La Unión Astronómica Internacional, en su asamblea plenaria celebrada en Praga en agosto del año 2006, estableció una definición del término planeta, al menos en lo referente al Sistema Solar. Así, un planeta es un cuerpo celeste que: (a) orbita alrededor del Sol; (b) posee suficiente masa como para que su propia gravedad domine las fuerzas presentes como cuerpo rígido, lo que implica una forma aproximadamente redondeada determinada por el equilibrio hidrostático; (c) es el objeto claramente dominante en su vecindad, habiendo limpiado su órbita de cuerpos similares a él. Según esta definición, Plutón deja de ser un planeta, para pasar a ser el prototipo de un nuevo tipo de objetos: los planetas enanos. Dentro de la categoría de planetas enanos se encuentran Plutón, Ceres y Eris. Por tanto, el Sistema Solar se queda con ocho planetas: Mercurio, Venus, la Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. En nuestro sistema solar hay dos tipos de planetas, gaseosos y rocosos, y de los dos tipos se han descubierto planetas orbitando otras estrellas diferentes al Sol.

planeta

Saturno, observado por la misión Cassini-Hyugens, con el Sol oculto por el eclipse debido al disco del planeta. Aunque existe una cierta cantidad de material alrededor de este gigante gaseoso en forma de numerosos satélites y múltiples anillos, Saturno domina todo el conjunto. Créditos: Cassini Imaging Team, SSI, JPL, ESA, NASA.

Los planetas gaseosos son aquellos constituidos principalmente por gases, en particular hidrógeno y helio. En nuestro Sistema Solar pertenecen a esta categoría Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, aunque en estos últimos el hielo es un componente sustancial en su composición. Los planetas gaseosos, dependiendo de sus mecanismos de formación, no tienen por qué poseer un núcleo sólido rocoso, sino que pueden consistir en un continuo de gases paulatinamente más densos que adquieren finalmente las propiedades de un fluido cuando se encuentra a alta presión. En el caso de Júpiter y Saturno, el hidrógeno gaseoso en estado molecular da paso a un estado conocido como «hidrógeno metálico» con unas propiedades particulares. La inmensa mayoría de los planetas extrasolares descubiertos hasta la fecha son planetas gaseosos debido, al menos en parte, a que los actuales métodos de detección discriminan mejor planetas de mayor masa.

Los planetas rocosos, también llamados telúricos, son los planetas formados principalmente por silicatos, en los que las atmósferas son secundarias y están influidas por la actividad geológica y, en el caso de la Tierra, por la actividad biológica. En el Sistema Solar existen cuatro planetas rocosos: Mercurio, Venus, la Tierra y Marte.



Glosario: «100 conceptos básicos de Astronomía»

Compartir:

3 comentarios

Deja un comentario