Entrevista a Raúl de Andrés. Responsable de la Unidad de Calidad de la Fundación para el Conocimiento madri+d.
Raúl de Andrés es el responsable de la Unidad de Calidad de la Fundación para el Conocimiento madri+d. De formación Ingeniero Superior Industrial cursó su especialidad en Organización Industrial por la Universidad Carlos III de Madrid. Es Máster en Economía y Gestión de la Innovación por las Universidades Politécnica, Autónoma y Complutense de Madrid. Ha trabajado como consultor en implantación de sistemas de gestión de calidad, especialmente en laboratorios. En 2005 se incorporó a la Universidad de Alcalá, como técnico de gestión de la Red de Laboratorios e Infraestructuras de la Comunidad de Madrid. En 2013 se incorpora a la Fundación para el Conocimiento madri+d, encargándose inicialmente de la Coordinación de la Red de Laboratorios. Desde 2014, tras la fusión entre la Fundación y ACAP, es el responsable del sistema interno de calidad, certificado ISO 9001, de las relaciones con la Asociación Europea de Agencias de Calidad ENQA y el Registro Europeo de Agencias EQAR. Es también, desde 2016, el responsable del desarrollo e implantación del modelo SISCAL madri+d de certificación sistemas internos de garantía de calidad de centros universitarios de la Fundación.
Raúl cuéntanos tu experiencia al frente de la Red de Laboratorios madri+d.
La Red de Laboratorios es una iniciativa de la Consejería de Educación e Investigación para poner en valor las infraestructuras científicas que hay en la universidad y que tienen capacidad de dar servicio a usuarios externos: Investigadores públicos y privados, empresas, la sociedad en general. Una de las grandes apuestas de la Red es la implantación de Sistemas de Gestión de Calidad como medio de proporcionar servicios de calidad y mediante procedimientos reconocidos internacionalmente. Creo que este proyecto tiene un gran potencial, tanto para los usuarios , que tienen a su disposición servicios científico-tecnológicos de alto nivel que necesitan, como para las universidades y centros públicos de investigación, que refuerzan su misión de transferencia de conocimiento a la sociedad. Toda mi carrera laboral ha estado vinculada a los sistemas de gestión de calidad: en laboratorios, en empresas, en universidades,... a lo que se une un interés personal por los sistemas regionales de innovación. La Red de Laboratorios es un proyecto en el que se concreta el servicio público, la investigación, la innovación y la calidad.
¿Qué trae a un ingeniero industrial al área de Calidad de la Fundación para el Conocimiento madri+d?
Como te decía, toda mi carrera profesional ha estado vinculada a la gestión de calidad, desde que mi proyecto de fin de carrera de Ingeniería Industrial fue la acreditación de un laboratorio de ensayo, y al poco tiempo empecé a trabajar como consultor en sistemas de gestión. Mi vinculación con la Fundación comienza cuando en 2013. La Fundación asume la coordinación de la Red de Laboratorios e Infraestructuras, en la que yo ya venía trabajando durante varios años en la Universidad de Alcalá. Desde entonces la propia dinámica de la Fundación ha provocado que incorpore más funciones relacionadas con la calidad, como son el control de calidad de la Fundación, el mantenimiento del sistema de gestión de calidad y la certificación del mismo, la incorporación de los criterios Europeos de Aseguramiento de Calidad en Educación Superior y finalmente, el desarrollo del modelo de certificación de sistemas internos de garantía de calidad en centros universitarios SISCAL madri+d.
¿Dónde reside la importancia de establecer sistemas que establezcan y midan la calidad interna en una institución y en concreto en la Fundación madri+d?
La medición de la calidad es un aspecto clave en la Fundación y lo debe ser en cualquier organización. Cualquier sistema de gestión debe plantear unos objetivos, unas tareas a realizar para conseguirlos y unos mecanismos de retroalimentación que permitan por un lado conocer en qué grado se consiguen los objetivos, y por otro proporcionen información sobre el desempeño de la organización y que permitan la mejora. En palabras llanas, saber lo que estamos haciendo y como lo estamos haciendo, para mantener todo lo bueno y mejorar en la medida de lo posible.
Además los sistemas de medición de la calidad tienen otra virtud en organizaciones que de forman general y es que sirven para poner negro sobre blanco los resultados y éxitos obtenidos y darles visibilidad.
¿Qué estrategias existen para que todo el organigrama de una institución asuma que la calidad es un proceso continuo del que todos somos corresponsables?
Más que de organigrama, yo hablaría de las personas que forman la organización. Son las personas las que tienen que estar convencidas y motivadas para integrar la calidad en su día a día. Entender que la calidad no es una encuesta, un control, una auditoría, sino que la calidad es hacer las cosas bien de forma regular, sin improvisación,... Creo que eso es algo que todos podemos entender fácilmente, si podemos elegir, a todos nos gusta hacer las cosas bien, en lugar de hacerlas mal. Todas las cosas que tienen que ver con la calidad, son herramientas, técnicas, que sirven para concretar el hacer bien las cosas: el tener procedimientos de trabajo que sistematicen las buenas prácticas y creen un marco de referencia que nos de seguridad, el establecer objetivos, el establecer y medir indicadores para comprobar que se consiguen los objetivos, el seguimiento del trabajo, el implantar acciones de mejora de forma regular. Creo que la clave del éxito de la mejora continua es explicar y concienciar a las personas de que todas estas son herramientas, que bajo el apellido de Calidad, se integran en el día a día con el único objetivo de hacer las cosas bien, hacer las cosas mejor.
El Espacio Europeo de Educación Superior, conocido como Proceso Bolonia, se basa precisamente en la gestión de la calidad de las instituciones universitarias, que es lo que garantiza la convergencia de los diferentes sistemas europeos de educación superior. ¿Cuáles son los principales retos que existen a nivel europeo y cómo se gestionan esos retos en el contexto común?
Creo que el Proceso de Bolonia es uno de los grandes éxitos de Europa, y es en gran parte un desconocido por la sociedad y también por la propia comunidad universitaria. Como tal se trata de un proceso voluntario, en el que los países se van integrando de forma gradual y voluntaria, para armonizar sus sistemas educativos y conseguir el objetivo de facilitar la movilidad de los estudiantes y trabajadores. De forma consensuada se han establecido mecanismos que permiten confiar en que un programa de estudios impartido en España es compatible, y del mismo nivel académico que otro impartido en Alemania o en Estonia. Se ha establecido un sistema común para estimar la carga de trabajo en los estudios, el famoso ECTS, le ha establecido un marco de calificaciones, para que haya un criterio común a la hora de saber qué es un grado, qué es un máster y que es un doctorado, el suplemento europeo al título,... y también una estructura común de aseguramiento y acreditación de los títulos impartidos, los Estándares Europeos de Garantía de Calidad.
Creo que uno de los principales retos a los que nos enfrentamos en materia de aseguramiento de calidad dentro de este marco europeo es avanzar en la implantación de una cultura de calidad en las instituciones, algo en lo que algunos países van más avanzados que otros e influye en la gestión de los procesos de evaluación y la burocracia. Por otro lado, los vertiginosos cambios tecnológicos, que se trasladan a la sociedad de forma igualmente radical, abren las puertas a un cambio importante en la forma de impartir y recibir la formación, MOOC, formación a distancia, internacionalización, movilidad, formación a medida en empresas, actualización de contenidos,... Todo ello supone un reto para la gestión de la Educación Superior, que deben ser afrontados con una visión común, no solo a nivel europeo, sino con un alcance internacional.
El pasado jueves 29 de noviembre se constituyó el Observatorio de Calidad de madri+d del que eres responsable. ¿Cuáles son los objetivos y que se pretende conseguir al poner en marcha un órgano de estas características?
El Observatorio es un órgano constituido por los jefes de todas las áreas de la Fundación que busca establecer criterios comunes consensuados para medir la calidad de la actividad de la Fundación e implementar los mecanismos de medición adecuados para todas y cada una de las actividades y procesos de la Fundación. La Fundación tiene más de 16 años de éxito en el desarrollo de su actividad y medir y poner en valor el trabajo que se hace es una tarea importante a la que se va a dedicar el Observatorio de Calidad. Por otro lado la información proporcionada por los indicadores comunes establecidos facilitará la toma de decisiones de mejora, y reforzará la transparencia de la Fundación, al publicarse de forma periódica la información recopilada.
Vamos ahora con una batería de preguntas cortas:
Los dos últimos que he leído. Un clásico, en papel, Crimen y Castigo, de Dostoievski, tiene unos personajes muy potentes y diría que actuales, y una descripción de la naturaleza humana fascinante. Y otro, de curiosidades, en formato electrónico: “Eso no estaba en mi libro de Historia”, que sirve para recordar y refrescar hitos de la historia de que no son muy conocidos y que dan una visión más positiva de lo que hemos sido y somos como país.
- ¿Cómo es un día perfecto para ti?
Un día de verano, soleado, en cualquier lugar de montaña, disfrutando de un paseo por el campo con mi familia.
- ¿En qué ciudad del mundo te perderías?
Cualquier ciudad española es buena para perderse y descubrir rincones maravillosos y disfrutar de una estupenda gastronomía: Madrid, Segovia, Toledo, Córdoba, Granada, Burgos, Ávila,..., pero mi gran debilidad es Viena. Es una ciudad ideal desde el punto de vista social, cultural, de ocio, familiar,... a la que únicamente le faltaría un poco de calor y unas horas más de sol en invierno para ser perfecta.
- Si pudieras revivir algún momento concreto de tu vida, ¿cuál sería?
Una cosa que me gustaría recuperar en un futuro es una época, antes de ser padre, en la que pude hacer viajes de ocio a lugares singulares, y descubrir culturas y formas de ser diferentes: China, Vietnam, Nueva Zelanda, Zambia, Argentina,... Ahora, con niños pequeños, los viajes son a lugares menos exóticos, más organizados y con una forma de disfrutarlos diferente.
- Ya para terminar, ¿cuál es tu pasatiempo favorito?
Te voy a decir tres, entre los que reparto el poco tiempo que las obligaciones dejan: leer, viajar y disfrutar de mi familia, que es una obligación y hobby al mismo tiempo.