GRIPE Y AVES MIGRATORIAS, SEDENTARIAS E ILEGALES

Todavía hoy hay quien duda del papel relevante de las aves migratorias (básicamente ánades) en la diseminación de la epizootia de gripe aviar.

Sin embargo, la realidad es tozuda cuando puede seguirse desde sus orígenes asiáticos hasta el noroeste, en Siberia, y de allí, en sentido descendiente suroeste hasta Europa Oriental y  África. Los casos en Europa Occidental pueden asociarse aparentemente o a vías colaterales o a retorno desde el sur. El concepto de que «las aves enfermas no vuelan» revela un profundo desconocimiento de las enfermedades transmisibles y siembra dudas sobre la base científica de quienes mantienen esta postura. Cosa distinta es que no haya un exacto solapamiento entre rutas migratorias y aparición de casos; a este respecto deben incluirse en la ecuación las poblaciones aviares más o menos sedentarias (residentes) y que de las interacciones entre estas y las migratorias se deriven vías de transmisión alternativas o complementarias de más difícil evaluación.

Por último, hay también quien asocia la diseminación con el tráfico ilegal de aves o sus productos. Posible, pero poco probable, ya que a estas alturas, el comercio internacional de productos aviares se encuentra sujeto a una estrecha vigilancia como pocas veces antes lo ha estado y a la extrema precaución y reservas hacia los mismos cuando su origen no es claro. Y del riesgo alimentario, ¿qué? Al hilo de esto último sólo puede decirse que nada ha cambiado ahora respecto a semanas anteriores en relación a los productos de origen aviar en nuestro país: cumplen con todos los requisitos sanitarios, ahora reforzados, y tienen por tanto garantía plena. La gripe aviar es un problema de Sanidad Animal, podría eventualmente ser un problema de Salud Pública para personas expuestas a aves enfermas, pero no es, sin duda, un problema de Seguridad Alimentaria.

Victor Briones Dieste

Centro de Vigilancia Sanitaria Veterinaria (VISAVET)
Universidad Complutense