La demanda mundial de energía continúa creciendo año tras año, así la predicción de crecimiento medio para la energía primaria en el mundo será del 1,8 % anual durante el periodo 2000-2030. En la actualidad el 80% de la demanda energética mundial es suministrada por combustibles fósiles y como ya es conocido, la combustión de estos, produce gases de efecto invernadero que contribuyen al temido cambio climático. Esta situación provoca el aumento de la demanda de recursos energéticos fósiles limitados con la consiguiente disminución de las reservas y el encarecimiento de estos y el aumento de gases contaminantes con efecto invernadero< ?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com:office:office" />
En éste contexto, los biocombustibles pueden contribuir de forma importante a la solución de los dos problemas, tanto como combustibles alternativos y renovables, como por sus ventajas medioambientales, por su significativa reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático. Además a diferencia de otras alternativas (por ejemplo, los gases licuados del petróleo) no son excluyentes ya que no necesitan la duplicación del sistema motor y pueden utilizar la misma red logística de distribución de los combustibles fósiles.
Pero, el camino hacia la producción de estos biocombustibles es una cuestión que se ha de plantear seriamente y con rigor con una visión de futuro sostenible a nivel planetario, si no queremos caer en nuevas problemáticas difíciles de resolver.
[Carmen García]
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