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15/03/2010  
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Universidad Carlos III de Madrid
Para salir de la crisis, hay que reemplazar el actual sistema de contratación, indefinidos-temporales, por un modelo único

Juan J. Dolado es el responsable del Grupo de Investigación de Asimetrías, Persistencia y Volatilidad en Variables Económicas.

Desde su cátedra en Economía en la Universidad Carlos III, Juan J. Dolado centra su labor de investigación en el estudio de dos grandes campos: econometría de series temporales y economía laboral y de la educación.

Montserrat Álvarez
Juan J. Dolado

La econometría es una rama teórica y aplicada, mezcla de economía y estadística, que se centra en el desarrollo de métodos cuantitativos para la medición cuantitativa de los fenómenos. Dentro de este campo, Juan J. Dolado se ha especializado en los últimos años en el estudio de las denominadas Series de Larga Memoria.

"Se trata de un conjunto de variables ordenadas en el tiempo- explica nuestro experto- que cuando sufren una perturbación transitoria convergen lentamente a su estado natural. Muchas de las series temporales con las que trabajamos en economía tienen este comportamiento que surge de la agregación de series temporales con persistencia heterogénea. Por ejemplo, este tipo de procesos parece caracterizar adecuadamente el comportamiento de la tasas de paro o de la inflación al tratarse de variables que, cuando experimentan un cambio, tardan bastante tiempo en revertir a su media histórica.

Gracias a este tipo de procesos, nos hemos dado cuenta de que estas series sirven para modelizar procesos económicos, como paro o inflación, con mayor grado de éxito en las predicciones que los modelos tradicionales basados en modelos ARIMA que se utilizaban con anterioridad" concluye.

Pero en economía las bases de datos con las que se trabaja son cada vez de mayor dimensión y frecuencia: series financieras, encuestas de población activa, del IPC. En realidad son series que se producen de forma periódica y cuyo estudio resulta muy complicado debido precisamente a esa profusión de información. Juan J. Dolado está estudiando cómo simplificar el análisis de estas grandes bases de datos de corte longitudinal. "Tratamos de reducir la cantidad de información extrayendo un pequeño número de componentes (factores) comunes que de alguna forma resuman la información global que hay en todo el conjunto de series disponibles reduciendo su dimensionalidad. Es como si en un equipo hubiera algunos jugadores más importantes que otros y que, dependiendo de su actuación, el equipo se resintiera de una forma o de otra. Por ejemplo, intuimos que la evolución de la economía mundial depende directamente del comportamiento de un pequeño grupo de economías más dominantes y que el número de estas últimas puede variar en el tiempo. Así, analizando la evolución de un número muy reducido de economías, sin necesidad de observar en detalle las de otros países, podríamos establecer con precisión las variaciones cíclicas y tendenciales que se van a producir en la evolución de todas ellas. Es el caso de EEUU tradicionalmente, a la se ha unido el empuje creciente de China durante la última década. La dependencia de otras economías respecto a los bloques dominantes ha ido cambiando en el tiempo y seguirá haciéndolo en el futuro. A este proceso de reducción de dimensionalidad sujeto a cambios de régimen lo llamamos técnicamente Cambios Estructurales en Modelos de Factores Comunes, nos explica. La detección de dichos cambios y la identificación de nuevos factores comunes constituyen el grueso de su actual agenda de investigación en el área de econometría.

 

Economía Laboral

Sin embargo, es la Economía Laboral, de rabiosa actualidad en estos momentos debido a la crisis que padecemos, el campo donde este catedrático se ha especializado recientemente. Entre sus investigaciones actuales destaca el Estudio de los Efectos de los Mercados Laborales Segmentados, como es el caso del español.

"Un mercado laboral segmentado es aquel donde coexisten dos tipos diferentes de contratos que no son accesibles a la población de manera uniforme. En España tenemos un tipo de contrato temporal con escasa protección que se concentra mucho en los jóvenes, mujeres, trabajadores poco cualificados e inmigrantes. Y otro, el indefinido, mucho más protegido, con un elevado coste de despido, que se concentra en otros tipos de colectivos, típicamente en el de trabajadores adultos. Lo que queremos averiguar es qué efectos tiene esta dualidad sobre la tasa de paro, la productividad de los trabajadores, la rotación laboral, la movilidad ocupacional y geográfica, la capacidad de innovación de las empresas, etc. "

Las conclusiones han quedado recogidas en el llamado Manifiesto de los 100 (www.crisis09.es), un documento elaborado por un grupo de economistas de universidades españolas y extranjeras, entre cuyos promotores se encuentra Juan J. Dolado, que ha sido avalado por las firmas de más de 100 expertos. Su principal propuesta, cara a evitar la enorme volatilidad de nuestro mercado laboral, consiste en reemplazar el actual sistema dual de contratación (temporales e indefinidos) por un único tipo de contrato.

"Proponemos sustituir el sistema de contratación vigente en España por otro con un único contrato donde los costes de despido vayan creciendo suavemente según aumenta la antigüedad del trabajador en la empresa. Al principio, se pagarían costes de despido similares o algo más elevados de los que actualmente reciben los trabajadores con contratos temporales (0 u 8 días de salario por año de servicio) y, conforme el trabajador fuera adquiriendo experiencia en la empresa, iría subiendo la indemnización para acabar en una indemnización algo más reducida que la que recibe un trabajador con contrato indefinido por despido improcedente según la regulación vigente (45 días). El perfil creciente de las indemnizaciones está calculado para que, por ejemplo, un trabajador que llevara 10 años en la empresa cobrara en términos esperados prácticamente la misma indemnización que con la regulación que tenemos actualmente. En general, con este tipo de contrato, aumenta la duración de los puestos de trabajo, de manera que, incluso con menores costes de despido, la indemnización esperada en caso de despido puede ser mayor".

Para avalar esta propuesta, Juan J. Dolado, junto con otros coautores, ha realizado también un Estudio Comparativo entre las Regulaciones Laborales en España y Francia; dos países cuyos mercados laborales tienen regulaciones similares, ambos con un sistema dual de contratación pero con una diferencia fundamental: la brecha entre los costes de despido entre indefinidos y temporales en España es bastante mayor que en Francia.

"La gran brecha que existe en nuestro país en cuanto a indemnizaciones se refiere, es uno de los motivos que induce a los empresarios a convertir muy pocos contratos temporales en indefinidos (alrededor del 5% anualmente). Esto tiene como consecuencia la creación de una enorme bolsa de temporalidad y una fácil destrucción de empleo barato durante las recesiones. Antes de la crisis España y Francia tenían tasas de paro similares (8%). En 2009, dichas tasas han divergido completamente: 9.6 % en Francia y 19% en España. Nuestro modelo de simulación indica que, de haber adoptado el sistema de indemnización francés al comienzo de la crisis, en lugar de los casi 11 puntos que ha subido el paro en España, sólo se hubiera incrementado en la mitad".

Juan J. Dolado sostiene también que, con el contrato único propuesto, la productividad, uno de nuestros puntos más débiles de nuestra economía respecto a la otros países del entorno, mejoraría notablemente pues, al no ser tan caros los despidos de los trabajadores indefinidos, el empresario aumentaría la tasa de conversión de temporales en indefinidos y esta posibilidad de promoción, casi nula en la actualidad, incentivaría al trabajador a mejorar su esfuerzo de compromiso con la empresa.

Acabar con la crisis

En estos momentos estar ante un economista de prestigio como Juan J. Dolado obliga a preguntarle qué otras medidas considera necesarias para salir de la terrible crisis que sufrimos. Sin dudarlo, las resume en tres puntos.

"En primer lugar, habría que rediseñar el sistema de prestaciones por desempleo. Lo que se llama la Tasa de Reemplazamiento; es decir, el porcentaje del salario que se cobra como prestación por desempleo, no es muy generosa, pero sí es larga la duración de prestaciones/subsidios en comparación con otros países. Esta excesiva duración desincentiva la búsqueda de empleo por parte del trabajador, aplazándola hasta que está cerca de agotar la prestación. En mi opinión, la tasa de reemplazamiento debería ser más generosa al principio de manera que el colchón para amortiguar el shock por haber perdido el puesto de trabajo fuera mayor. Pero también, habría que vincular al trabajador a un proceso de seguimiento y formación durante el período de búsqueda de empleo en el que estuviera bien guiado y recibiera la formación necesaria para reincorporarse al mercado laboral, posiblemente reciclándose, porque en muchos casos tendrá que cambiar de actividad.

En segundo lugar, habría que modificar el sistema de negociación colectiva, vigente desde hace 25 años y caracterizado por tener cláusulas de eficacia generalizada: un grupo de grandes empresas y sindicatos pactan y sus acuerdos afectan a todo el sistema: empresas pequeñas, y medianas, sin tener en cuenta sus propias necesidades de flexibilidad salarial. La falta de un sistema de negociación colectiva a nivel de empresa induce una excesiva rigidez salarial que produce ajustes vía empleo traducidos en enormes fluctuaciones en la tasa de paro...

En tercer lugar, habría que reformar el sistema educativo. Tenemos una mano de obra de baja cualificación provocada, entre otras cosas, por un sistema educativo que no ha funciona adecuadamente, en buena parte debido a los efectos de las regulaciones laborales: si el sistema laboral crea muchos puestos de trabajo inestables (mano de obra de baja cualificación), los jóvenes menos preparados tienen un claro incentivo a abandonar pronto el sistema educativo (la posibilidad de acceder a esos puestos es más sencilla). "Además, -nos explica-, existe un desequilibrio muy grande entre la educación superior y la formación profesional. Mientras que en otros países el número de alumnos que acuden a una y otra vía es de un 50%; en España el porcentaje se declina a favor de la Universidad en un 2,5 a 1". Según Dolado, tendríamos que rescatar los exámenes o reválidas en torno a los 14 años para lograr obtener una visión global del desarrollo del alumno y, con el acuerdo de sus familias, orientarle hacia el bachillerato o la formación profesional según sus capacidades y preferencias personales. Eso sí, ofreciendo siempre la posibilidad de cambiar nuevamente de vía educativa a través de pasarelas entre los diferentes tipos de educación secundaria. Respecto al sistema universitario, se inclina por una reducción del número de centros existentes a través de fusiones, una financiación menos regresiva mediante la combinación de matrículas más elevadas y un mayor número de becas, la creación de incentivos a la mayor competencia entre universidades y a la mayor excelencia investigadora y, finalmente, la desfuncionarización retroactiva del profesorado universitario, cuyo actual rígido estatus funcionarial encaja mal con la movilidad y actividad innovadora que se espera del sector de I+D.

¿Y el sistema financiero? - preguntamos. "Por supuesto necesita ser reformado, especialmente en lo que se refiere a la despolitización y la posible reducción, mediante fusiones, de las Cajas de Ahorros, pero como no soy especialista en estos temas, prefiero no opinar."

Está en su derecho, además, ya nos ha dado suficientes pistas.


Las Series de Larga Memoria sirven para modelizar procesos económicos, como el paro o la inflación, con mayor grado de éxito en las predicciones que otros utilizados con anterioridad.

La diferencia entre las indemnizaciones por despido de trabajadores indefinidos y temporales, tiene como consecuencia la creación de una enorme bolsa de temporalidad y una fácil destrucción de empleo en las fases recesivas.

Además de instaurar un sistema de contratación único, para salir de la crisis habría que reformar el sistema de prestaciones por desempleo, el de negociación colectiva y el educativo.
 

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