MSL estarán dedicados a buscar los elementos necesarios para la vida (carbono, hidrógenos, oxigeno, nitrógeno, azufre y fósforo), así como compuestos orgánicos que puedan ser evidencias de actividad biológica en el pasado. También estudiará las características geomorfológicas del lugar de aterrizaje. Estos datos son fundamentales  para conocer mejor la evolución del planeta y poder confirmar la hipótesis de que en sus primeros 500 millones de años fue cálido y húmedo . La atmósfera juega un papel fundamental en el habitabilidad de un planeta, por lo que  REMS se encuadra perfectamente dentro del objetivo de MSL.

 

El MSL en Marte (ilustración). Crédito NASA

 

El lanzamiento representa la transición de la fase de desarrollo a la de explotación que comenzará en Agosto del 2012 y que, al menos, se prolongará por espacio de dos años. Durante esos dos años, se recibirán en el CAB todos los días los datos registrados por los sensores de REMS y junto con todo el equipo científico de MSL se preparará la operación del siguiente día.

 

Detalle de MLS con REMS. Crédito D. Cabezas.
Detalle de MLS con REMS. Crédito D. Cabezas.

 

REMS como todos los proyectos de instrumentación son “carreras de fondo”. Empezó allá por el 2004, cuando gracias al impulso, del entonces director del Centro de Astrobiologia (CAB), Juan Pérez Mercader se inició el proyecto. Ha sido u esfuerzo conjunto de EADS Atrium Crisa, la Universidad Politécnica de Cataluña, el Instituto Meteorológico Finlandés, liderados por científicos e investigadores del CAB y con colaboración de investigadores de la Universidades de Alcalá de Henares, Complutense, Michigan, NASA Ames y Ashima. Si todo funciona correctamente, no acabará antes del 2014. Lo que supone, 10 años de trabajo y dedicación de investigadores e ingenieros españoles trabajando en la “primera división” de la ciencia mundial.

 

 

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