Las mitocondrias como estrategia de lucha contra el envejecimiento celular.

Un estudio desarrollado por investigadores del Departamento de Biología Celular y Molecular de la Universidad de Gotemburgo, publicado en la revista Molecular Cell, ha identificado un grupo de proteínas en las mitocondrias que se encuentran involucradas en la regulación de los procesos de envejecimiento celular. Este conjunto de proteínas se denomina MTC y son necesarias para la síntesis de diferentes proteínas mitocondriales, además se ha mostrado su influencia sobre la estabilidad del genoma y sobre la capacidad de las células para eliminar las proteínas dañadas.

En este estudio, realizado sobre levaduras, ratones y primates, se ha detectado que cuando una determinada proteína MTC falta en la célula debido a una mutación en el gen correspondiente, otras proteínas parecen adoptar una nueva función. Esto influye en la estabilización del genoma y en la lucha contra el daño de proteínas, que conduce a un alargamiento en la longevidad de estas células.

Estos estudios muestran también que la deficiencia en proteínas MTC utiliza las mismas vías de señalización que se activan mediante los procesos de restricción de caloría. Algunas de las proteínas MTC identificadas en animales de laboratorio con los que se ha llevado a cabo este estudio, también se pueden encontrar en las células humanas. Esto plantea la duda de si juegan un papel similar en la regulación de nuestros propios procesos de envejecimiento. Es posible que la modulación de la actividad de las proteínas MTC pudiera permitir  mejorar la capacidad de la célula para retrasar la aparición de enfermedades relacionadas con la edad. Estas son las enfermedades relacionadas con la inestabilidad del genoma, tales como el cáncer, así como los relacionados con los problemas neuronales, como la enfermedad de Alzheimer y la enfermedad de Parkinson. En este momento esto es sólo especulación, y el mecanismo exacto en el que se basa la función de las proteínas de la MTC en el proceso de envejecimiento es todavía una incógnita a la que se debe responder con nuevas investigaciones más específicas.

Fuente: www.sciencedaily.com

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