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17/05/2005  
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Lógica y Filosofía de la Ciencia. UNED
Argumentando la historia de la lógica en España

Luis Vega Reñón dirige dos investigaciones dirigidas una a reconstruir la historia de la recepción de la Lógica moderna en España; la otra, a promocionar una lógica sutil de la pragmática del discurso, complementaria de la lógica exacta de las relaciones formales y la estructuras matemáticas

La historia de la Lógica en España y la construcción de una Teoría de la Argumentación aplicada al discurso común en castellano son las líneas de investigación principales del doctor Luis Vega Reñón, catedrático de Historia de la Lógica y director del Dpto. de Lógica y Filosofía de la Ciencia en la UNED. La diferenciación entre introducción y recepción, la revisión de la Historia de las Ideas en nuestro país y el papel de los intelectuales en la difusión de la Lógica moderna son algunos de los resultados de la investigación. Por otra parte, el catedrático participa en el desarrollo de una teoría en la que destaca el estudio de los sistemas de lógica, de la dialéctica y de la retórica para mejorar la “comunicación inteligente” y el discurso público.

Sabrina Bagarella
Luis Vega Reñón


La historia de la Lógica,en particular la repercusión de la lógica moderna en la España del siglo XX,y la Teoría de la Argumentación y el Discurso, la cual consiste en “el análisis de las conexiones ilativas y la interacciones pragmáticas que tienen lugar cuando las personas discuten o dan razones de algo”, constituyen las dos líneas de investigación fundamentales de Luis Vega Reñón.

Según Luis Vega, en el siglo XX tiene lugar una nueva fundación de la Lógica como repertorio de lenguajes y métodos, que traspasa el ámbito filosófico para convertirse en una ciencia formal y matemática primero, y luego, durante las últimas décadas del siglo, va encontrando claras aplicaciones profesionales no solo en investigaciones interdisciplinarias, en ciencias de la computación o en inteligencia artificial, sinofuera de su tradicional ámbito académico, en orden a la gestión de la información y del conocimiento en el mundo de la industria o la ingeniería, o en el entorno informático.

Durante las últimas décadas del siglo XX la Lógica encuentra aplicaciones profesionales que abarcan el mundo industrial e informático

“España no ha hecho grandes aportaciones a estos desarrollos de la Lógica, aunque ellos han tenido sin duda repercusiones en nuestro país. En este sentido, nuestra historia ha sido receptiva, no contributiva”, señala Vega, quien ha esquematizado el proceso de recepción en dos grandes fases.

La introducción de la lógica y sus repercusiones en España

Entre 1890 y 1940 la introducción discurre en medios matemáticos y filosóficos, incomunicados entre sí hasta los años 30. Vega cuenta que a principios de 1930 aparecen señales de una incipiente comunicación en la revista Criterion (Capuchinos de Sarriá), para aislarse de nuevo en los 40. “Existe una recepción débil de la nueva lógica, a fin de cuentas, malograda porque solo genera una atención ocasional y marginal, sin llegar a establecer líneas de continuidad en las tareas de introducción ni siquiera crear condiciones culturales o institucionales de acceso o de difusión general”, explica el catedrático.

En esta etapa tienen lugar las noticias, reseñas y referencias iniciales de Reyes Prósper (1891-1893) y Gª de Galdeano (1891,1896, 1907), y sobre todo la primera presentación sistemática Introducció a la logística-amb aplicacons a la filosofia i a las matemátiques, publicada por García Bacca en 1934, sin que tengan una acogida fructífera o estable. En los años 40, la nueva lógica o “logística” sólo merece mención en medios filosóficos como muestra de las desviaciones y fracasos de la filosofía racionalista moderna. Vega comenta que en medios matemáticos mantiene una presencia ocasional y, desde luego, extra-curricular; no faltan referencias de Barinaga o de Rodríguez Bachiller, por ejemplo, en revistas voluntariosas como Euclides; así como aparece un curioso cuaderno de iniciación a la lógica matemática (Oñate, 1948) de uso en una academia privada.

A partir de 1950 se inicia una fase de recepción fuerte y efectiva de la nueva lógica que se va implantando en medios filosóficos, antes que en los matemáticos, gracias a la complicidad y al amparo de otra recepción en ascenso por los años 60-70, la de la filosofía analítica. Primero se produce una reintroducción y recepción efectiva en los 50-60. “A pesar de las continuidad en algunos matemáticos desde los 40, no es hasta 1952-55 cuando reaparece con fuerza en la revista Theoria y en el seminario de Lógica Matemática del CSIC (1953) . Son muestra de una recepción efectiva la aparición de manuales autóctonos como el de Ferrater-Leblanc (1955) y, especialmente, la difusión de Sacristán(1964), notable por sus calidades técnicas y sus proyecciones filosóficas. Con este manual se inicial la normalización de los estudios de Lógica”, explica Vega.

En los 60 también empiezan a habilitarse lugares institucionales como el Centro de Cálculo de la UCMy surgen las colecciones editoriales “Zetein” (Ariel) y “Estructura y función” (Tecnos). Ya en los 70, además de la publicación de la revista Teorema y de algunos manuales, digamos, “clásicos” (Mosterín 1970, Garrido 1973, Deaño 1974), tiene lugar la formación de nichos escolares en algunos departamentos universitarios e institucionales (simposios), hasta desembocar en su normalización académica a través de concursos de oposición y promoción de profesores adjuntos de Lógica y, en definitiva, del Decreto de Áreas de Conocimiento de 1984, que establece su hábitat actual, el área de “Lógica y Filosofía de la Ciencia”.

En las décadas 80-90, empiezan aapreciarse fenómenos curiosos como la escisión entre la rutina escolar y la investigación personal especializada; o la contraposición entre cierta expansión social (al hilo de la creación de la SLMFCE, Sociedad de Lógica, Metodología y Filosofía de la Ciencia en España) y la escasa incidencia de la Lógica en su entorno intelectual y filosófico; o , en fin, la tendencia a la investigación con lógicas no estándar en las escuelas de ingeniería o en áreas tecnológicas como la informática, fuera de su recinto académico tradicional. El estudio de las tesis recogidas en la base de datos Teseo (desde 1977-78 hasta 2002 actualmente) y otras fuentes complementarias acerca de esta época de cambio de siglo, confirman esta impresión de profesionalización, dispersión y especialización tecno-lógica, apunta el catedrático.

España como país receptor: Resultados conceptuales y críticos

Entre los resultados conceptuales de esta investigación, Luis Vega destaca la distinción entre introducción y recepción. Frente a iniciativas individuales de introducción que presentan o transmiten ideas y elementos de la lógica extranjera (traducciones y reseñas) una recepción propiamente dicha implica, por una parte, “la existencia de una aclimatación o unas bases de cultura lógica, unas condiciones de acceso general por la nueva lógica introducida con muestras de interés público”, fenómeno que va tomando forma en los años 50-60. “Por otra parte,la recepción implica la existencia de su cultivo y desarrollo, ya sea en publicaciones o instituciones escolares, donde la producción o contribución individual comienzan a mostrar cierta continuidad”, seguimiento que se da a partir de los 70.

El estudio también ha dado resultados críticos, lo que Vega define como una revisión de la Historia de las Ideas en la España contemporánea. “Conviene, por ejemplo, revisar el tópico de la modernización homogénea, el desarrollo progresivo y uniforme de las Letras y las Ciencias en la llamada Edad de Plata, en los años 20 y los primeros 30 especialmente”, explica. “El problema del tópico consiste en que no se discrimina el desarrollo diferencial de las diversas áreas de conocimiento –por ejemplo, el caso de la física matemática es incomparable con el de una lógica matemática-, ni se advierten los planos de incidencia de la ruptura que significó la Guerra Civil. Aunque hasta el 36 hay una modernización del pensamiento español, no hay avances sustanciales en el campo de la lógica o en del álgebra abstracta”.

Otro punto a revisar es, según Vega, el papel de los líderes intelectuales en el desarrollo de la lógica enEspaña. “Recordemos que Rey Pastor, por ejemplo, no tenía realmente un gran interés en la lógica; declaraba haber conocido la doctrina lógica del gigante Russell pero no haberla seguido. En el caso de Ortega y Gasset concurre un considerable despiste en el campo de la lógica, lo que le lleva a interesarse por los textos de lógica filosófica alemana del siglo anterior, sin reparar, por ejemplo, en otra tradición alemana que parte de Frege y obra en sus contemporáneos como Hilbert, Wittgenstein, Carnap. Por contraste, dentro de la malhadada “escuela de Madrid”, el catedrático destaca la vindicación de la lógica razonable del jurista frente a la lógica matemática avanzada por Recaséns Siches en 1956.

A partir de los 80, empieza a haber una oferta muy considerable de lógica. “En España existen 18 facultades públicas de filosofía y 5 privadas. En el curso 2004-05 se dictan unas 70 asignaturas relacionadas con la lógica, y sin embargo no tienen verdadera incidencia en el estudio de la filosofía”, apunta Vega. “La Lógica parece un cuerpo extraño, una materia descontextualizada en los estudios de Filosofía, porque a pesar de declararse racional, analítica y crítica, ella misma vacía de contenido la declaración al desinteresarse por la teoría y la práctica de la argumentación, incluida la filosófica”.

La Argumentación y la comunicación inteligente

Luis Vega lidera un grupo de investigación multidisciplinar de 16 personasentre las que se cuentan filósofos, lingüistas, juristas y especialistas en retórica, en el desarrollo de la Teoría de la Argumentación.“Se trata de promocionar una lógica sutil de la pragmática del discurso, complementaria de la lógica exacta de las relaciones formales y las estructuras matemáticas abstractas”, explica Vega, quien considera que hay que conocer los sistemas y perspectivas de la lógica, la dialéctica y la retórica para mejorar la “comunicación inteligente y nuestros usos del discurso público”.

Los objetivos del estudio son, por una parte, la recuperación de una tradición histórica de lógica informal en España y en el mundo hispano, que se remonta al siglo XVI (a Pedro Simón Abril, por ejemplo), y alcanza, ya en el s. XX, al uruguayo Carlos Vaz o al español Luis Recaséns.Por otra parte, se trata de implantar y desarrollar la Teoría de la Argumentación como una forma de “lógica civil” que contribuya a “mejorar nuestro conocimiento y nuestro discurso públicos”.

¿Cómo se desarrolla esta Teoría? La metodología implica el análisis de textos relacionados con el discurso público, tales como artículos en prensa e internet, y discursos parlamentarios, aparte de textos de otros géneros. “El texto escrito es el que sirve como vehículo de aprendizaje y examen del discurso público, aunque sin olvidar que la argumentación es una forma de conversación”, señala Vega, quien además tiene interrelación con las sociedades internacionales de argumentación y cuenta con la colaboración de profesionales hispanos.

“Esta es una disciplina relativamente muy joven: nace (o renace) en los años 50, en el plano internacional, y en los 90 en España”, comenta el profesor, quien admite que quizás sea un poco prematuro denominarla “Teoría”.“Los juristas son, entre nosotros, los que más han desarrollado este campo por su necesidad de argumentar y su actual visión del derecho como argumentación”, comenta. “Es de esperar que los filósofos, no menos necesitados de la argumentación, también se ocupen seriamente de ella”.
 

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