La hormona «quemagrasa» revela ahora también su potencial para mejorar el sistema inmune durante el envejecimiento

La hormona FGF2, ha sido protagonista de múltiples estudios científicos en los que se la ha caracterizado como la hormona «quemagrasa» por su capacidad de regulación metabólica y de protección cardiovascular(1), además de mostrar otros beneficios saludables. Es segregada principalmente por el hígado como respuesta a una menor ingesta de calorías en la dieta, para permitir que las grasas se quemen cuando los niveles de glucosa son bajos y actúa directamente sobre la grasa parda, produciendo calor y quemando el tejido adiposo.  Sus niveles aumentan cuando se restringen las calorías. La FGF21 es una hormona endocrina que mejora la sensibilidad a la insulina y también induce la pérdida de peso; por lo tanto, está siendo estudiado principalmente por sus efectos terapéuticos en la diabetes tipo 2 y la obesidad. Aunque el hígado es su principal órgano de producción, otros órganos tienen potencial para segregarla como el tejido adiposo blanco o el marrón, los músculos esqueléticos, el corazón y el timo.

Ahora, un grupo de investigación de la Escuela de Medicina de la Universidad de Yale(2), ha realizado un estudio con ratones en el que han observado que la hormona «quemagrasa» también se produce en unas células especiales de la glándula del timo (órgano especializado del sistema inmunológico) y que aumentando los niveles de producción de esta hormona, aumentaban su esperanza de vida un 40%, debido a que la hormona protegía la pérdida de la función inmune típica del envejecimiento biológico del timo. Cuando esta glándula funciona normalmente, produce nuevas células T para el sistema inmune, pero con la edad, el timo se vuelve graso y pierde su capacidad de producir estas células. Esta pérdida de nuevas células T en el cuerpo es una causa de aumento del riesgo de infecciones y ciertos tipos de cáncer en los procesos de envejecimiento. Los investigadores estudiaron ratones transgénicos que segregaban niveles elevados de la hormona FGF21, encontraron que el aumento de los niveles de FGF21 en ratones de edad avanzada, protegía el timo de la degeneración por grasa relacionada con la edad y por tanto se conseguía alargar el funcionamiento óptimo del timo para producir nuevas células T, mientras que la deficiencia de niveles de FGF21 aceleró la degeneración del timo en ratones mayores.

Los resultados de estos estudios tienen implicaciones futuras para intentar mejorar la función del sistema inmune por la protección de la glándula del timo durante el envejecimiento, además de otras propiedades como el control de la obesidad, prevención de la diabetes tipo 2, protección cardiovascular, etc. Además los investigadores están estudiando otras vías terapéuticas, como son el desarrollo de una forma de imitar la restricción calórica para mejorar la función inmune sin tener que reducir la ingesta de calorías de una dieta.

Referencias:

  1. FGF21, La hormona quemagrasa que protege el corazón (ISCIII)
  2. Yun-Hee Youm, Tamas L. Horvath, David J. Mangelsdorf, Steven A. Kliewer, Vishwa Deep Dixit. Prolongevity hormone FGF21 protects against immune senescence by delaying age-related thymic involution. Proceedings of the National Academy of Sciences, 2016; 201514511 DOI: 10.1073/pnas.1514511113
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