Avances encaminados al análisis de sostenibilidad de sistemas energéticos

Autor: Mario Martín Gamboa-Instituto IMDEA Energía

La población mundial se ha visto incrementada en 1000 millones de personas en los últimos diez años, pasando de 6000 a 7000 millones. De esta manera y según proyecciones actuales, la población mundial alcanzará aproximadamente los 9000 millones de habitantes para el año 2050. Debido a esta situación, la demanda de recursos para satisfacer las necesidades básicas humanas será cada vez mayor, sumado a la situación de cambio climático y los efectos negativos sobre el planeta que conllevará a corto y largo plazo. Por ello, es necesario afrontar un cambio en los patrones de producción y consumo establecidos en las sociedades modernas.

La manera de abordar este cambio ha de obedecer un objetivo de sostenibilidad, concepto introducido a finales de 1980 y que persigue la mejora de la calidad de vida humana sin comprometer las necesidades de las generaciones futuras, integrando tres pilares fundamentales: el desarrollo económico, la igualdad social y la protección del medio ambiente. Uno de los sectores considerados clave para favorecer la transición hacia modelos de producción y consumo sostenibles es el energético. Sin embargo, muchos de los actuales sistemas energéticos, especialmente aquellos basados en recursos fósiles y tecnologías convencionales, no presentan un comportamiento sostenible adecuado. En este contexto, son necesarias metodologías de análisis que permitan evaluar los aspectos ambientales, económicos y sociales de los sistemas energéticos a fin de evaluar su sostenibilidad.

Figura 1. Dimensiones del desarrollo sostenible.

 Actualmente existe consenso en recomendar el desarrollo de metodologías de análisis de sostenibilidad, dirigiéndose la tendencia  hacia aquellas metodologías con un enfoque más integrador. A este respecto, debido a su perspectiva holística, las metodologías de ciclo de vida son capaces, aunque de manera desigual, de tener en cuenta impactos ambientales, económicos y sociales a lo largo de todo el ciclo de vida de un producto o proceso. El Análisis de Sostenibilidad del Ciclo de Vida (Life Cycle Sustainability Assessment, LCSA) se enmarca dentro de este contexto metodológico. En su versión convencional, el LCSA permite evaluar los impactos e interacciones asociadas a las tres dimensiones de sostenibilidad mediante la suma de tres métodos: Análisis del Ciclo de Vida (Life Cycle Assessment, LCA) (enfoque ambiental), Análisis de Costes del Ciclo de Vida (Life Cycle Costing, LCC) (enfoque económico) y Análisis del Ciclo de Vida Social (Social Life Cycle Assessment, SLCA) (enfoque social). Sin embargo, la metodología LCSA se encuentra aún en una fase temprana de desarrollo y se precisan más investigaciones y casos de estudio con el objetivo de progresar en el desarrollo de esta metodología.

 Dentro de las inquietudes actuales en materia de metodologías de evaluación de sostenibilidad, destaca el desarrollo de un marco metodológico genérico para el sector energético. En este sentido, un enfoque innovador, actualmente en desarrollo por la Unidad de Análisis de Sistemas del Instituto IMDEA Energía, se basa en la combinación de la metodología ambiental de Análisis del Ciclo de Vida con la metodología de programación lineal de Análisis Envolvente de Datos (Data Envelopment Analysis, DEA). Los primeros avances en esta metodología ya se han aplicado al análisis de un conjunto de parques eólicos[1], centrándose actualmente la investigación en la mejora de la evaluación de la dimensión económica y social. Estos avances persiguen la adecuación de esta metodología al sector energético con el objetivo de contribuir a la ambiciosa y necesaria meta de la sostenibilidad.


[1]Iribarren D, Martín-Gamboa  M, Dufour J. Environmental benchmarking of wind farms according to their operational performance. Energy 2013; 61: 587-595.

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