El desastre producido por el Tsunami en Japón subraya la necesidad de una mejor preparación de la población mayor.

Aproximadamente el 23% de los ciudadanos japoneses en la actualidad tienen más de 65 años. Este segmento de la población probablemente haya sido el más afectado como consecuencia del reciente terremoto y posterior tsunami, basado en los datos de anteriores eventos catastróficos.

Por ejemplo, según un estudio publicado en marzo 2011 en la revista The Journal of Gerontology Series A: Biological and Medical Sciences, en mayo de 2008, un terremoto en Wenchuan, China, se asoció con un aumento de la mortalidad entre el grupo de población octogenaria que vivían cerca de la zona del desastre.

Del mismo modo, en la primavera de 2006, según la edición del Informe de Política Pública y Envejecimiento en los EE.UU, informo que tres cuartas partes de los que murieron en el huracán Katrina eran mayores de 60 años.

Cuando se produce una catástrofe de este tipo, muchas personas tienen acceso limitado a agua y alimentos, además de escasear los medicamentos indispensables. Algunas de las historias trágicas que se cuentan en las noticias destacan por ser los protagonistas las personas mayores como aquellas con una situación más difícil.

Existen diferentes publicaciones que describe los pasos necesarios para la preparación frente a desastres o situaciones de emergencia de este tipo, pero no se centran demasiado en la población mayor. El Informe de Política Pública y Envejecimiento demostró que los sistemas de información geográfica serían capaces de desarrollar con antelación patrones modelos con mapas de vulnerabilidad que incluyeran a las personas de edad avanzada, lo que permitiría desarrollar políticas para responder e intervenir más rápidamente y de manera más eficaz cuando ocurre un desastre de este tipo. Además, estos planes de evacuación podrían diseñarse con varios niveles, concretando distintas medidas según los grupos sociales. Entre las medidas concretas destinadas a la población mayor cabría tener en cuenta información detallada para poder comunicarse con miembros de la familia, información de contacto con protección oficial y servicios sociales y médicos, detallar los alimentos más adecuados en esos momentos, disponibilidad de medicamentos, la dosis necesaria, y tiempos de administración, etc.

Fuente: http://www.sciencedaily.com/releases/2011/03/110318153331.htm

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