Kepler-452b: ¿Un exoplaneta análogo terrestre?

Entre la avalancha de descubrimientos astronómicos de las últimas semanas, destacan, entre otros, las imágenes de la sonda Rosetta al orbitar alrededor del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko,  los datos que provienen de los planetas enanos Ceres y Plutón, tomados con las naves  Dawn y New Horizon. Fuera del Sistema Solar, NASA ha anunciado el descubrimiento del “primo” de la Tierra, denominado Kepler-452.

Diagrama con varios exoplanetas que se encuentran orbitando alrededor de sus respectivas estrellas en la zona de habitabilidad o confort, en donde el agua, de haberla, podría estar en estado líquido. Hasta el momento se han encontrado varias super-tierras orbitando alrededor de estrellas más frías que el Sol. La estrella Kepler-452 es una análogo solar, con una temperatura superficial prácticamente idéntica, aunque su edad podría ser significativamente más alta. En lo que respecta al planeta, su tamaño es un 60% más grande que la Tierra y no tenemos información sobre su masa, densidad media o posible composición

 

El nuevo planeta (y ya son más de 1000 confirmados) tiene varias características que los asimilan a nuestra Tierra:

  • Orbita alrededor de una estrella muy similar al Sol, un “gemelo” con una temperatura superficial muy parecida, aunque significativamente más viejo.
  • Su periodo orbital similar, de 384.8 días, es un poco más que un año terrestre, lo que refuerza la identificación
  • El planeta está dentro de la zona de habitabilidad, una región alrededor de la estrella central en la que podría haber agua líquida
  • Su tamaño se ha determinado mediante la técnica de los tránsitos planetarios, una disminución periódica de la luz que nos llega de la estrella central, provocada por el paso del planea por delante de la misma, al igual que ocurre con Mercurio y Venus, o la Luna durante un eclipse. El resultado es del mismo orden de magnitud que la Tierra, aunque un 60% más grande.

Así, nos encontramos ante un sistema planetario verdaderamente interesante. Sin embargo, ¿es realmente el exoplaneta ideal, el grial que estamos buscando, la réplica de la Tierra allende los mares siderales?

En realidad, aunque ignorásemos la gran distancia que nos separa de su estrella, lo que imposibilita cualquier visita de una sonda espacial (no, no veremos imágenes espectaculares como las que estamos disfrutando en el comenta 67P, Ceres o Plutón), existen otros factores a tener en cuenta.

En primer lugar, todavía no se ha determinado la masa de Kepler-452b. Ello es, en principio, posible. Para esta medida se usa el método de la velocidad radial, el mismo que causó el descubrimiento de 51 Pegasi en 1995. Mediante un espectrógrafo, un instrumento que permite analizar en detalle la luz que nos llega de la estrella, descomponiendola en sus “colores” o longitudes de onda, se pueden buscar desplazamientos periódicos que estén acompasados con las variaciones encontradas en la curva de luz, cuando el planeta oculta parcialmente la estrella. Es lo que se denomina el efecto Doppler, que todos hemos experimentado en otro ámbito: cuando un coche o tren pasa cerca de nosotros y oímos una cambio en la frecuencia del sonido que emite. Dado que la luz también se comporta como una onda, al igual que los ruidos, también se observa un cambio en la frecuencia (o longitud de onda, o “color”) al variar la velocidad relativa entre el objeto que emite y el que detecta. Igual que lo que ocurre al coche al ir acercándose y pasar junto a nosotros, para terminar alejándose.

El hecho importante es que debido al escaso brillo de la estrella y a la reducida señal que el planeta imprime sobre su espectro, el efecto Doppler no se ha medido todavía y desconocemos la masa del planeta. Así, aunque sabemos su tamaño aproximado, desconocemos su densidad media y por tanto si es esencialmente rocoso, como la Tierra, o su composición química es muy distinta, pudiendo contener gran cantidad de substancias líquidas (no solo agua) o gaseosas.

Por otra parte, aunque a edad estelar es un parámetro cuya determinación es, en general, imprecisa, los 6000 millones de años hacen que, en principio, su estrella central se encuentre más evolucionada que el Sol y por tanto algo más cerca del final de su vida. De todas maneras, ello solo ocurrirá dentro de otros… 4000 millones de años, lo cual no es preocupante. Y, repetimos, la incertidumbre en la determinación de la edad es significativa y de hecho es incluso posible que fuera algo más joven que el Sol o incluso que alanzara los 8000 millones de años.

Sea como sea, lo más relevante es que  su estrella central, no el planeta en sí, lo que es análogo. Podríamos decir que Kepler-452 (la estrella) es un “mellizo” del Sol que nació algo antes, mientras que Kepler-452b (el planeta) es, en verdad, solo un “primo”, incluso en segundo o tercer grado.

De hecho, según la clasificación de planetas terrestres en la zona de habitabilidad de la Universidad de Puerto Rico, existen varios exoplanetas que tienen condiciones más próximas a nuestra querida Tierra. Según esta lista, Kepler-452b solo se encontraría en la sexta posición del ranking, dominado por Kepler-438b, que orbita alrededor de una estrella con la mitad de masa que el Sol y significativamente más fría, pero de radio mucho más acorde con el terrestre: solo un 12% más grande. Dada la radiación incidente que proviene de su astro central, las condiciones de habitabilidad serían más idóneas.

 

David Barrado Navascués

CAB, INTA-CSIC
Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC, Madrid)

@David_Barrado

 

En cualquier caso merece ser recordado, una vez más, que es mejor cuidar el planeta que sí sabemos que es habitable, la Tierra.
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5 comentarios

  1. Un descubrimiento espectacular! Que haya un planeta con las mismas condiciones que la Tierra, pero con 1500 años más de antiguedad da que pensar, si hay algún tipo de vida allí, no sería de extrañar que estuvieran más evolucionados que nosotros.
    Muy buen artículo!

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