Biometano: Un biocombustible con gran potencial y que necesita más apoyo.

España posee un escaso nivel de desarrollo de este interesante biocombustible que puede ser inyectado directamente en las redes convencionales de gas natural o ser utilizado como combustible de automoción.

[Autor: Juan Antonio Melero Hernández-Grupo de Ingeniería Química y Ambiental de la Universidad Rey Juan Carlos]

El biometano puede producirse principalmente a partir de dos vías: la depuración del biogás generado por digestión anaerobia de residuos biodegradables o bien a partir del gas de síntesis generado en la gasificación de la biomasa tras un proceso de metanización y purificación. La digestión anaerobia se está poco a poco convirtiendo en Europa en una fuente viable de energía renovable (en el año 2014 el número de plantas ascendió a 17.420) si bien es cierto con un reparto bastante desigual – destacando claramente Alemania con respecto al resto de países europeos – . En el caso de la gasificación, aunque ha experimentado un desarrollo tecnológico importante en los últimos años, todavía no es viable su desarrollo a escala industrial. Esta tecnología complementa la digestión anaerobia pues permite el procesado de biomasa lignocelulósica difícil de procesar en los digestores anaerobios.

 

Aunque el biogás se produce en todos los países de la UE (principalmente por digestión anaerobia) sólo catorce de ellos producen biometano por purificación del correspondiente biogás y sólo en 11 de ellos el biometano se inyecta a la red de gas natural y en 12 se utiliza como carburante de automoción. Destaca claramente Alemania donde se produce el 75 % de la producción europea de biometano y que en un porcentaje elevado es inyectado en la red de gas natural. El segundo productor es Suecia y en este país destaca su uso como combustible en automoción y ya ha superado al CNG (Gas Natural Comprimido) con una participación de mercado del 57%. España en este particular se encuentra a la cola de Europa con un total de 48 plantas de biogás industrial (un número insignificante si las comparamos con las más de 8.000 de Alemania) y con una única planta de biometano (Alemania posee 178 y Suecia 59 de un total de las 367 existentes en Europa).

 

Se estima que en Europa mediante el aprovechamiento de diferentes materias primas renovables se podría alcanzar una producción en el año 2030 de unos 40.000 millones de m3 de gas natural equivalente mediante procesos de gasificación y digestión anaerobia (www.greengasgrids.eu) y que representaría entre 18.000-20.000 millones de m3 de biometano.

 

Este “green” gas proporciona interesantes ventajas:

 

  • Beneficios medioambientales. Contribuye a los objetivos climáticos europeos reduciendo las emisiones de CO2 equivalente mejorando la calidad del aire.
  • Seguridad de suministro e independencia energética europea. Actualmente en Europa el 66 % del consumo de gas natural se importa de terceros países de cierta inestabilidad política.
  • Contribución a la economía circular. El uso del digestato como fertilizante cierra el ciclo nutritivo en ecosistemas regionales y evita las emisiones de CO2 que serían liberadas debido a la producción de fertilizantes minerales.
  • Sociales. Generación de empleo y en concreto en áreas rurales.
  • Tecnológicas. La digestión anaerobia es una tecnología con elevado grado de desarrollo y de gran versatilidad para producir biometano (100 % de origen renovable).
  • Sector transporte. El biometano se presenta como el biocarburante de segunda generación más viable y con una elevada eficiencia energética y menor impacto ambiental si se compara con los combustibles convencionales (gasolina y gasóleo). Actualmente se utilizan unos 3.300 millones de m3 de metano en transporte en Europa y las previsiones moderadas indican que este número puede alcanzar la cifra de 16.500 millones en el 2025 y el biometano podría representar un 20 % del total.

 

Sin embargo, en la actualidad este biocombustible se encuentra con diferentes desafíos que deberán ser solucionados en el futuro:

 

  • Insuficientes incentivos fiscales. Los actuales planes nacionales de apoyo establecidos para las energías renovables se olvidan del biogás. Además, los regímenes fiscales en Europa deberían ofrecer incentivos para el biometano similares que para los combustibles líquidos (en base a unidades de energía). La futura Directiva sobre Fiscalidad de la Energía, así como los regímenes de ayudas deberían reconocer el importante papel que juega el biometano en la descarbonización del sector de la energía en Europa.
  • Falta de cooperación transfronteriza. Las diferentes normas técnicas y sistemas de certificación impiden el desarrollo de un comercio transfronterizo.
  • Ausencia de una normativa común europeasobre la calidad del gas para acceder a la red de gas. Aunque muchos países inyectan biometano en la red y han desarrollado normas de calidad nacionales estas difieren considerablemente entre ellas. El desarrollo de normas en la UE para la inyección en red y el uso como combustible para vehículos es necesario.
  • Insuficiente infraestructura para combustibles CNG/LNG para vehículos. No es suficiente en la mayor parte de Europa la red de estaciones de servicio de gas ni el número de vehículos propulsados por gas. Es necesario el fomento de la infraestructura europea del gas.
  • Falta de reconocimiento político. A niveles nacionales sólo unos pocos Estados Miembros han establecido objetivos específicos para el biometano. Incluso a nivel Europeo, rara vez se menciona al biometano de forma explícita en documentos políticos o legislativos; habitualmente está incluido en términos de gas natural o biocombustibles e incluso ignorado en modelos de trabajo y evaluaciones de impacto. La falta de reconocimiento político es en gran medida consecuencia del desconocimiento.

 

Es de esperar que en el futuro se vayan superando estas barreras y que el biometano puede poner en acción todo su potencial. Y si bien es cierto que en la mayoría de países de Europa, necesita aún un importante impulso, en España se necesita un apoyo mucho mayor. No obstante, se debe resaltar que se cuenta con una base amplia de innovación, un potencial de producción destacable y un conocimiento de las ventajas sociales, medioambientales y energéticas de interés para los sectores productores de residuos y que finalmente deberán impulsar este biocombustible.

 

Más información.

 

Asociación Española de biogás

http://www.aebig.org/

Asociación Europea de biogás

http://european-biogas.eu/

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3 comentarios

  1. Muy buen artículo.
    El biogás se está convirtiendo en la opción más respetuosa con el medio ambiente y, en cuanto la sociedad se dé cuenta de ello, creo que se disparará su consumo.

    Esperemos que se puedan superar esas barreras que comenta el artículo.

  2. Me gustaría destacar este punto:

    – Ausencia de una normativa común europea sobre la calidad del gas para acceder a la red de gas. Aunque muchos países inyectan biometano en la red y han desarrollado normas de calidad nacionales estas difieren considerablemente entre ellas. El desarrollo de normas en la UE para la inyección en red y el uso como combustible para vehículos es necesario.

    Creo que este punto es la clave. Sin una normativa ajustada y funcional, el biogás no podrá convertirse en el combustible que tantos estamos buscando.

  3. Creo que la producción de biometano tiene que ir de la mano de otras medidas que contribuyan a reducir el impacto ecológico que estamos causando en el medio ambiente.
    Instalación de aislantes térmicos en viviendas, obligatoriedad de reciclaje y otras tantas cosas más que se están dejando a la deriva y que parecen necesarias para evitar que el planeta acabe destrozado por nuestra inacción.

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