Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética (Plan EETE) de la Unión Europea

El pasado día 22 de noviembre se publicó el “Plan Estratégico Europeo de Tecnología Energética” en el que se resalta que la Tecnología es una parte crucial de la encrucijada energética, que Europa necesita actuar inmediatamente para producir energía competitiva, segura y sostenible y que los retos relacionados de cambio climático, seguridad en el suministro energético y competitividad requieren una respuesta coordinada-

[Javier Dufour]

La tecnología es vital para alcanzar los objetivos adoptados por la Unión Europea para el 2020: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20% especto a los niveles de 1990, reducir en un 20% la energía primaria consumida, aumentar a un 20% la contribución de las energías renovables, y establecer el objetivo mínimo del 10% para los biocombustibles del total de combustible utilizado en los vehículos. Más aún si nos detenemos en los fijados para 2050: reducir las emisiones de gases con efecto invernadero en un 60-80%. Las tendencias actuales muestran que no hay posibilidades de alcanzar estas expectativas debido a que Europa ha dispuesto en los últimos años de fuentes energéticas de muy bajo coste. Esto, unido a la inexistencia de limitaciones ambientales, provocó que las inversiones públicas o privadas en el campo de la energía se hayan ido reduciendo desde 1980.

Además de esta falta de inversión, debe tenerse en cuenta que las nuevas tecnologías son más caras que las que se deben reemplazar y no proveen un mejor servicio. Por otro lado, algunas de estas tecnologías deben enfrentar cierto rechazo social. Todo ello hace que el mercado no se muestre receptivo. Este vacío entre la oferta y la demanda de las citadas tecnologías se conoce como “el valle de la muerte” para técnicas energéticas de bajo contenido en carbón. En este contexto, está claro que la financiación pública está plenamente justificada y es necesaria. No debemos olvidarnos de que la transición hacia una economía no basada en energías de base carbonosa necesitará de varias décadas y de que afectará a todos los sectores económicos. Parte de la financiación debe dirigirse a disminuir los costes y a mejorar la eficiencia de estas tecnologías, así como a crear oportunidades de mercado, estimular el desarrollo del mercado e identificar las barreras no tecnológicas.

En primer lugar se necesita un cambio en la eficacia de la conversión, suministro y uso de la energía. Diferentes directivas enfilan este camino: el Energy Efficiency Action Plan y el  Freight Logistics Action Plan, así como las directivas Energy Labelling of Energy Using Products y Energy Services and on Building Performance.

Los retos que debe afrontar la UE en los próximos 10 años para alcanzar las metas de 2020 son:

• Hacer que los bicombustibles de segunda generación sean competitivos con los combustibles convencionales, respetando la sostenibilidad de su producción.
• Habilitar el uso de comercial de tecnologías para la captura, transporte y almacenamiento de CO₂.
• Duplicar la capacidad de generación con la turbinas eólicas más grandes con aplicación dirigida al viento marino.
• Demostrar la disponibilidad comercial de la energía fotovoltaica y solar de concentración a gran escala.
• Habilitar una red eléctrica inteligente única europea, capaz de integrar las fuentes de energía renovables y descentralizadas
• Comercializar dispositivos más eficientes en la conversión de la energía en edificios, transporte e industria, tales como la poligeneración o las pilas de combustible.
• Mantener la competitividad en tecnologías de fisión, junto con soluciones para la gestión a largo plazo de los residuos.

Para alcanzar los objetivos del 2050, hacia una descarbonización total, se necesita desarrollar una nueva generación de tecnologías. En este caso las metas, entre otras,  para los próximos 10 años son:

• Hacer competitivas en el mercado las nuevas tecnologías de energías renovables.
• Desarrollar las tecnologías y crear las condiciones para permitir a la industria la comercialización de vehículos basados en pilas de combustible de hidrógeno.
• Completar los preparativos para la demostración de los reactores fe fisión de nueva generación (4ª generación) con mayor sostenibilidad.
• Completar la construcción del ITER.
• Elaborar visiones alternativas y estrategias de transición

Todos los niveles deben estar involucrados en la consecución de estos objetivos. El sector privado debe estar al frente, ya que la revolución industrial que se producirá por el cambio de una economía mundial basada en energías de bajo contenido en carbón representan una oportunidad única para la industria europea. A nivel nacional, los países deben aumentar su inversión y dar claras señales a los mercados para reducir los riesgos y estimular a la industria en el desarrollo de estas tecnologías más sostenibles. Finalmente la UE debe coordinar los esfuerzos de los diferentes estados miembros, facilitar la planificación estratégica, permitir una mejor disponibilidad de la información e identificar y afrontar los problemas comunes y las barreras no tecnológicas.

Para acelerar el desarrollo y los procesos de introducción en el mercado se proponen diferentes medidas:

• Creación de “Iniciativas industriales europeas”. Tendrían con funcionamiento parecido al ITER o a la Joint Technology Initiative on Fuel Cells and Hydrogen. Se proponen: European Wind Initiative, Solar Europe Initiative, Bio-energy Europe , ?European CO₂ capture, transport and storage initiative, ?European electricity grid initiative y la Sustainable nuclear fission initiative.
• Creación de una Alianza Europea para la Investigación en Energía.
• Redes Transeuropeas Energéticas